Horas antes de que el jefe de gobierno recibiera a los referentes de cultura y derechos humanos que solicitaron su renuncia, el ministro de Cultura y director artístico del Teatro Colón Darío Lopérfido anunció al nuevo director del FIBA (Federico Irazábal). Horas antes del lanzamiento del ciclo Vamos al Colón, durante el cual dio por cerrado el tema, anunció al nuevo director del Bafici (Javier Porta Fouz). “Si analizás cada una de las designaciones, se armó un equipo excepcional“, dice apoyado en una de las sillas del Salón Dorado.
-Más allá de estos nombramientos, llama la atención que todavía ni el Cultural San Martín, ni el Recoleta, ni la Usina del Arte hayan anunciado su temporada.
-La programación de la temporada en la Usina ya se va a entregar, lo que sí se puede decir es que arrancó con un nivel más alto que el que tenía. Tener en un fin de semana a Leny Andrade y a Hugo Fattoruso fue un lujo. Y no es verdad que el Cultural no tenga programación. Sí hubo que tomar una decisión muy drástica: cerrar el Teatro San Martín para poder terminar la obra de infraestructura que estaba finalizada en un 35 por ciento. Es una diferencia que tuve… Los teatros se cierran, se arreglan, se abren. No pasa nada.
-¿La diferencia se refiere al plan ideado por Hernán Lombardi y Daniel Chaín [ex Cultura y Desarrollo Urbano de la gestión anterior]?
-No soy ingeniero ni arquitecto. A mí me aconsejaron cerrarlo para que la obra se hiciera más rápido y lo hago. No soy crítico ni no crítico. Soy práctico. Y lo práctico fue cerrar el San Martín y eso implica reprogramar. Entonces, no es que Diego Pimentel [director del Cultural San Martín] no tenga su programación. Sí le pedí que me la mande toda porque hay que armonizarla con los espectáculos del Complejo que se programen allí.
-¿A eso se debe que varios artistas que quedaron programados en la gestión anterior y confirmados por la actual ahora estén, nuevamente, a la espera de novedades?
-Sí. A muchos ya los confirmé. Me queda la obra de Mariano Pensotti, que seguramente podrá reponer; o el ciclo Invocaciones, que quiero que se haga.
-¿Y el ciclo Mis Documentos?
-Si no se necesita la sala, se podrá hacer. Yo tengo el teatro principal de Buenos Aires cerrado, ¿sí? Eso requiere movimientos. La Argentina tiene una tendencia a transformar todo en un drama. Todos los teatros del mundo se cierran cuando hay que hacerles obras.
-Y siempre el temor es que no abran cuando se prometió. Pasó acá mismo, en el Colón.
-Yo puedo decir que en noviembre se abrirá el Teatro San Martín.
-¿Y el Alvear?
-No este año.
-Al parecer, esta temporada no se realizarán obras allí.
-Obedece a cuestiones presupuestarias. Lo que importa es que las programaciones no se alteren.
-Pero se alteran. Si el Cultural San Martín tiene que albergar buena parte de la programación del Complejo, implica que tendrá menor capacidad de producción propia.
-Buenos Aires está llena de teatro. Se podrá programar en otras salas. No entiendo el tono dramático cuando hace 14 años el Cervantes tiene andamios en su fachada [en verdad, 9]. Yo estoy armando un rompecabezas para que nadie deje de estar programado. Los edificios se rompen. Al San Martín, desde su apertura, nunca se le hizo una obra en serio. Asumí en diciembre y tengo todo funcionando. Inventos no se pueden hacer.
-¿Cuáles son los planes previstos desde el Colón con el Argentino de La Plata?
-Ahora que vivimos en un país más normal podemos optimizar recursos y el funcionamiento de las distintas salas. Con Zubin Mehta haremos una función en el Argentino y es una chance que Barenboim también se presente ahí.
-Esa sinergia con el gobierno de la provincia ¿también se da con el Ministerio de Cultura de la Nación y con el de Medios, que está a cargo del CCK?
-Con Nación vamos a hacer una acuerdo de programación con el centro cultural de la villa 20, de Barracas, el lugar en el cual Jorge Coscia [ex responsable del área] dijo de instalar las oficinas del ministerio, espíritu que le duró una tarde. El trabajo en las villas es una de mis prioridades. De hecho, los festivales de la ciudad tendrán una sede en la villa 31. Empezamos por el Bafici. Y con el CCK estamos viendo de hacer algo con la sala de cámara. La colaboración es muy estrecha entre provincia y Ciudad, del mismo modo entre Nación y Ciudad. Hablo permanentemente con ellos. NR
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