Así lo señaló el Presidente de la Sociedad Odontológica de La Plata al referirse a la trágica inundación del 2 de abril de 2013 en la Ciudad Capital de los bonaerenses.
"Si así como suena. Evitable. Totalmente evitable", recalcó Pereira y seguidamente agregó "porque estoy convencido que si bien casi 400 milímetros de agua en pocas horas, causan estragos en cualquier ciudad del mundo, las autoridades que deben guiar y conducir los destinos de una ciudad, de una provincia y de una nación, acá, aquí, en este lugar, no estuvieron a la altura de las circunstancias".
"Y esto lo decimos desde el dolor, -prosiguió el presidente de la SOLP- desde el dolor más infinito, el dolor que caló hondo en la ciudad, el dolor que se hizo carne en cada uno de los nosotros. Uno esto lo vio, lo vivió y lo percibió en cada esquina, en cada rincón de una ciudad arrasada. Vimos, sentimos, escuchamos que en los momentos más trágicos, los únicos que estaban eran los vecinos. Todavía a pesar que paso un año resuenan en muchos oídos inundados, los gritos de la gente que se ahogaba cuando ceso la lluvia".
Luego, recordó "ese momento fue tremendo, la noche oscura, tacaña, avara y mezquina, hacia más dolorosos los gritos desgarradores, de tormento, de sufrimiento y de un martirio no merecido. Eran gritos que no buscaban culpables, pedían, imploraban, clamaban auxilio, ayuda, 'socorro me ahogo'. Esos eran los gritos de los vecinos. De los vecinos inundados, de los vecinos castigados, de los vecinos pasados por agua y por supuesto de los vecinos muertos".
"No hubo protocolo de emergencia de ninguna autoridad para actuar en la catástrofe. Es que no hubo funcionarios en el medio de la catástrofe. Llegaron después, llegaron tarde como siempre, demasiado tarde. Esta es la verdad de lo que paso en cada uno de los barrios", explicó.
En la misma línea, Pereira resaltó "la única que estuvo ahí fue la gente, estoicamente, viendo como el agua invadía sórdidamente su vivienda, como se metía entre sus cajones repletos de recuerdos, como entraba en sus habitaciones, como dañaba sus vidas, como terminaba con centenares de sueños, con miles de horas y de días de trabajo y de esfuerzo".
"Eso es lo que mas dolió. De eso es difícil volver. Han existido otras inundaciones, han existido otras tormentas, pero las perdidas y el dolor que dejo la del 2 de abril, nunca se vio. Esta vez no fue la periferia, no fue un barrio, fue toda una ciudad. En donde los vecinos lo que observamos, lo que sentimos, es que aquí predomino la desidia, el desinterés, la falta de respeto y la mentira", consideró y sostuvó "y luego, de no ser por el drama anterior, vino casi lo peor. La pelea política, la batalla por la solidaridad. Lamentable, triste, oscuro, de cuarta.
Además, manifestó "la ayuda, si otro tema. Un tema. Yo me pregunto que ayuda existe para aquel que ha perdido todo. Sus años de trabajo, de esfuerzo y dedicación. Fueron centenares de familias inundadas, que lo perdieron todo, las cosas materiales, los recuerdos, los afectos y por supuesto con el agua se fueron miles de sueños de grandeza, de trabajo, de amor y de sacrificio".
Mas adelante, el dirigente institucional de la Ciudad Capital, expresó "la gente no pide mucho en este país y aguanta demasiado. Aguanta de todo y de todos, malos gobiernos, pésimas administraciones, audacias de todo tipo y color, y sin embargo es tan poco lo que pide y que seguramente seguirá pidiendo, que hasta da vergüenza enunciarlo, la gente quiere trabajar, que la plata le alcance, la gente quiere tener futuro, 'ir para adelante' y por supuesto que no la maten por la calle".
"Desde el 2 de abril pasado, cada vez que llueve, ahora la gente reza, porque también en la ciudad de La Plata pide no inundarse", concluyó Dardo Pereira, presidente de la Sociedad Odontológica de La Plata.
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