El flamante Defensor del Pueblo, Fernando Juri Debo, tuvo que afrontar una insólita situación en su primer día de trabajo.
Los dos ultraalperovichistas que oficiaban como adjuntos en la Defensoría, Roberto Sollazzi y Eduardo El Eter, se "atrincheraron" en un despacho, negándose a entregar las oficinas a las nuevas defensoras adjuntas, doctoras Lía López y Ana Kermes.
Desde el interior del despacho, Sollazzi y El Eter, sin abrir la puerta, a los gritos le habrían advertido a Juri Debo que no se irían de la Defensoría hasta percibir una cifra cercana a los 800 mil pesos, por supuestas vacaciones no tomadas.
Acto seguido, Juri Debo emitió una resolución ordenando la cesantía inmediata de Sollazzi y El Eter, quienes siguieron negándose a retirarse de las oficinas "si no nos llama José", en referencia al ex gobernador Alperovich, quien presuntamente avalaba la insólita actitud de los dos funcionarios.
Juri Debo les advirtió que se encontraban cesanteados, y que si no dejaban el despacho llamaría a la fuerza pública para expulsarlos.
Sollazzi y El Eter entonces se retiraron, aunque todavía insistirían en cobrar los supuestos 800 mil pesos.
Fuentes cercanas a Juri Debo también señalaron que antes de dejar el cargo, el saliente defensor del sueldo, Hugo Cabral, habría realizado múltiples nombramientos de personal, que serían revocados en los próximos días.
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