Horacio Rodríguez Larreta viajó a la Patagonia, donde Mauricio Macri sigue con su descanso, en pleno temblor por las internas en Juntos por el Cambio. Salta apareció convulsionada pero con chances de acuerdo pese a algunos descontentos, al igual que Tucumán.
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CARLA PELLIZA
De gira por el Sur, Horacio Rodríguez Larreta podría volver a encontrarse con Mauricio Macri después de su última reunión privada a fin de año. Tras un encuentro muy íntimo entre el ex presidente y la titular del partido, Patricia Bullrich, quien se hospedó en la casa del líder amarillo junto a las parejas de ambos, el jefe de Gobierno retomó la gira de campaña que, en este caso, lo volvió a llevar a la Patagonia, donde todavía descansa el fundador del PRO.
En plan campaña, Larreta aceleró las visitas por el interior con el arranque del año. No sólo se mostró en la obligada parada costera sino que también participó de la fiesta del Chamamé, en Corrientes, y viajó a Córdoba con la excusa humanizable del intercambio cultural. Ahora, el plan de vuelo del avión lo llevó a San Martín de los Andes, Bariloche y Villa La Angostura, el lugar que eligió Macri para descansar desde su regreso de Qatar, salvo breves interrupciones propias para un año movido.
Si bien no se confirmó que pudieran reunirse, tampoco se descartó. Como a fin de año, no se anotó el encuentro en agenda y podría volver a darse el cara a cara. Hasta ahora, todos los que se reunieron con el líder fundador salieron con la casi certeza de que no jugará en una boleta pero que será clave a la hora de tomar el rol de gran elector, aunque aún sin dar pistas claras sobre su inclinación hacia uno u otro lado.
En las últimas horas se notó, en redes sociales, una suerte de jugada en favor de acercar a Larreta a algunas políticas vinculadas al macrismo pero, sobre todo, en favor de profundizar diferencias entre el ex presidente y Patricia Bullrich. La ex ministra de Seguridad empezó a ser definida por varios macristas puros como la única expresión real de los deseos y programas del líder fundador. Eso pareció empezar a querer romperse.
Con un hilo de tuits de la Subsecretaria de Gestión Cultural de la CABA, se le respondió a Bullrich, que marcó una diferencia entre su potencial política social con la de Mauricio Macri. En esa publicación, se hizo foco en las decisiones tomadas durante la gestión de Cambiemos, con aval del líder “y la importancia de un Estado presente” para transitar el proceso. “Hay que dejar de hablar para la tribuna y comenzar a explicar el porqué y para qué estamos acá”, cerró. Eso fue replicado por un armador de Larreta e interpretado, en el bando halcón, como una operación para intentar desgastar la relación entre la ex ministra y su presidente.
En plena interna por el amor de Mauricio Macri, otro de los problemas que preocupó a la oposición fue su delicada posición en distintas provincias del país, con altas chances de rupturas y potenciales acuerdos en espera. Como ya narró El Destape, varios distritos empezaron a mostrar grietas, entre los que están Neuquén, Chubut, Río Negro, Mendoza, Salta y Tucumán, con una mención especial a Córdoba.
Salta apareció como uno de los territorios más complejos para comprender las alianzas, partidas e integraciones, con una resolución difícil de alcanzar por diferencias profundas. El radicalismo, partido en dos, apostó por formar parte de un acuerdo con el PRO, por un lado, y por ir en soledad, por otro. El macrismo, en tanto, se fragmentó en una tierra que ya lo encontró en mala posición al sufrir una intervención hace tiempo. El calendario empezó a apretar pero no tanto como en otras latitudes y marzo será la fecha clave para las definiciones.
A diferencia de otras provincias, en Salta se marcó, como una preocupación, el crecimiento de la derecha provincial con Alfredo Olmedo, el ex diputado de campera amarilla, como el principal exponente. Cercano al armado de Javier Milei, lanzó halagos a la conformación de Avancemos, un nuevo armado que empezó a aglutinar a varios dirigentes de distintos espacios, entre los que están dos figuras de Cambiemos. Carlos Zapata, del partido Ahora Patria y miembro del interbloque de la alianza, y Martín Grande, un macrista desencantado con el manejo porteñocéntrico del partido.
