Un día decisivo para la investigación

Un día decisivo para la investigación

Mientras ya se considera difícil que aparezcan indicios importantes en la casa del fiscal y en el arma, se espera ver si había consumido algún fármaco. La pista que puede dar más resultado es la de su computadora y su celular.

Los médicos forenses que dependen de la Corte Suprema dejaron plantado en la autopsia un diagnóstico: “En la muerte del doctor Alberto Nisman no participaron otras personas”. Este miércoles, la fiscal Viviana Fein hará públicos los dos informes complementarios de la autopsia, la anatomopatología y la toxicología. En el primer caso –según las fuentes– se ratificará que el disparo fue a menos de un centímetro, lo que respaldaría el diagnóstico forense. La toxicología es, hasta ahora, la mayor incógnita: se dice que se encontró una sustancia inhabitual, pero no en cantidades suficientes para afectar el nivel de conciencia del fiscal y así dejarlo dormido o inconsciente para simular la escena de un suicidio. Los peritos contratados por Sandra Arroyo Salgado presentarán un escrito con sus apreciaciones y pidiendo nuevas medidas. Por lo que se sabe, cuestionarán las conclusiones de los forenses, pero dejando abiertos los interrogantes.

Muerte dudosa

El problema clave consiste en cómo y hacia qué lado se mueve la calificación actual de la muerte de Nisman como muerte dudosa. La fiscal y la jueza Fabiana Palmaghini cuentan con una voz inicial muy poderosa, la de los forenses que hicieron la autopsia. Esos médicos no dependen del Ejecutivo sino de la Corte Suprema y en este caso se hizo público que incluso le llevaron las conclusiones al titular del máximo tribunal, Ricardo Lorenzetti. Esas conclusiones apuntan al suicidio sobre la base de tres elementos:

- La distancia del disparo, con el arma casi apoyada.

- El hecho de que no tenga lesiones defensivas en el cuerpo

- El espasmo cadavérico, que es el efecto de rigidez del cuerpo en un disparo autoinflingido, lo que produce que el dedo esté doblado como en el momento de apretar el gatillo.

Frente a ese cuadro, los peritos de Arroyo Salgado esgrimirán que el barrido electrónico no dio positivo, es decir que falta la prueba categórica de que el propio Nisman haya disparado. Y argumentarán también que el lugar del disparo, un par de centímetros por arriba de la oreja, es atípico. Esta controversia entre la familia de una persona que presuntamente se suicidó y los peritos oficiales es tradicional; se verifica en miles de casos a nivel mundial. Es muy difícil que los allegados admitan que su ser querido se quitó la vida, a menos que haya dejado una carta o un mensaje muy claro.

Teóricamente, la fiscal y la jueza tienen que llegar a una conclusión al final de la instrucción, dentro de los cuatro meses de producido el deceso, pero hay causas en las que el expediente siguió así, como muerte dudosa.

Baño

Es difícil que aparezcan evidencias que cambien la situación a partir de lo encontrado en el baño el viernes. Por lo que se sabe, la aplicación de reactivo apuntó a alguna mancha adicional de sangre. Por de pronto, habrá que verificar si se trata de sangre del propio fiscal y, en todo caso, parece difícil que exista una única gota, imperceptible, de un supuesto homicida. Los pelos son una evidencia aún más complicada, teniendo en cuenta que por ese baño –como lo dejó en claro la jueza Palmaghini– pasaron numerosas personas después del trabajo de la División Rastros.

Más allá de las frases dichas en la puerta de Le Parc, al menos por ahora, nada cambia el cuadro de situación: hasta el momento, ninguna evidencia pone un homicida en el escenario de la muerte.

