A Matías Assennato se le sumó en los últimos días Santiago Godoy, en su afán de manejar la ciudad. El primero interfiere, Godoy sólo desea
Santiago Manuel Godoy, presidente de la Cámara de Diputados de Salta. no oculta, como hacía hasta pocos meses atrás, sus deseos de llegar a ser el intendente de la ciudad de Salta y como una forma de concretar ese anhelo, no hay entrevista que no deje de mencionarlo, como un mantra, como un mandato, como una suerte de "decreto” realizatorio de la "era de acuario”.
Pero el pragmático dirigente peronista no deja su ambición en manos ni de la espiritualidad ni del yoga. Es por eso que el año pasado trabajo con ahínco para controlar y condicionar la tarea del intendente Gustavo Saénz. Su primera estocada fue la presentación del proyecto de ley de modificación de las cooperadoras asistenciales, que la llevó al recinto su hijo y eterno ocupante del primer lugar en las listas partidarias, Lucas Godoy.
El proyecto tenía por objeto transferir el control de las cooperadoras asistenciales municipales al gobierno provincial y crear un comité de gestión de las mismas, integrados por representantes religiosos. La oposición de los intendentes de la Provincia evitó que esto prosperara.
Godoy hizo lo suyo, pero quien ya trabaja como un virtual intendente "blue” es el secretario del Área Metropolitana, Matías Asennato, quien ya se reunió con todos los jefes comunales del Valle de Lerma, con una excepción notable.
"Con el único intendente que no tuve la oportunidad de hablar fue con el de capital. Con el resto estamos trabajando coordinadamente”, aseguró.
Sin haber sido electo por los ciudadanos de Salta, Asennato arremete con pasión sus labores de intendente paralelo, bajo la consigna: "A la gente no le importa de dónde viene la solución, si no la solución en sí”. Pero parece que tanto encomio no es bien reconocido por los vecinos de Salta, en especial los que viven detrás del Hogar Escuela.
La semana pasada Assennato estuvo con los vecinos del lugar para encontrar una solución al problema de la inseguridad y la prostitución de la zona. No solucionó nada, pero dio una interesante lección de anatomía, que ayudará a los lugareños a distinguir a hombres de mujeres y lo más importante, diferenciar si un hombre vestido de mujer ejerce la prostitución o si sólo es un excéntrico en su vestimenta. Los vecinos labraron un acta y se acordaron muy mal de él en las redes sociales.
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