Grande, según supo El Destape, tuvo algunos problemas de convivencia con la intervención del PRO y no encontró un espacio en el cual sentirse reconocido por sus pares. Aunque aún no se descartó que tenga intenciones de volver – tal vez una simple expresión de deseo – por no sentirse cómodo en un armado que también pasó a integrar un miembro del FdT, Emiliano Estrada.
Para el universo radical, la fecha clave fue el 22 de octubre del año pasado, cuando la Convención local aprobó continuar dentro de Juntos por el Cambio y designar a Miguel Nanni, titular del Comité provincial, como su candidato a gobernador. En ese encuentro, también nombró a un triunvirato para elegir el resto de las postulaciones de la provincia. Esa acción fue cuestionada por el jefe del Comité Capital del partido centenario, Rubén Correa, por no respetar ámbitos democráticos de discusión y elección de nombres y no descartó, en caso de continuar por esa senda, tener que ir a la Justicia para impugnar la decisión o, eventualmente, buscar caminos separados.
Para Correa, el radicalismo debería ir con sus propios candidatos porque el PRO se transformó en un partido debilitado en la provincia. Lo aprobado ese 22 de octubre, pese a las advertencias internas, se empezó a tornar de imposible cumplimiento ante un Juntos por el Cambio complejo. El macrismo, según esta visión, se convirtió en un espacio completamente fraccionado, sin una fuerza que amerite llegar a un acuerdo y, por lo tanto, la UCR debería ocuparse por fortalecer el partido en lugar de abrazarse a esa misión de difícil éxito.
El radicalismo crítico apuntó contra el acuerdo con el macrismo por la dispersión del PRO en la provincia. Por empezar, el partido ya está intervenido en el territorio, por lo tanto tiene a su cargo a una persona que cumple un rol administrativo. Por otro, se señaló que un sector de la fuerza logró encontrar lugares en el gobierno actual, al cual la alianza se opone, y que otro fragmento migró hacia Avancemos, este espacio donde Olmedo pisa fuerte.
La conformación de Avancemos no estaba en los planes de nadie y cambió el análisis de situación de un día para el otro. La banca de Olmedo no fue casual, sino que Zapata está íntimamente vinculado al ex diputado y su decisión de conformar el espacio tuvo ese visto bueno que, según el análisis de un sector de JxC, obedeció al plan de Javier Milei para intentar debilitar la alianza en todo el país.
Obviamente, esa migración de figuras generó ruido a la hora de pensar la viabilidad de la alianza en Salta. Según el radicalismo crítico, el PRO prácticamente no existe y, en caso de seguir con la intención de acompañar a los amarillos en la elección, el partido centenario se quedaría sólo con una reducida fracción de macrismo, por lo que no habría mucho rédito en esa relación. Esto, por su puesto, no fue compartido por la tribu mencionada que, pese a reconocer las dificultades, no se vio en situación de inferioridad.
Desde el macrismo, la posición de Correa se tomó como una postura intransigente dedicada a generar ruido interno y no se puso en duda la conformación de la alianza Juntos por el Cambio. La fecha para terminar de cerrar acuerdos electorales será el 15 de marzo y el 25 de ese mismo mes deberán estar las listas de candidatos. Sin embargo, no se desconocieron los cortocircuitos internos al partido producto, en gran parte, de una falta de liderazgo generada por una intervención con presencia quincenal, al ser de Buenos Aires, pero su impacto se redujo a la dificultad de los proyectos personales, no a diferencias ideológicas.
En quince días podrían terminar de definirse las candidaturas de la cúpula, donde Miguel Nanni e Inés Liendo pican en punta para conformar una fórmula cuyo orden aún es desconocido. También aún cabe la posibilidad de ir separados o unificados, pero el objetivo será la unidad. Eso se determinará mediante distintos estudios, como encuestas cuantitativas y cualitativas, descartando internas en la alianza. Una vez logrado eso, el resto se ordenará solo.
Otra de las provincias complejas es Tucumán. Allí, también ante la ausencia de PASO, no se terminó de definir el mejor mecanismo para elegir candidatos. El PRO llevó a Germán Alfaro, intendente de San Miguel de Tucumán, y la UCR apostó por el diputado Roberto Sánchez. Eventualmente, más allá de los conflictos, se confió, desde un armado nacional, que se lograría el acuerdo mediante la lectura de encuestas porque la diferencia entre uno y otro sería muy elevada como para generar impugnaciones. Aquí se apostó por el radical, pero por ahora fue sólo una interpretación.
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