Toxicología

Todos los toxicólogos forenses consultados por este diario sostuvieron que el estudio sobre las sustancias presentes en el cuerpo de Nisman no puede haber tardado más de una semana. Es decir que Fein tiene los informes desde fines de enero. Sin embargo, la fiscal anunció que dará a conocer los resultados el próximo día hábil, el miércoles. El elemento decisivo allí es si se encuentra algún fármaco en cantidad suficiente para haber producido algún estado de inconsciencia al momento de la muerte. La hipótesis en ese caso sería que alguien durmió al fiscal y después movió su cuerpo de manera de simular un suicidio. No es fácil armar la escena del baño, con el cuerpo obstruyendo la puerta y sin señales de arrastre, pero la presencia de un fármaco en grandes cantidades llevaría a analizar lo ocurrido de forma diferente. El dato se conocerá dentro de tres días.

Anatomopatología

Es el estudio microscópico de una parte de las vísceras –hígado, corazón, pulmones y otros–, pero, sobre todo en este caso, del orificio producido por el disparo. Aunque el informe definitivo de los médicos forenses estará el miércoles, los trascendidos indican que no hay demasiadas dudas. La distancia de disparo es de menos de un centímetro, lo que significa que el arma estaba casi apoyada y el tiro fue un par de centímetros por arriba de la oreja. Los peritos de Arroyo Salgado admitirán lo de la distancia, pero dirán que la ubicación del tiro, por encima de la oreja, es atípica, inhabitual en suicidas. Los peritos oficiales, en cambio, concluirán que es un lugar atípico, pero que existen muchos casos. La distancia del disparo es un dato de muchísima importancia, porque es muy difícil que alguien pueda acercarse con un arma a menos de un centímetro, sin producir una defensa, y eso es más difícil inclusive dentro de un baño.

Computadoras y celulares

El trabajo recién está comenzando. El perito informático designado por Arroyo Salgado, Gustavo Pressman, recién habría recibido el viernes los primeros archivos, que son copias-espejo de los archivos que existen en los celulares y computadoras. Como es obvio, en esa parte de la investigación se buscan varios elementos:

- Las últimas comunicaciones de Nisman. Ya está claro que habló con Antonio “Jaime” Stiusso. Eso se sabe no porque haya surgido de los celulares sino por las planillas de la empresa telefónica.

- Hoy en día es de máxima importancia verificar los mensajes de texto. Las empresas de celulares pueden determinar a quién le mandó o de quién recibió un mensaje; pero el contenido de un WhatsApp o mensaje de texto puede estar todavía en el celular.

- Se hará un estudio de los archivos de las computadoras. Hasta el momento, no se ha encontrado ningún mensaje que Nisman haya dejado y tal vez no exista. Pero debe chequearse.

- En la computadora seguramente se encontrarán copias de los mails enviados y recibidos. En esa información y la de los archivos puede haber material sobre amenazas o estados de ánimo del fiscal.

Todo indica que el análisis de celulares y computadoras todavía va a tardar bastante.

Psicología

Como adelantó en exclusiva este diario, Arroyo Salgado designó un psiquiatra forense en el equipo de peritos. La jueza fue muy cuidadosa en no descartar la hipótesis del suicidio cuando habló en el ámbito opositor en el Senado. “No sabemos todavía si estamos ante un hecho criminal”, dijo. La presencia del psiquiatra Ricardo Risso en el equipo de Arroyo Salgado demuestra que su idea es ahondar en el estado psicológico en el que se encontraba su ex marido. Risso recién asumirá como perito en la próxima semana y habrá que ver lo que decide la fiscal Fein en esta materia. Por ahora no ordenó ningún estudio ni indicó puntos de peritaje.

Lo que es habitual, ante la sospecha de un suicidio como en este caso, es que se haga algún estudio sobre el estado psicológico de la persona fallecida. El análisis se hace en base a quienes estuvieron y dialogaron con el fiscal en los últimos días, aunque en muchos casos no se detectan las anomalías. Se dice que durante 2014 Nisman dejó las sesiones de psicoanálisis y había tomado contacto con el Arte de Vivir, la corriente que lidera internacionalmente el gurú Ravi Shankar.

