Aunque el acuerdo era que la ministra de Seguridad la presida, desde el macrismo quieren correrla del partido y votarán por el exintendente y actual diputado Martín Yeza en su lugar. En las redes, Macri y Ritondo volvieron a diferenciarse de Milei
Silvia Mercado
En un hecho inédito, el PRO discutirá su política de alianzas a cielo abierto, en una asamblea partidaria que, según el artículo 78 de la carta orgánica, es el máximo órgano de conducción porque representa a los afiliados. Si entregarse o no a La Libertad Avanza, en todo caso cuándo, con qué discurso y -en definitiva- quién definirá las listas para las elecciones legislativas del 2025 es el trasfondo de una pelea.
Como anticipo de esta fractura, donde el bullrichismo puede quedar no solo afuera del PRO sino provocar la división del bloque de Diputados del PRO, Mauricio Macri posteó ayer que "para materializar la estratégica Ley Bases", "aún más importante que crear nuevas leyes es cumplir con las existentes, en especial, cumplir con los fallos irrevocables de la Corte Suprema" como es el caso de "la deuda de coparticipación que la Nación mantiene con la Ciudad de Buenos Aires.
Minutos después lo hizo el titular del bloque, Cristian Ritondo, quien la semana pasada expulsó al bullrichismo del PRO de la provincia de Buenos Aires. Anunció la presentación de un proyecto de resolución para que "el Poder Ejecutivo transfiera los fondos correspondientes a la Ciudad". Aseguró que se trata de "una situación urgente" y consideró que "la medida cautelar dictada por la Corte Suprema debe ser acatada".
El acuerdo alcanzado entre Macri y Patricia Bullrich contemplaba que el ex presidente sería elegido titular del partido a cambio de que la Ministra de Seguridad sea la titular de la asamblea, pero los negociadores no se pusieron de acuerdo desde que se designaron las autoridades ejecutivas y la pelea fue escalando. La Ministra de Seguridad desplazó primero a Sebastián García de Luca (vinculado a Rogelio Frigerio y Nacho Torres) y luego a Antonio Ventura Barreiro (vinculado a Ritondo), aunque en ambos casos aseguró que no tuvo nada que ver la situación partidaria interna.
La discusión tendrá como escenario un hotel en la zona del Abasto. Cada uno de los 196 asambleístas fue convocado vía correo electrónico para las 10 de la mañana, y para sesionar se necesita la mitad más uno, o sea 99 asambleístas que el macrismo confía en tener asegurados. El bullrichismo no quiere decir cuántos asambleístas votarán por su candidata, pero en teoría tienen 20% del total si se analiza el listado distrito por distrito.
De todos modos, el bullrichismo no le dará el gusto a sus contrincantes internos la posibilidad de votar. Sabiendo que van a perder, pedirán el cumplimiento del acuerdo y se retirarán de la Asamblea. Muy probablemente judicializarán el resultado, ya que -dicen- sus asambleístas no fueron debidamente citados vía correo electrónico. Del otro lado, dicen niegan que no hayan cumplido con la convocatoria y aseguran que tienen cómo acreditarlo.
Lo más probable, entonces, es que salga elegido presidente de la asamblea del PRO el diputado Martín Yeza, un joven que fue dos veces intendente de Pinamar y que viene promoviendo desde la derrota del 2023 una renovación de los cuadros partidarios. Hasta elaboró un plan de acción que le presentó a Macri y llegó a discutirse en distintos ámbitos.
Coparticipación Macri empieza a despegarse de Milei: "Hay que cumplir"
Hace pocos días, Yeza publicó en sus redes sociales un mensaje: "Muchos de ustedes me piden hace tiempo que venga a liderar. Aquí estoy", fue parte del video que tuvo el aval del presidente del PRO.
Lo curioso es que ni Macri ni Bullrich estarán presentes en la asamblea. El enfrentamiento interno en medio de la crisis económica no deja bien parado a ninguno. En las filas del macrismo se asegura que "esta es la última pelea política de un proceso iniciado en el 2020, en plena pandemia, entre Horacio (Rodríguez Larreta) y Patricia".
"Es algo que tenemos que hacer", explicó a El Cronista uno de los responsables de una estrategia impensada en otros tiempos, con otros estrategas comunicacionales.
Otros piensan distinto. Un jefe partidario del interior consideró que "papá y mamá se tendrían que haber puesto de acuerdo en los términos del divorcio antes de llevarle el problema a los hijos". Otro consideró que "las diferencias son entre papá y la madrastra, Patricia nunca fue la mamá del PRO. La verdad que nos usó".
Mauricio Macri con Martín Yeza
Un bullrichista confeso ahora alejado, asambleísta, dijo que "no voy a viajar, pero si lo hiciera votaría por Yeza. Tengo muchas diferencias con (Javier) Milei, demasiadas, diría". Otro bulllrichista, uno de los que está a cargo de la estrategia de la ministra asegura que si no se respetan los acuerdos vamos a hacer ruido. Se quejó, además, porque el PRO le pagó el pasaje a los asambleístas que votarán por Yeza y no a los que votarán por Bullrich. "Todos somos del PRO", se lamentó.
Luego está el caso de la senadora Guadalupe Tagliaferri, quien le anticipó a El Cronista que va a abstenerse. "Acá nadie está discutiendo los valores, ni Mauricio ni Patricia. Están discutiendo quién tiene la lapicera, nadie respeta la situación que se está viviendo en la Argentina", dijo.
Si todo sale como espera el macrismo, Bullrich quedará afuera del partido, "se victimizará", dividirá el bloque de Diputados e iniciará un camino que evaluará cómo integrarse a LLA. Cuentan con que la mayoría de sus diputados terminan sus mandatos el año próximo y así el bullrichismo perdería representación parlamentaria.
Quienes siguen a la ministra están confiados en su olfato político y aseguran que ella sabrá encontrar el mejor camino para dejar mal parado su contrincante si no puede hoy, en los próximos meses. "Macri no la va a tener gratis", aseguran.
Lo único que está claro es que el presidente del PRO y la ministra tienen visiones contrapuestas. En tanto Bullrich no tiene ninguna chance de independizarse del Gobierno, Macri estaba esperando la votación de la Ley Bases para tomar distancia de Milei y LLA. Le molesta que el Presidente no haya cumplido con ninguna de sus promesas en relación con él, y que siga usando su nombre cada vez que peligra su credibilidad como gobernante en el "círculo rojo".
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