Los títulos de las últimas horas en Mar del Plata hablan de amenazas de paro del Sindicato de Trabajadores Municipales (STM) por el posible retraso del pago de salarios, críticas a la secretaria de Cultura Silvana Rojas por promesas incumplidas y cambios de gabinete.
Cualquiera de estas noticias (o todas) podrían haberse publicado hace un año, cuando el intendente echó a su segundo presidente del Emtur, Mario Marchioli. O hace 8 meses, cuando los artistas expusieron su bronca en medio de la entrega de los Estrella de Mar. O hace cuatro, cuando el STM realizó una retención de tareas.
Carlos Arroyo lleva 637 días como intendente de General Pueyrredon. Con varias crisis en su haber, muchos de los problemas de gestión se repiten mes a mes y el jefe comunal parece no encontrarle la vuelta para resolverlos.
Esta vez, el conflicto con los municipales queda solo en la amenaza. El gobierno logró reunir los fondos para pagar los sueldos de agosto y realizó el depósito. Arroyo, como ya lo hizo otras veces, le apuntó al sindicato y vinculó el anuncio con una cuestión más política. Pero lo cierto es que los problemas económicos y financieros del municipio no tienen solución. “Es muy difícil el tema. Estamos un poco más tranquilos, pero en el fondo sigue todo igual”, reconoció una fuente del Ejecutivo.
A esos problemas concretos se le suman los políticos: Arroyo no es el intendente más querido por las gestiones de María Eugenia Vidal y Mauricio Macri. Pese a eso, General Pueyrredon fue, por amplísimo margen, el municipio que más ATN (Adelanto del Tesoro Nacional) recibió en lo que va de 2017: 185 millones de pesos. Ese auxilio que llega desde la cartera que conduce Rogelio Frigerio e implementado por el viceministro Sebastián García De Luca es la principal línea que tiene Arroyo.
Con la provincia la relación es mucho más tirante. El ministro de Economía Hernán Lacunza tiene fuertes diferencias con el jefe comunal y algunos miembros de su gabinete. “Todo se traba cuando llega ahí, eso nos complica también”, se quejan en el municipio.
Hasta el momento, con casi media gestión cumplida, las promesas de austeridad y eficiencia proclamadas por Arroyo no tuvieron un efecto evidente en las finanzas municipales.
En las últimas horas también regresaron las críticas a la secretaria de Cultura Silvana Rojas. Y no solo por los medios: integrantes de la Comedia Municipal se cansaron de las promesas y le enviaron una carta documento para que garantice su puesta en marcha. Cuentan que en una de las últimas reuniones, la titular del área les dijo que el presupuesto estaba asignado, pero la plata no estaba. También les dijo que el Teatro Colón no iba a poder ser utilizado por la comedia.
La “respuesta” llegó por la tarde. El municipio envió un comunicado en el que confirmaba que había “firmado un convenio” con Virginia Lago para que haga temporada en el Colón. El municipio no invertirá dinero y la actriz se cobrará con el borderó, pero en medio del reclamo de la Comedia Municipal el anuncio esconde algo de provocación.
Aunque muchos especulaban con cambios en la secretaría de Cultura, Rojas sigue firme en su puesto. Al igual que la titular de Educación Ana María Crovetto, una de las más criticadas desde diciembre de 2015, hoy más alejada de las polémicas y las peleas. En cambio, Arroyo echó a dos funcionarios que él mismo había elegido: Álvaro Fanproyen y Luis Melo.
Los dos, con cargos de segunda línea, habían llegado de la mano del intendente y su entorno más cercano, y no por algún acuerdo político. Los dos se fueron en las últimas horas y el intendente no escatimó críticas: a Melo lo vinculó con el manejo poco transparente de un expediente publicitario; a Fanproyen le apuntó por no resolver los problemas de las cooperativas.
El primero aún no tiene reemplazo, mientras que el polifuncional Emiliano Mensor se hizo cargo de la relación con las cooperativas. El debut no fue el mejor: desde Nueva Esperanza lo acusaron por apretar a un grupo de manifestantes. Habrá que ver si logra encausar una relación que le trajo más de un dolor de cabeza al intendente. El avance del expediente que propone prohibir la quema de neumáticos en la vía pública seguramente no será un elemento que ayude en estas negociaciones, pero Arroyo está resuelto a aprobar esa ordenanza, que la arrastra como promesa desde la campaña que lo consagró intendente.
La gestión de Cambiemos triunfará cómodamente en las elecciones legislativas y, quieran o no muchos de los integrantes de la coalición, el jefe comunal recibirá un espaldarazo. ¿Será suficiente para transitar los dos años que le quedan de gestión sin repetir estos problemas que lo persiguen desde el inicio?
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