A través del Decreto 2441/20 de fecha 27 de octubre, el Jefe Comunal de la capital de Santa Cruz, Pablo Grasso, extendió el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio para la ciudad desde el 26 de octubre y hasta el próximo 8 de noviembre de 2020. Pero, el dato llamativo del mencionado instrumento legal, está en el Artículo 3º: “Determínase que los agentes municipales que hayan dado positivo para COVID-19 y hayan cumplido los plazos indicados según protocolos establecidos por el Ministerio de Salud de la Nación, deberán presentarse a sus funciones habituales, a partir de la notificación fehaciente del presente”. 

Sin mayores precisiones ni justificativos científicos, Grasso establece el regreso al trabajo de quienes vivieron en carne propia la pandemia, decisión que va en la misma sintonía a su ‘pasaporte de inmunidad’ que ideó para dar libre circulación a los recuperados de COVID-19 no sólo en la ciudad capital, sino también con la posibilidad de viajar a otras localidades, más allá de Río Gallegos.

En busca de precisiones en este sentido, OPI indagó en la página web de Naciones Unidas, en el apartado “Preguntas frecuentes sobre la COVID-19”, ¿Las personas recuperadas de COVID-19 se pueden infectar otra vez?, el organismo responde: “sabemos que para coronavirus similares los infectados tienen pocas probabilidades de volver a infectarse poco después de haberse recuperado. Sin embargo, dado que todavía no se conoce la respuesta inmunológica al COVID-19, no se sabe aún si se observará una protección inmunológica similar en los pacientes que se han recuperado de este virus. 

Con este virus, algo es seguro: muchas son las dudas y pocas las certezas, por lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió en el mes de abril pasado, que no hay evidencia de que los pacientes recuperados de coronavirus no puedan volver a contagiarse. 

Sobre esta base, el portal español Córdoba Buenas Noticias publicó, a fines de abril pasado, una nota que lleva ese título, en base a lo publicado por la Organización, donde destaca que Naciones Unidas ha alertado contra la emisión de “pasaportes de inmunidad” o “certificados libres de riesgo” a personas que han sido infectadas, asegurando que esta práctica en realidad puede aumentar el riesgo de propagación, ya que puede favorecer ignorar las advertencias de las autoridades sanitarias. Y añade, respecto al informe de la OMS: “actualmente no hay evidencia de que las personas que se han recuperado de COVID-19 y tiene anticuerpos están protegidos para una segunda infección”.

En nuestro país, Infobae publicó el 25 de abril un cable de la agencia Reuters, que tenía su origen en Ginebra, Suiza –donde se ubica la sede de la Organización Mundial de la Salud. La información remarca que la entidad internacional a través de un documento informó que: “Algunos gobiernos han sugerido que la detección de anticuerpos contra el SARS-CoV-2, el virus que causa COVID-19, podría servir como base para un ‘pasaporte de inmunidad’ o ‘certificado libre de riesgos’ que permitiría a las personas viajar o volver a trabajar asumiendo que están protegidos contra la reinfección “. Pero, si bien hasta el momento, la mayoría de los estudios han demostrado que las personas que se han recuperado de una infección tienen anticuerpos contra el virus, algunos de ellos tienen niveles muy bajos de anticuerpos neutralizantes en la sangre”. 

¿Sobre qué estudios o argumentos el intendente de Río Gallegos habrá tomado la decisión? ¿Habrá sido el Ministerio de Salud y Ambiente de Santa Cruz quién aconsejó, permitió y avaló la determinación del Jefe Comunal?  Si así fuera, han pesado más las recomendaciones de los funcionarios provinciales que lo publicado por la Organización Mundial de la Salud. Mientras tanto, una vez más, los vecinos de la capital provincial miran azorados las decisiones que, día a día, toma el Jefe Comunal.