Barbieri explica y defiende sus primeras medidas, así como la designación de Darío Richarte, ex funcionario de la Alianza, como vicerrector. Rechaza que sea necesario democratizar la universidad, porque –dice– “la UBA es eminentemente democrática”.
–¿Cuáles son sus primeras medidas como rector?
–Como creemos que hay que debatir qué tipo de universidad queremos de acá a los próximos 50 años, puse a consideración del Consejo Superior un programa que involucra desde seminarios, estudios, cuestiones académicas que se han hecho en diferentes institutos y centros de investigación para analizar qué tipo de investigación tenemos que hacer, cómo reforzar el área de transferencia en tecnología, cómo incorporar nuevas tecnologías, cuáles son los objetivos de la universidad argentina para el desarrollo de nuestro país, cuál es el mejor modelo de gestión, organización y, por supuesto, de gobierno para la universidad. Es una propuesta que hago como un borrador, quiero abrir un debate profundo sobre el futuro de la universidad, que no sea solamente discutir si una silla más o una silla menos en el Consejo Superior. No hay que poner el carro adelante del caballo. Hay que discutir todos los temas, no vamos a descartar ninguno.
–¿Esto incluye una propuesta de reforma del estatuto universitario?
–Si hay cuestiones que tengan que ver con una modificación del estatuto, se las discutirá y se verá de qué manera se resuelven.
–¿Entre ellas está la modificación del cogobierno universitario y la democratización que reclaman amplios sectores estudiantiles y docentes?
–No estoy de acuerdo con que se use la palabra democratización porque la UBA es eminentemente democrática. No hay organización universitaria en el mundo más democrática que la UBA. Algunos a veces usan terminologías que parecen muy buenas para vender, pero en la práctica... La verdad es que podemos estudiar un sistema de gobierno diferente, pero siempre en un marco de respeto por las normas de las instituciones, en un marco democrático, según lo que plantea el actual estatuto.
–¿Pero usted cree que el actual cogobierno representa a todos los sectores de la universidad?
–Yo todo lo que propongo está abierto al debate. No voy a opinar como rector. Me corresponde poner a disposición de la comunidad universitaria las herramientas para que se debata. Cuando llegue el momento, también opinaré como profesor. Me reuní antes de asumir con todos los bloques representativos de las diferentes mayorías y minorías de los claustros del Consejo Superior para decirles que éste es un rectorado abierto para todo el mundo. Aspiro a que todas las demandas se pongan en discusión, pero es necesario ordenar el debate en una organización que tiene 300 mil alumnos, 27 mil profesores, 15 mil no docentes, más toda la comunidad alrededor. Tenemos que lograr una manera de debatir para que todo lo que se vaya diciendo en los diferentes foros, seminarios, talleres pueda estar volcado en una página web y donde todos puedan participar. Se necesita una nueva metodología de participación. Está a consideración del Consejo Superior. Los alumnos dijeron que les parecía bien y que ellos iban a aportar.
–¿Cómo fue la controvertida elección de Darío Richarte como vicerrector?
–El Consejo Superior es el que elige al vicerrector dentro de los miembros de claustros de profesores del propio consejo. No se puede elegir a cualquiera. No lo elijo yo. Hubo dos candidatos propuestos, uno era Darío Richarte y el otro Federico Schuster. Salió seleccionado Richarte, que por otra parte era consejero por la mayoría del cuerpo de profesores.
–¿Usted apoyaba la candidatura de Richarte?
–A Darío Richarte lo propuso el claustro de profesores por la mayoría, a instancias de la Facultad de Derecho, y yo lo puse a consideración del Consejo. La minoría propuso a Federico Schuster.
–¿Qué opinión le merece Richarte?
–No había trabajado con Richarte, pero tengo la mejor de las opiniones. Es un docente de una trayectoria destacada, una persona que está trabajando hace mucho tiempo en la UBA. Fue secretario general de la UBA, Es docente regular por concurso en Derecho, donde también fue consejero. Además, pertenece al sector que ganó las elecciones de profesores.
–¿Qué piensa de los cuestionamientos contra él por su participación en la SIDE durante el gobierno de Fernando de la Rúa?
