En la Cámara de Diputados de la Nación se realizó una audiencia pública sobre el negocio del juego en la Argentina y la enfermedad que conlleva. Participaron numerosos legisladores y especialistas.
Fue organizada por el legislador nacional Fabián Peralta quien hace seis años presentó un proyecto acompañado por una investigación a partir de no contar con datos oficiales. Como conclusión llegó a que existen más de 390 salas en todo el país. Se trata de la adicción que genera más suicidios. Indicó que el rol de Estado es solo el de dar concesiones que se prorrogan indefinidamente.
Describió que algunas salas de juego suelen ser escenarios de lavado de dinero y que ha cambiado el paradigma dado que antes las salas estaban en destinos turísticos, pero que en los últimos años el juego se ha expandido a las grandes ciudades del país, a los pueblos y al conurbano bonaerense con serias consecuencias sociales.
Margarita Stolbizer por su parte expresó que este encuentro es muy valioso para contribuir a canalizar en un marco institucional como es el Congreso, el trabajo que vienen desarrollando las organizaciones. Señaló que el tema del juego debe abordarse desde dos perspectivas: la del negocio en sí, y lo que hay detrás del juego; la del poder y el juego; y la social.
Desde un Estado que muestra una actitud permisiva atento al dinero que genera la actividad, así como también cuando vincula el juego con fines de ayuda benéfica, y por otro lado al efecto social que este negocio promueve. Si bien la ludopatía no reconoce clases sociales, son los lugares donde están los sectores más vulnerables, que proliferan las salas de juego. La provincia de Buenos Aires hoy es una sala de juego a cielo abierto. Y detrás de este escenario, está la política, que se financia a expensas de la ramificación del fenómeno.
Según los periodistas Federico Poore y Ramón Indart autores del libro "El poder del Juego" señalaron que el negocio genera ciento cinco mil millones de pesos (cifra del 2013) y eso equivale a la recaudación de impuestos del gobierno nacional durante un mes y medio.
También señalaron que según su investigación las salas en todo el país ascienden a un número de 502 y que el tesoro de la actividad está en las tragamonedas que fueron permitidas a partir de 1998. Ambos coincidieron, también el resto de los participantes, en que no soluciona prohibir el juego sino que se lo debe controlar, reordenarlo. Dando reglas, dosificando la oferta y considerando las consecuencias que trae en la población vulnerable.
Por último, hubo una referencia a la publicidad: "Debe ser una actividad tolerada, pero no promovida". Y hubo un capítulo para los juegos on line, apuestas hoy no reguladas que van adquiriendo protagonismo. En resumen, el control debe ser federal, promover mayores regulaciones y reestructurar la oferta para que esta actividad vuelva a su eje, ser un juego.
Del encuentro participaron legisladores nacionales y provinciales, como Margarita Stolbizer, Virginia Linares, Ricardo Cuccovillo, Gabriela Troiano, Marcelo Díaz, Ricardo Vago y Miguel Bazze, como así también los legisladores con mandato cumplido Walter Martello y Juan Pedro Tunessi, junto con ONGs vinculadas a la temática, que contribuyeron al debate con distintas opiniones.
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