La Unión Cívica Radical (UCR) encontró este martes otro motivo para su interna: sus votos son claves para sostener el decreto de necesidad y urgencia 70/23, conocido como decretazo, que deroga o reforma más de 300 leyes y comenzará a debatirse en comisión. Como es habitual en el partido centenario, no hay una postura uniforme.

Un sector ligado a algunos gobernadores radicales está dispuesto a aprobar el DNU; y los rebeldes, cercanos al presidente de la UCR, Martín Lousteau, proponen derogarlo y discutir los temas en formatos de proyecto de ley. Hay una postura intermedia que es debatirlo por tramos y no registra antecedentes.

La discusión es seguida con atención por los referentes de la Libertad Avanza (LLA), porque si hay una rebelión radical en la Cámara de Diputados, como la que hubo en el debate de la ley ómnibus, podría ocasionar una mayoría dispuesta a votar en contra del decretazo. En el Senado, como anticipó Letra P, ya están los votos para el rechazo. Si las dos Cámaras lo votan en contra, el DNU desaparece. Mientras eso no ocurra, sigue vigente.

La jugada de Victoria Villarruel

La vicepresidenta Victoria Villarruel no oculta su preocupación y apuró el trámite para crear este jueves la bicameral de trámite legislativo, encargada de debatir los decretos. La citación fue pocas horas después de que el presidente de la Cámara baja, Martín Menem, definiera los integrantes de Diputados.

Villarruel intentará que el debate se prolongue todo lo posible en la bicameral, pero no evitará que Unión por la Patria continúe reclamando que el decretazo se trate en los recintos, como prevé la ley 26.122 en caso de trascurrir diez días hábiles desde que fue enviado sin que haya sido dictaminado. Está en esas condiciones hace tiempo: el 70/23 arribó el 5 de enero.

La bicameral no tendrá mayoría de ninguna fuerza: UP quedó con seis miembros, LLA con tres; la UCR y el PRO con dos y el resto serán de fuerzas alternativas, como los senadores Juan Carlos Romero (Cambio Federal) y Carlos Espínola (Unidad Federal); y el diputado Nicolás Massot (Hacemos Coalición Federal).

La llave de la UCR

LLA sólo tiene el respaldo del PRO y Romero. Por lo tanto, no puede juntar los nueves votos necesarios para dictaminar. Es por eso que Villarruel apunta a estirar el debate todo lo posible con la expectativa de que el decretazo siga vigente. La esperanza del Gobierno, cada vez más lejana, es que un fallo de la Corte Suprema valide el capítulo laboral, anulado por la Justicia en instancias inferiores.

En cualquier caso, el destino del decretazo se definirá en los recintos y la UCR tiene la última palabra. En el Senado, Unión por la Patria puede reunir una mayoría con respaldo de los partidos provinciales, mientras que en Diputados necesita además de al menos un sector del partido centenario.

La semana pasada, cuando Villarruel ignoró por segunda vez un pedido de Unión por la Patria para tratar el decretazo en el Senado, la UCR pidió por comunicado conformar la bicameral e iniciar el debate. Lo firmó el presidente del partido, Lousteau, y las autoridades legislativas. Lograron que Menem completara el trámite y este jueves la comisión definirá autoridades y agenda de trabajo.

El destino del decretazo

Este miércoles, los referentes parlamentarios de la UCR cruzarán llamados para buscar una postura común. No está fácil: luego de recibir en Corrientes al presidente, Javier Milei, este martes el gobernador Gustavo Valdés atacó a Lousteau. "Me importa un carajo lo que diga", lo increpó. Junto a su colega de Mendoza, Alfredo Cornejo, lideran el grupo dialoguista del radicalismo, decidido a dejar vigente el DNU.

La expresó la semana pasada la diputada Pamela Verasay, cercana a Cornejo. "El rechazo completo huele más a capricho que a convicción. Quedarnos con el mismo discurso que el kirchnerismo. No sólo es errado, sino que también va en contra de las demandas que nos plantearon nuestros votantes", sostuvo.

Sus pares referenciados en Lousteau y el exgobernador jujeño Gerardo Morales consideran que no se puede avalar un decreto tan voluminoso. Pueden reunir hasta 16 de los 34 miembros del bloque, con figuras como Facundo Manes y Julio Cobos. Un sector de este grupo propone otra alternativa: reinterpretar la ley 26.122 y debatir el decretazo por tramos. Algunos podrían ser aprobados y otros no.

Este miércoles, clave

El promotor de esta idea es el diputado formoseño Fernando Carbajal. Si bien no hay antecedentes, el jurista Ricardo Gil Lavedra aportó algunas argumentaciones para justificar esa postura, que entusiasma al jefe del bloque radical en Diputados, Rodrigo De Loredo, porque podría permitir conciliar posiciones.

Será parte de un debate este miércoles con el diputado Francisco Monti y el senador Víctor Zimmermann, los radicales que integran la bicameral. Villarruel y Menem seguirán de cerca esta discusión. Otra fractura radical, puede dejar a Milei si la herramienta legal más importante de su gestión.