El cineasta perdió terreno en la compulsa política de la Ciudad. Las fuerzas que en algún momento lo erigieron como referente hoy se encuentran divididas y afrontan obstáculos de armado en el territorio. Experimentan un retroceso, a contramano del FIT.
Varias expresiones de izquierda de la Ciudad vieron erosionada su potencia electoral el último tiempo, a contramano del crecimiento que habían acumulado en elecciones anteriores de la mano de Pino Solanas y su partido Proyecto Sur, que ahora atraviesa por descenso en su caudal electoral.
La crisis de los diferentes sectores que en algún momento estuvieron ligados a Proyecto Sur en la Ciudad se contrapone al crecimiento que ha experimentado el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) que colocó un diputado en 2013 y se ubicó como cuarta fuerza en éstas Primarias aunque, vale aclarar, no tuvo hasta ahora el acompañamiento que sí atrajo Solanas en 2009.
Una de las facetas más visibles de este panorama que afecta a los que algunas vez se ligaron con el cineasta, es la derrota de Alejandro Bodart, el dirigente del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) que buscaba una reelección como diputado pero que no logró superar el 1,5% de los votos exigidos por ley.
Su presente no es distante de su otrora referente. El documentalista que armó el frente SURGEN con Margarita Stolbizer (GEN), Sergio Abrevaya (PODES) y Humberto Tumini (Libres del Sur) desertó al poco tiempo de esa convergencia y se declaró “prescindente” por la falta de acuerdo en una boleta en común. Dejó así en off side a dirigentes propios que se habían ubicado en la boleta de Tumini, y que tuvieron que renunciar.
Los precandidatos de SURGEN, el espacio al que apuntaló en el comienzo de la campaña, no lograron superar las PASO. Pero la experiencia siguiente tampoco fue buena. Sobre el final de la campaña se inclinó por Gustavo Vera, diputado y referente de la destacada organización contra la trata, La Alameda, que tampoco logró superar el piso del 1,5% y es otro ejemplo de la crisis de de un amplio sector de la izquierda.
Otro sector, además afectado, es el sector que respalda la precandidatura a jefe de Gobierno de Claudio Lozano del partido Unidad Popular que levanta la proyección presidencial de Víctor De Gennaro. El economista de la CTA que compite por la alianza Camino Popular, cobijó a Emancipación Sur, quizá el desprendimiento más grande de militantes descontentos con las últimas estrategias de Proyecto Sur como la confluencia con UNEN y la alianza con Elisa Carrió.
Lozano quedó a un porcentaje pequeño de alcanzar el piso del 1,5% y está a dispuesto a pelear voto a voto en el escrutinio definitivo. Pero su presente dista del momento en que su fuerza tuvo otro papel en la relación con el cineasta.
Los tiempos no son los mismos. Luego de varios años fuera de la política, Pino emergió en 2009 en las elecciones para diputados nacionales de la Ciudad cuando obtuvo un impensable segundo puesto y le permitió, a la vez, consolidar un sólido bloque de 8 legisladores porteños con: Fabio Basteiro (Unidad Popular) Jorge Guillermo Selser (PSA), María América González, Julio Raffo, Laura García Tuñón (Unidad Popular), Delia Bisutti, Rafael Gentili, y Adrián Camps (PSA)
Dos años después logró un 12,62% de los votos. Si bien quedó fuera del balotaje, se ubicó tercero en las elecciones a Jefe de Gobierno y colocó a cuatro diputados, entre ellos al mismo Bodart, además de Virginia González Gass (Partido Socialista Auténtico), Claudia Neira, que luego emigró al Frente para la Victoria, y a Pablo Bergel (Verde al Sur), que desistió de participar de estos comicios.
Paradoja si las hay, ninguno de ellos está en condiciones de renovar en la Legislatura Porteña este año. A la derrota de Bodart, se suma que González Gass quedó relegada al puesto 13 de la boleta de ECO, al tiempo que Neira fue excluida de las boletas K.
Por, otro lado, menos hay que olvidar que hace poco el cineasta perdió el único legislador que le quedaba: Javier Gentilini, dirigente de la agrupación La Fragua, que pasó al Frente Renovador, en busca, según dijo, de consolidar una oposición a Macri a nivel nacional que halló en la figura de Sergio Massa.
Esas fuerzas políticas, que en algún momento compitieron juntas, demostraron en las Primarias tener serias dificultades para consolidarse como alternativa como alguna vez lo fueron en unidad. En paralelo, queda en cuestión el presente del propio cineasta. Los resultados de la izquierda abren quizá una nueva etapa de debate.
“La unidad tiene que tener estabilidad antes, durante y después de la elección”, apuntó, desde afuera de este grupo, Luis Zamora en las últimas horas. Tiempo atrás, el mismo Lozano reconoció a Qué las conversaciones que hubo en distintos sectores para ir un camino de unidad que se frustró por la falta de espacios que cada sector reclamaba.
“Nosotros hicimos una convocatoria amplia a fines del año pasado desde los sectores críticos del kirchnerismo hasta el Frente de Izquierda y de los Trabajadores, pasando por Bien Común, el MST, y sectores del GEN y de UNEN, como Libres del Sur. Pero no hubo modo de que todos pudiéramos ser parte de una interna y una estrategia común. Hubo un momento en el que las cuestiones se empezaban a achicar entre unos y otros”, señaló.
Queda en evidencia la necesidad de un profundo debate para los distintos sectores de izquierda. Mientras el FIT que crece se aferra a su organización y mantiene su alianza cerrada de tres partidos (Partido Obreto, Partido de los Trabajadores Socialistas e Izquierda Socialista) el resto de los sectores aparece en un segundo plano y con un gran desafío por delante.
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