El culebrón de Milei, Caputo y Sturzenegger

El culebrón de Milei, Caputo y Sturzenegger

“Conmigo, no queda ni un ñoqui”, le prometió el ex BCRA a Milei, quien aceptó darle un ministerio ultra poderoso. Pero la alianza Caputo-Caputo-Francos alertó al presidente de los riesgos de empoderar al hoy asesor y quedó en stand by la designación. En Casa Rosada miden el impacto del choque de posiciones. 

 

Por Leandro Renou

La disputa sobre el futuro de la política económica en el Gobierno de Javier Milei quedó expuesta, en las últimas horas, con las marcadas diferencias en el rumbo que le plantean al presidente dos personajes de mucho peso y que ya fueron parte de una interna feróz en los años del macrismo. El ministro de Economía, Luis Caputo, y el asesor sin cartera pero con altas pretensiones, Federico Sturzenegger, volvieron a chocar fuerte por la intentona del ex BCRA de establecerse en un "súperministerio" que terminaría vaciando de poder a "Toto". 

Según confiaron a Página I12 fuentes oficiales, la avanzada de Sturzenegger, avalada en un principio por Milei, debió se frenada por los popes de gabinete y la mesa chica, que le recomendaron al mandatario cortar de plano superpoderes a un cuadro con ansias serias de manejo del poder. 

La cronología de los acontecimientos tiene un hecho inicial, que es la obsesión de Milei, ya siendo presidente electo, de que Sturzenegger ocupara el ministerio de Economía. Eso fue, precisamente, lo que demoró casi hasta último momento la designación en el cargo de un funcionario de peso, decantando finalmente en Caputo. 

Lo que pidió Sturzenegger

Para comprender la historia que se cuenta a continuación, es necesario saber que Milei siempre consideró, y lo dijo en público, que Caputo era un mesadinerista experto en perder reservas. Incluso, fue el propio Presidente el que lo culpó por haberse fugado parte de la plata del préstamo del Fondo Monetario (FMI) a Mauricio Macri. 

En la otra esquina, Sturzenegger es el alter ego de Milei, el que más cree en la destrucción del Estado y la desregulación total de la economía, y también el que no teme a hacer movidas de riesgo. Es más, Sturzenegger no fue hasta ahora parte del gobierno de Milei porque Caputo pidió tener a toda su gente en lugares estratégicos, como el Banco Central (BCRA), para aceptar el sillón en Hacienda. Hoy, ya es vox populi esa tensión, contexto que este diario viene contando desde hace meses. 

Dicho esto, Sturzenegger viene escribiendo hace varias semanas los detalles de lo que él llama "mi nuevo ministerio". En ese documento, el ex BCRA anotó quedarse con Industria, Minería, Senasa y el INTI, entre otros sectores. Su idea es "desregular más o eliminar" alguna de esas carteras. El paso siguiente a la redacción fue llevarle ese plan a Milei: "Conmigo, no queda ni un ñoqui", le dijo Sturzenegger al presidente, que se fascinó con la idea, en línea con su proyecto de destrucción del Estado. "Dale para adelante", le contestó Milei. 

Pero la ejecución de ese programa tiene varios problemas operativos y muchos políticos. Uno de ellos, que con ese esquema Economía quedaría sólo manejando Hacienda y Finanzas y el BCRA, la política fiscal, monetaria e inflacionaria. Todo lo que le importa al Presidente y que, a la vez, vacía de poder real a Caputo, dándole a Sturzenegger el manejo de todo el resto y dejando al actual ministro como una especie de Secretario de Finanzas. En pocas palabras, lo dejaría debilitado y al limite de la salida del cargo. 

