La Cámara de Apelación y Garantías de Mercedes hizo lugar al segundo recurso de apelación que presentó Iris Cristina Castaño, con el patrocinio del Dr. Gustavo Arabia, contra la resolución del Juez de Garantías Marcelo E. Romero que le negó por segunda vez su condición de particular damnificada en la causa en que se investigó la muerte de su hijo Rodolfo Ángel Lemos y su ex pareja Carla Valeria Palavecino, ocurridos el 1 de diciembre de 2009, en una tintorería de Bragado, donde trabajaba la mujer.
En la resolución del 6 de agosto, pero notificada recién este lunes 9, se señala que “a la recurrente le asiste un interés directo, concreto y actual, lo cual invocó con visos de verosimilitud, razonabilidad y sustento jurídico, habida cuenta que resulta ser la progenitora de Rodolfo Ángel Lemos, quien si bien en principio hubiera revestido la calidad de imputado, falleció en el hecho aquí investigado; más allá de que tampoco, a su respecto, se adoptó un temperamento definitivo. Es entonces, en este carácter, que Iris Cristina Castaño podrá… solicitar del Ministerio Público toda diligencia que pueda considerarse de utilidad, a fin de acreditar –en todo caso- qué ilícito penal constituye el hecho acaecido y quien o quienes resultan culpables del mismo”.
El Tribunal agregó que “no le asiste razón al juez “a quo” (de garantías) al negar el carácter invocado por la apelante, y consecuentemente vedándole las facultades que le otorga el ritual”. En su intervención anterior, la Sala había resuelto que “todavía la causa está abierta, ya que no otra cosa significa para el Fiscal actuante archivar las actuaciones”.
La familia de Lemos tiene muchas dudas justificadas y consideran que la investigación no está agotada. Aseguraron que ofrecerán medidas tendientes a que se aclaren las cuestiones oscuras, entre ellos varios testimonios, pero antes recusaran al fiscal por falta de objetividad en la investigación.
El informe de la autopsia practicada por el médico de policía de Bragado, Walter Campagnolo, indica, al examen externo, que el supuesto “homicida” tenia 25 lesiones corto punzantes en distintas partes del cuerpo. En el cuello, en la tetilla izquierda –que fueron las mortales, ya que lesionaron el ventrículo izquierdo del corazón-, en el abdomen, en el muslo derecho y en dos dedos de la mano izquierda. En tanto que Palavecino tenia 4 cortes: una en la parte superior del cuello, que le produjo el óbito, en el lóbulo superior izquierdo, en el abdomen y un lesión en el baso. Si bien no había rastros de otra persona, como pueden ser pisadas de sangre, no se puede descartar esa hipótesis. De las fotos tomadas surge que cerca del cuerpo de Lemos hay una especie de huella hecha con la mano, como si hubiese querido borrar una pisada pero no las hay cerca de la puerta. Lemos estaba con el torso desnudo. Se había sacado la remera y enrollada se la habia colocado en el antebrazo izquierdo como para defenderse de un agresor.
Fueron incautadas las prendas, teléfonos móviles, dos de Lemos y uno de la tintorería pero no el de Carla Palavecino, un cuaderno con la supuesta “esquela” de despedida y otros efectos. La mayoría de los siete testigos tenía conocimiento que -pese a la restricción dispuesta por el Juzgado de Paz y a la posición de la madre de ella- mantenían contacto diario por teléfono y en forma personal. Griselda Mastrangelo, que trabajaba junto a Carla, declaró que ella lo llamó por teléfono a Rodolfo el 30 de noviembre, un día antes, para que fuese a la tintorería y cuando llegó le dijo que se fuera, y que el 1 de diciembre, día del hecho, hablaron toda la mañana en tono cordial. El, la fue a buscar a las 13 horas.
Para la familia quedan muchas dudas y consideran que la investigación no fue agotada. El padre, consultado por BV.COM, asegura que la cuchilla encontrada en la escena del crimen cerca de la mano de Carla Palavecino, no pertenecía a su hijo ni entorno familiar. Pero el fiscal sin verificar el origen supone el que el arma homicida fue traída por Lemos, pese a que no surge de la causa quien llevó la cuchilla. Griselda Mastrangelo aseguró que en la tintorería nunca hubo cuchillo o cuchilla. Otra duda es un corte de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo en la tetilla izquierda (corazón) que tenia Rodolfo. Para el padre, que descarta que su hijo tenia intenciones suicidas, había comprado el automóvil días antes del hecho y pensaba construir una casa, es imposible que con la mano izquierda se hubiese autolesionado. Tampoco estableció fehacientemente el fiscal que la letra de la carta pertenece a Lemos, solo lo supone. El escribía en letra de imprenta y la “esquela” contenía párrafos en cursiva. Por su parte La madre, Iris Cristina Castaño, que declaró en la causa, pidió que se investiguen llamadas recibidas al teléfono de Rodolfo en el mes de noviembre de 2009 pero no hubo actividad judicial en ese sentido.
Entonces, no está dicha la última palabra en esta investigación que conmocionó a la opinión pública de Bragado. Quizá aparezcan nuevas pruebas y nuevas sorpresas. No se puede descartar que el verdadero autor camine las calles de la ciudad, por ahora tranquilamente.
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