El ataque para extraer el cobre de los equipos ocurrió hace tres semanas en el Mártires. Desde entonces, el lugar, es un caldo de cultivo de bacterias por acción de los efluentes sin tratar y las altas temperaturas.
Olor insoportable y proliferación de alimañas, sumados a las altas temperaturas convirtieron un tramo del arroyo Mártires en un suplicio para las familias asentadas a su alrededor. Hace tres semanas fue vandalizada la estación elevadora de Itaembé Miní, la cual quedó inactiva desde entonces y los desechos se vuelcan de forma directa a esa cuenca.
El ataque a las instalaciones, monitoreadas por seguridad pública y privada, presuntamente fue para robar equipos y extraer cobre, lo cual la dejó inactiva.
“SAMSA está esperando que lleguen los repuestos que, dijeron, están en camino. Si bien no es un caso recurrente ni constante, ya solicitamos al EPRAC que labre las actas correspondientes”, dijo a PRIMERA EDICIÓN el jefe de Gobierno capitalino, Leonardo Stelatto, consultado sobre el reclamo de la población.
“Al enterarnos de los inconvenientes hemos hecho los planteos al EPRAC y a SAMSA”, enfatizó.
“La respuesta que recibió el municipio es que en el transcurso de los próximos días ya estaría en marcha nuevamente”, sostuvo el intendente.
El presidente del EPRAC, Daniel Di Stefano, especificó en tanto, que no afectó a “la EDAR (Estación Depuradora de Aguas Residuales) donde deben llegar los líquidos cloacales de toda la ciudad y se encuentra operativa”.
No obstante, la descarga puntual de efluentes cloacales (compuestos orgánicos) al arroyo ya hizo que cambie, en primer lugar, su apariencia y calidad físico- química. En ese sentido, al haber aporte orgánico probablemente exista y quede visibilizado un cambio en la composición de especies, pero no su muerte. Sin embargo, no deja de ser importante porque la transformación también es a nivel microbiológico y es importante generar alertas para que la gente no se meta al agua.
“En ese estado el agua se convierte en un caldo de cultivo y deja de ser apta para el uso recreativo”, sostuvo por su parte la bióloga Gladys Garrido, directora del Programa de Educación Ambiental de la Facultad de Exactas de la UNaM (ver abajo).
“En la cuenca del Mártires existen 13 estaciones elevadoras, encargadas de impulsar estos líquidos, actualmente estas estaciones se encuentran en servicio, salvo la que fue atacada”, se explayó Di Stefano quien aclaró que las actas labradas se encuentran en el departamento Jurídico del organismo para determinar responsabilidades, si es que las hubiere.
“Estos son eventos aislados, se identifican rápidamente debido a las inspecciones periódicas que se realizan desde el EPRAC”, aseguró.
Control de calidad
El arroyo Mártires está monitoreado por el Programa de Calidad de Agua de la EBY, organismo que también debe llevar adelante controles además de otros organismos municipales, provinciales y del Estado nacional.
Largo recorrido
La EDAR es el último punto del sistema cloacal, es adonde deben llegar los líquidos cloacales de toda la ciudad, que en algunos casos recorren más de 24 kilómetros para llegar. Allí reciben tratamiento final.
Alertar a la población
Consultada para brindar una mirada especializada, la bióloga Gladys Garrido señaló que “los efluentes cloacales tienen una gran cantidad de materia orgánica que requiere importantes sumas de oxígeno para ser degradada. Arrojados sin tratamiento provocan disminución del oxígeno en los cursos de agua y aportan una cantidad excesiva de nutrientes generando serias consecuencias”.
“Las bacterias y microorganismos presentes representan un riesgo directo para la salud, para el consumo y para el uso recreativo, fundamentalmente aguas debajo de la descarga. Las enfermedades asociadas a esta situación de vulnerabilidad son gastrointestinales, estomacales, parasitarias e infecciones en la piel”, remarcó.
Comentá la nota