El arma

Como se sabe, el estudio de barrido electrónico realizado en Salta dio negativo, es decir que no se encontraron rastros de fulminante en la mano de Nisman. No es categórico, porque no significa que el fiscal no disparó, sino que significa que el fulminante no dejó rastro. Puede deberse a las características de la pistola, a su antigüedad y también a la antigüedad de los proyectiles. Por ahora Fein no ordenó otra pericia en la que se haría otro disparo con la pistola que usó Nisman y se vería qué ocurre con los rastros del fulminante.

Lagomarsino

El curioso técnico informático, cuyo contrato en la Unidad AMIA ya fue dado de baja, no fue llamado todavía a prestar declaración indagatoria por haberle entregado la pistola a una persona que no era legítimo usuario.

Según trascendió, hay un dato que juega a favor de él: las cámaras de los peajes lo habrían detectado yendo a lo de Nisman en la tarde del sábado 17; luego regresando a su casa a buscar el arma, volviendo a Le Parc a entregar la pistola y yendo definitivamente a su casa en Martínez después de las 20. Eso hace presumir que Lagomarsino –como él mismo contó– no estuvo en la escena de la muerte el domingo. De todas maneras, es obvio que se seguirá investigando su papel y cuál era realmente el trabajo que hacía, ya que cobraba una cifra altísima y no concurría a la Unidad. No menos curioso es el papel del abogado Claudio Rabinovitch, que igualmente tenía un contrato alto –33.000 pesos– y no se sabe cuál era su trabajo.

Stiuso

El ex hombre fuerte de la Secretaria de Inteligencia (SI) debería declarar en la semana que comienza mañana. Su influencia sobre Nisman era llamativa, al punto que el juez Rodolfo Canicoba Corral dijo públicamente que la lógica era que un fiscal liderara y un hombre de la SI estuviera bajo su liderazgo, pero que en el caso de Nisman y Stiuso los papeles se intercambiaban: el que lideraba era Stiuso.

El ex jefe de Operaciones de la SI estaba alineado con los servicios de inteligencia de Estados Unidos e Israel y el alineamiento de Nisman se hizo público cuando la organización Wikileaks dio a conocer los cables de la Embajada de Estados Unidos en la Argentina. Sus constantes visitas a la delegación diplomática, el anticipo a la embajada de las medidas que iba a tomar, incluso la consulta sobre el contenido de algunos textos y, sobre todo, la aceptación del reclamo de Washington de que se siguiera sólo la pista iraní, dejando a un lado la pista siria y la conexión local. Todo eso dejó claramente expuesto su alineamiento en paralelo con el de Stiuso.

El punto de inflexión de Nisman-Stiuso fue el regreso intempestivo de Europa y la presentación de una insólita denuncia que ni siquiera el fiscal tenía bien terminada, porque –tal como le dijeron los jueces– no alcanzó a aportar ni la transcripción de las escuchas.

Es muy posible que Stiuso diga que los motivos de las últimas llamadas fueron intrascendentes o que sólo se referían a aspectos muy parciales de la denuncia del fiscal. No habrá manera de comprobarlo. Existe un dato adicional: según Lagomarsino le contó a una jueza –que así se lo transmitió a este diario–, Stiuso llamó a Nisman el día anterior a su muerte para decirle que desconfíe de su custodia y que les pusiera seguridad a sus hijas. Habrá que ver si el ex espía cuenta algo de eso.

Sin embargo, quienes conocen cómo funcionaba el dúo Nisman-Stiuso apuestan a que desde la SI le habían prometido a Nisman una tonelada de escuchas para respaldar su débil denuncia. Nisman las necesitaba en forma desesperada. Lo cierto es que finalmente no le entregaron nada. O, como comentan, “le mandaron una caja de pizza”. Lo más probable es que Stiuso diga que no sabe nada de todo eso.

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