–No puedo hacerme cargo de las cosas que se dicen. Los cuestionamientos políticos son políticos y los legales se hacen en la Justicia. El miércoles, en el debate del Consejo Superior, cuando algún estudiante insinuó un cuestionamiento legal sobre Richarte, un consejero expuso que las acusaciones no eran ciertas. De la gente que incursionó en la política se dicen muchas cosas, ahora acá se lo elige por su actuación académica en la universidad. Todo lo demás corre por cuenta de quien lo diga.
–La federación universitaria (FUBA) también se mostró descontenta con la designación del radical Emiliano Yacobitti como secretario de Hacienda y Administración.
–En la reunión del Consejo nadie se opuso a la designación. Ni de Yacobitti ni de ninguno de los nuevos secretarios. Sólo hubo una observación política al final del Partido Obrero sobre que estaba en contra de todo el sistema de elección que marca el estatuto. Nadie hizo ninguna mención en el momento en que se designó a Yacobitti, no veo cuál es la polémica.
–¿Cuál es el propósito de la nueva estructura y las nuevas secretarías que presentó para el rectorado?
–Creo que la universidad, por la complejidad que tiene, necesitaba que ciertas áreas fueran potenciadas. Como es el caso de ocupar la Secretaría de Planificación, que estaba vacante. La convertí en Planificación e Infraestructura por todos los problemas que tenemos en infraestructura y fue nombrado a su cargo el decano saliente de Arquitectura, Eduardo Cajide. También es importante la creación de la Secretaría de Desarrollo y Bienestar de los Trabajadores Universitarios: es un hecho histórico en esta universidad porque desde el rectorado se les está dando la mayor injerencia posible a los trabajadores no docentes. Por supuesto, quedará el tema del voto (en el cogobierno), que excede al rector. La nueva Secretaría de Educación Media es producto de que para nosotros el tema de los colegios universitarios es muy importante; por su especificidad y problemática requería una atención puntual.
–Se ve una continuidad con la gestión del rector saliente, Ruben Hallu, en la elección de los nuevos secretarios...
–Si uno se pone a ver los nombres, no hay tanta continuidad porque son distintos. Queda sólo Catalina Nosiglia en su cargo de secretaria de Asuntos Académicos, Daniel Sordelli como secretario de Posgrado y Oscar García, pero en una nueva secretaría. Sí se puede decir que hay una continuidad política del grupo que nos apoya, que también apoyó a Ruben Hallu. Somos el mismo espacio político, con la misma pluralidad de ideas, con un mismo sentido de lo que queremos de la universidad.
–¿Cree que los habituales conflictos relacionados con las paritarias docentes van a afectar al dictado de las clases en la universidad?
–Las clases ya empezaron en varias facultades y no hay conflicto alguno. Nosotros no tenemos nada que ver, eso lo maneja el Estado nacional. Espero que no influya en el dictado de las clases.
–¿Qué relación planteará desde la UBA con el gobierno nacional y con los gobiernos de la ciudad y la provincia de Buenos Aires?
–Estuvimos hablando con el ministro de Educación de la Nación, con el gobernador de la provincia de Buenos Aires los días previos a asumir y ahora voy a gestionar una reunión con el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, aunque ya hemos dialogado con el ministro de Educación para hacer un programa de articulación del último año de la escuela secundaria y la universidad. La idea es dar apoyo en matemática y comprensión de textos desde la universidad. Este programa lo estamos desarrollando, lo tenemos en plataformas virtuales. Estamos trabajando con las áreas puntuales de la provincia y la Nación. Es una apertura de la universidad para ayudar a que el tránsito de la escuela secundaria a la universidad sea más amigable y haya más retención de alumnos. El otro tema que estamos trabajando también fuertemente es la investigación en conexión con el aparato productivo del país. Estamos repotenciando Ubatec, una empresa de transferencia de tecnología de la UBA. En otro aspecto que vamos a trabajar pronto es en la creación de una o dos escuelas secundarias técnicas en zonas vulnerables. Una en la ciudad de Buenos Aires y otra en el conurbano. Va a ser un hito importante para que la UBA pueda mostrar la gestión experimental de una escuela técnica de primer nivel en zonas vulnerables. Si nos va bien, se va a poder tomar como modelo para hacerlo en el resto del país.
Comentá la nota