Los plazos pasaron de 3 y 6 meses a 9 y 12. Explican que esta situación se da cuando hay desborde de oferta y aumento de costos. Menos vino por litro de uva.
La industria vitivinícola y en particular el productor primario continúa recibiendo los principales coletazos de la crisis en la que está sumergido este sector.
Es que a las pocas operaciones, y a los valores irrisorios para solventar costos, los plazos de pagos se prorrogan y en algunos casos se reprogramaron. De este modo, recién verán el primer pago en setiembre, por la uva que vendieron a finales de la cosecha, y se la terminarán por cancelar finalizada la vendimia 2016.
Según los referentes consultados por Los Andes, tradicionalmente se acordaban pagos de 3 a 6 meses, sin embargo, en la mayoría se exceden los 9 y 12 meses, sin ajustes e intereses.
También hay otra situación. Aquellos productores que no pudieron vender uva y tuvieron que elaborar vino a cuenta de terceros, no sólo les ofrecen plazos de pagos superiores al promedio, sino que además, le dan menos vino por kilo, debido a los costos de producción.
Gabriela Lizana, de Aproem, mencionó que es una realidad que se ha tornado como “normal” entre las empresas del sector. Para ejemplificar, contó: “Fecovita está pagando a 12 cuotas a partir de agosto, cuando la uva la entregaron en febrero o marzo; Peñaflor pasó unilateralmente -ya que no hay contrato que los obligue en precio y forma- a plazos que eran a 8 meses a partir de junio a setiembre. Esta realidad se repite en diversas bodegas, las cuales se escudan en los altos costos. Solo algunas más chicas hacen un gran esfuerzo y pagan antes”.
Por otro lado, continuó la dirigente, en la zona Este, “la más importante cooperativa Giagnoni, adherida a Fecovita, ni siquiera ha realizado hasta el momento los contratos de elaboración. Los pagos serán en doce meses, con la excusa de que los precios se ajustarán, sin embargo, los precios han sido iguales o menores durante todo el año”.
En este sentido, es que Lizana indicó que “muchos productores ni siquiera han comenzado a cobrar ahora en agosto y por supuesto ante la falta de dinero, seguramente algunos decidirán abandonar sus fincas o disminuir las labores culturales”.
Coincidió con este panorama Carlos Iannizzotto, gerente de Acovi; sin embargo, señaló que “en el caso de Fecovita, y el sector cooperativista, está pagando en tiempo y forma como siempre lo ha hecho. No hay variación en los plazos y todo se está cumpliendo, y además se actualizan los precios del vino a los valores de mercado”.
Eduardo Sancho, presidente de Fecovita, concordó y destacó además que del 85% del vino que compra la empresa, a pesar de que se paga en 12 cuotas, lo hace a precio actualizado y en un 30% más del valor de mercado. Para ejemplificar esta situación, contó el directivo: “Actualmente por el blanco escurrido se paga $ 1,90, nosotros lo pagamos a $ 2,70, mientras que el tinto genérico que está a $ 2,70, Fecovita lo abona a $ 3,20”.
José Luis Guerci, Director de compras de materia prima de Grupo Peñaflor, desmintió el hecho de que los plazos de pagos lleguen a 12 cuotas, y dijo que a todos los productores se les termina de pagar antes de enero. En relación a cuándo empiezan a percibir el primer pago de la uva entregada, el directivo estimó que eso depende de cuándo el productor haya facturado.
“Nosotros a los 30 días les pagamos el IVA y luego se le va haciendo el descuento por anticipo que damos a nuestros productores en febrero, marzo y abril, que es entre $ 0,35 y $ 0,45 por kilo de uva para cosecha y acarreo. En total, pagamos 43 millones de pesos. Una vez que ellos devuelven ese dinero se les empieza a pagar la materia prima que entregaron a las bodegas”, explicó Guerci.
No obstante, el dirigente de Acovi advirtió que fuera del ámbito cooperativo, es correcto que haya corrimiento en los plazos de pago de manera marcada en las ventas de uva a bodegas que empezaban a pagar en abril, luego la trasladaron a junio y ahora empezarán en setiembre. Además, señaló que los plazos de algunas empresas que siempre eran de 3 a 6 meses, pasaron a 9 o 12 sin interés; por lo que es lógico “que la inflación -de casi el 30%- termina por comerles cualquier pago que puedan percibir el año que viene”.
Para Sancho, esta es una situación que se repite cuando hay desborde de oferta y aumento de costos, es que las bodegas ajustan de la peor manera con el productor.
Daniel Rodríguez, vicepresidente de la Asociación de Viñateros de Mendoza, consideró que existen situación de abusos frente al excedente de vino y la falta de demanda del mercado. Explicó, que aquellos productores que entregaron la uva en marzo y abril, recibieron en algunos casos el primer pago en junio y el último lo percibirán en el mismo mes pero de 2016.
El dirigente gremial sostuvo que esto se da en un contexto que excede el Acuerdo Mendoza-San Juan que la provincia no cumplió. Recordemos que debía hacerse el 35% y Mendoza sólo hizo el 24%, así como la inmovilización de vino que lanzó el Fondo Vitivinícola que tampoco ayudó.
Es por esto, que Rodríguez dijo que hay que tomar medidas para no hacer tanto mosto y que se regule la cantidad de viñedos; ya que para aquellos que no cumplieron, por más que tengan que pagar la multa, ese vino queda en el mercado presionando el precio del vino hacia abajo.
La titular de Aproem agregó que “mientras muchas instituciones reclamaron la liberación de los vinos en junio, las bodegas que conforman esas instituciones, comenzarán a pagar a los productores la uva en setiembre, en ocho menos, cuando habían acordado comenzar en junio”. Es decir, explicó Lizana, “estos establecimientos tenían liberados para ser usados y vendidos los vinos en julio y todavía ni siquiera comenzaban a pagar la uva”.
De este modo, como la comercialización de vinos está concentrada, “aunque bodegas mas chicas hicieron el esfuerzo por querer mejorar la situación al productor, atrasaron también los pagos, porque a ellas el vino también se lo pagan cuando, como y si quieren”.
Inflación
Así como el productor hasta el momento no ve “un peso” por lo cosechado en 2015, también se enfrentan al alza de costos que los terminó perjudicando en la cantidad de vino que recibieron.
Este tema punzante que señaló Iannizzoto es que aquellas bodegas que no pudieron comprar uva y acordaron con el bodeguero liquidación de vino, se les está dando menos litros por kilos de uva.
Es que según mencionó el dirigente, el valor del vino sigue siendo el mismo que el año pasado, por lo que necesitó más litros de vino para solventar los costos de producción en alza. “Antes la proporción era 70 litros cada 100 kilos de uva, hoy por esa misma cantidad de uva se le está dando 50 litros de vino”, ejemplificó el empresario.
En base a esto, es que el productor que optó por hacer vino porque no le compraban la uva, se encuentran con una relación kilo de uva y vino proporcionalmente menor que el año pasado.
Concordó con esto el vicepresidente de la Asociación de Viñateros de Mendoza, quien contó que el productor que no pudo ubicar su uva y tuvo que hacer vino en una bodega de terceros, se encontró con una relación kilos de uva vino menor que la temporada pasada. Para este dirigente, lo normal eran 62 litros por 100 kilos, y hoy se les entrega entre 50 y 55 litros por esa misma cantidad de uvas.
Finalmente, es que indicó que para que no peligren puestos de trabajos, y más fincas y bodegas cierren, el vino debería subir el precio arriba de $ 3,50, lejos del $ 1,70 que hoy se está pagando.
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