Asimismo participaron del evento el Ministro de Justicia y Derechos Humanos Julio Alak, su par bonaerense Ricardo Casal, el presidente del Concejo Deliberante de San Martín Diego Perrella, los concejales de ese distrito Hernán Letcher, Pablo Adamo y Alfredo Buglioni y el concejal de San Fernando, Fernando Coronel. 

Las armas destinadas a la destrucción provienen de las obtenidas a través del Programa Nacional de Entrega Voluntaria y de la Ley 25.938, correspondiente a las armas secuestradas por las fuerzas de seguridad en el marco de procesos judiciales.

Daniel Scioli destacó que “se ha generado conciencia en la ciudadanía de facilitar el desarme pero fundamentalmente que sepan aquellos individuos que tienen un arma de forma ilegal, que tienen un problema y un pasaporte a prisión”.

En tal sentido subrayó que “este programa está destinado a vaciar la calle de armas, las estamos sacando del circuito de la delincuencia y de los riesgos que significa muchas veces un arma en el seno de una familia”.

Por último dejó en claro que “el desarme de los delincuentes y la lucha contra el narcotráfico son ejes centrales en la Provincia de Buenos Aires en el combate que estamos dando contra la inseguridad”. 

Matías Molle por su parte se refirió al proceso de destrucción de las armas: “Una vez que la persona entrega el arma en un puesto móvil, nosotros achatamos el cañón para que la persona vea que ese arma no se va a volver a utilizar. Luego la llevamos a una empresa que tiene una trituradora, se separa el material ferroso de la escoria y la parte ferrosa va a fundición; el resultado de ese proceso es donado a una entidad de bien público”.

“Por el plan de desarme ya llegamos a las 170 mil armas y si sumamos las armas que todas las fuerzas de seguridad sacan de circulación día a día en nuestras calles, estamos llegando hoy a las 290 mil armas destruidas y pensamos superar este año las 360 mil armas destruidas” agregó. 

A continuación Aníbal Fernández reconoció el trabajo del RENAR y enfatizó que “en la calle hay armas que no tienen que estar, hay que desalentar el arma en las manos del hombre civil. El arma en manos de quien no la sabe usar como corresponde, es un desastre”. 

Por último Gabriel Katopodis manifestó que “este programa da un paso muy importante en el combate contra la inseguridad, contra la violencia y el narcotráfico. Hay que trabajar con los dos brazos del estado: la inclusión social y la prevención”.

Este proceso forma parte de una política integral de control, prevención y eliminación de la violencia armada y tiene como objetivo la eliminación total del arma de fuego y la imposibilidad de que la misma vuelva al circuito para ser utilizada ante situaciones conflictivas y violentas. El método argentino, que consiste en la inutilización, destrucción y fundición de las armas, es pionero en la región y recibió elogios del Mercosur.