El freno de la "mesa chica"

Como el Presidente tiene una dinámica personal poco convencional, lo que para él resultó un plan atractivo, para la mesa de la política fue un asunto de estabilidad general del órden del Ejecutivo. Asi es que hubo una alianza circunstancial entre el ministro Luis Caputo, el asesor Santiago Caputo y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, para avisarle al presidente de la inconveniencia de empoderar tanto a Sturzenegger. Por eso, se levantó la reunión que Milei iba a tener -en la previa de su viaje de premiación a Europa- con Sturzenegger, para definir lugar y rangos de poder. "Federico va a entrar, pero con menos influencia", cuentan puertas adentro de la Casa Rosada. En su edición del día 26 de mayo, este diario reflejó detalles de una charla de Milei con su círculo íntimo en la cual dejó la siguiente frase: "Esto es dos más dos, es tan obvio, (Sturzenegger) es una persona de mi ultra confianza y va a liderar la etapa de las reformas estructurales (...) el reemplazo de Caputo va a llegar cuando se consolide la baja inflacionaria y el superávit fiscal. Ése será el inicio de la segunda etapa de reformas estructurales". Por estas horas, Fausto Spotorno, integrante del equipo de asesores económicos de Milei, confirmó que Sturzenegger es el capítulo siguiente del plan del Presidente.

De todos modos, hoy en el Gobierno miden el impacto del choque, porque, además, Milei venía teniendo un acercamiento muy firme con cuadros de Sturzenegger: hace unos días, llevó al G7 a Demian Axel "Satanás" Reidel, jefe del equipo de asesor, hombre de Federico, ex BCRA y enemigo acérrimo de Caputo. Fue el único acompañante técnico a Italia. No fue Caputo, que tampoco estuvo acompañando al presidente este 20 de junio en Rosario, donde se celebró el Día de la Bandera. 

Vale recordar que los Caputo Boys respondían, durante el macrismo, a la línea Marcos Peña, que fue la que terminó interviniéndole el BCRA a Sturzenegger, sacándolo del Gobierno e iniciando la caída de la gestión del PRO. Por otra parte, cuentan en el entorno de Sturzenegger que las últimas semanas tuvieron señales económicas negativas para Caputo que lo entusiasmaron a acelerar para entrar al Gobierno. 

El FMI y los dólares que no están

El Staff Report del FMI mostró, para el entorno de Sturzenegger, que el organismo está de acuerdo con lo conceptual del ajuste, pero ve que el resto de la política flaquea y que eso pone en riesgo no sólo la estabilización política y social, sino el ajuste en simismo. Además, Sturzenegger percibe que Caputo está teniendo gestos que él asocia al keynesianismo, y que eso puede llevar a Milei a un fracaso parecido al que tuvo Macri cuando se quedó a mitad de camino en su tarea inicial. El caso del FMI no es menor: Caputo debió explicarle a Milei por qué el organismo que comanda Kristalina Georgieva escribió en su reporte que terminará en breve el blend de dólares para que el agro liquide. "Es una referencia atada a que se resuelva todo el resto, no sé por qué lo pusieron así", explicó el ministro a su superior. 

En ese contexto, Caputo está entrando a una trampa: sin dólares, se le empezó a disparar la inflación y se agudiza la presión devaluatoria por el atraso cambiario. Para Sturzenegger, eso es un dato negativo porque, además, ya se venían pisando precios y frenando la desregulación económica. "Yo sé lo que quiere el Presidente, y es lo que hay que hacer, no hay que aflojar", cuenta Sturze a su entorno, entre los que destacan el ex BCRA Lucas Llach y Shunko Rojas, ex secretario de Comercio Exterior en el gobierno del PRO. 

Para salir de la balacera cruzada Caputo parece haberse dejado olvidado, intencionalmente, el cepillo de dientes en los baños de Olivos y Balcarce 50. Cuando vio que Joaquín Cottani, el cavallista viceministro, le venía criticando lo mismo que Sturzenegger y que el propio Domingo Cavallo, forzó su salida y le buscó reemplazo con un ultra. El chileno José Luis Daza, ex asesor de Antonio Kast en Chile, no sólo es amigo de Caputo sino que fue socio de Reidel en el fondo QFR en Nueva York y es un cruzado dispuesto a sostener el ajuste feróz. Así, la disputa Sturzenegger y Caputo fue frenada o suavizada pero continúa picante entre ellos y grafica las diferencias por el plan a seguir que hay puertas adentro del gobierno de Milei. El presidente les pidió que hablen entre ellos, quizás lo hagan.

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