La pelea silenciosa dentro de la Unión Cívica Radical, a horas de definir los candidatos a cargos legislativos provinciales, pasa por el perfil que se pretende de esos postulantes.
Por un lado, el grupo ortodoxo insistiría en la necesidad de colocar en las listas, figuras de renombre, reconocidas en la sociedad, destacadas en alguna disciplina o que porten apellido.
Por otro lado, existirían firmes convicciones de que es hora de reconocer a la militancia, al dirigente común que golpea puertas todo el año y se pone el frente no solo en los triunfos, sino también en la adversidad.
La discusión se habría planteado a partir de la férrea resistencia de la dirigencia de Tinogasta a la candidatura para su reelección de Bernardo Quintar como senador. La resistencia, más allá del nombre, es la imposición y decisión casi inconsulta de su padre, Amado “Coco” Quintar, de postularlo en la mesa de consenso aprovechándose de que es el presidente de la UCR.
Esa postura cundió en otros distritos y, por ejemplo en la Capital, el ex intendente Ricardo Guzmán habría desistido de estar en las listas porque considera que debe haber un recambio. Pero en la nómina hay apellidos ilustres que aspiran esas representaciones -muchos de doble apellido-, y por otro, dirigentes de Circuito como Enrique Sir que cuenta con el respaldo de las bases radicales.
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