La nueva gestión encabezada por Pablo Avelluto descubrió 1100 facturas impagas, un festival de contrataciones directas e ingreso de personal que se extendió hasta el 10 de diciembre, día del recambio presidencial. Se destinaban $140 mil mensuales en el pago de celulares, mucho de ellos en posesión de ex funcionarios
Las gestiones de la folklorista Teresa Parodi y el cineasta militante Jorge Coscia, quien estuvo al frente del organismo antes de que la otrora Secretaría de Cultura fuera jerarquizada con el rango de Ministerio a mediados de 2014, dejaron como resultado un panorama que alarma a las nuevas autoridades, y que incluye millonarias facturas impagas, contrataciones directas sin licitación pública y todos los registros de un año entero borrados.
Uno de los principales problemas que debió enfrentar el ministro Pablo Avelluto tuvo que ver con la existencia de un total de 1100 facturas impagas, todas de 2015, por un valor de $160 millones. Según pudo saber Infobae, la nueva gestión ya canceló deudas por $88 millones originadas por la contratación de servicios de limpieza y seguridad, trabajos que estaban tercerizados y habían sido adjudicados a empresas privadas por contratación directa.
Tras el cambio de mando, una de las quejas más escuchadas en los organismos públicos ha sido el faltante de elementos de algún tipo. Tal es el caso de la agencia estatal de noticias Télam, donde el titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, Hernán Lombardi, denunció la falta de inventarios y material contable luego de que este medio difundiera un video en el que se ve a tres gerentes trasladando documentos, cajas y hasta una trituradora de papel en horarios nocturnos.
La situación en Cultura es similar, aunque supera la de cualquier otra dependencia, ya que, para el asombro de las nuevas autoridades, no hay un solo registro correspondiente a la gestión de 2013.La fecha coincide con uno de los períodos más nebulosos de la gestión Coscia: ese año Cristina Kirchner inauguró la Casa de la Cultura en la Villa 21 y anunció la mudanza de la sede de la entonces Secretaría a aquel terreno. El proyecto nunca se concretó y derivó en una denuncia judicial por malversación de fondos de su proyecto gemelo, la fallida construcción de otra Casa de la Cultura en la Villa 31.
"Se autorizaron $40 millones en la Jefatura de Gabinete. La plata no se usó, o se usó para otra cosa, pero en el proyecto, no", llegó a declarar Víctor Ramos, el funcionario designado para ser el coordinador de actividades de la nunca realizada Casa de la Cultura en la 31 y que fuese desplazado por Parodi de la dirección del Museo del Cabildo tras respaldar la candidatura de Daniel Scioli, que por entonces no había sido ungido como el candidato del Frente para la Victoria. Su adhesión a las ambiciones presidenciales del entonces gobernador bonaerense lo había enfrentado con La Cámpora, que según Ramos fue la que digitó su despido.
Sin embargo, no solo papeles fueron removidos del Ministerio durante el último año, sino también cientos de notebooks, que figuran en los registros de compra pero no fueron encontradas al realizar el inventario patrimonial, según confiaron fuentes cercanas a Avelluto.
Además se detectó que la anterior gestión destinaba mensualmente un monto de 140 mil pesos al pago de celulares oficiales, mucho de ellos en posesión de ex funcionarios de la cartera.
Otro de los puntos que más inquieta a la gestión macrista involucra al edificio de Alsina al 400. Esta sede ministerial, en la que actualmente funciona el área de prensa, entre otras otras direcciones, fue el escenario de una reforma que costó $30 millones. Sin embargo, no existen registros contables de dichos trabajos, y se supo que, desde los años en los que Coscia alquilaba el edificio, el Estado jamás exigió al propietario una revisión o descuento en los montros del contrato en constraprestación por la millonaria inversión.
La polémica por los despidos
En los últimos días de enero, Avelluto puso fin a los contratos de 494 trabajadores del área de Cultura, lo que generó una importante movilización por parte de los afectados frente a la sede central ubicada en Alvear 1960. "Es una decisión espantosa, pero al mismo tiempo necesaria en función de dar algún marco de racionalidad a la gestión cultural en la Argentina. El 65% del presupuesto en Cultura se destina a salarios, a este tipo de contratos que además no le hacen nada bien al empleo público", se defendió el ministro desde el ojo de la tormenta en declaraciones radiales.
En esa oportunidad, el jefe de la cartera explicó que "prácticamente 400" de los empleados despedidos habían ingresado durante el año pasado. Es que tanto Parodi como Coscia colaboraron con el engrosamiento de la planta de la cartera, que pasó de tener pasó de tener 2500 en 2012 personas a 4064 en 2015. Según pudo saber Infobae, se contrató empleados hasta el último minuto del gobierno kirchnerista: 38 personas ingresaron durante el mes de diciembre, incluyendo el mismo 10 de diciembre, fecha en la que Mauricio Macri asumió la presidencia.
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