18M, cuenta regresiva: la elección que concentró la atención del sistema político y marcará la relación LLA-PRO

18M, cuenta regresiva: la elección que concentró la atención del sistema político y marcará la relación LLA-PRO

Los comicios porteños dirimen la disputa entre Milei y Macri, pero también las reglas de juego de las negociaciones en territorio bonaerense. Moderado optimismo en el macrismo. El antecedente Kirchner-Duhalde

Por Federico Mayol

 

Nunca una elección a legisladores porteños había concentrado tanta atención del sistema, y de ese interés creciente, basado en múltiples cuestiones, se desprende uno de los atractivos principales de esta contienda electoral: definirá el futuro del PRO, el partido fundado a principios de siglo por Mauricio Macri que rompió con el bipartidismo tradicional y moldeó la vida política de la última década.

Los especialistas suelen razonar que las elecciones se definen por dos factores: la oferta electoral y el tema de la campaña. Cuando Jorge Macri, asesorado por el catalán Antoni Gutiérrez-Rubi, resolvió desdoblar y adelantar el cronograma porteño -fue la excusa a la que se aferró Javier Milei para explicar el avance de su hermana Karina sobre la capital-, intentó atacar el segundo punto, y municipalizar la campaña frente al desembarco de La Libertad Avanza. Una vez resuelto el calendario, el jefe de Gobierno y su primo buscaron resolver el otro aspecto, el de la oferta, con escaso éxito: de los 17 frentes inscriptos, la lista encabezada por Silvia Lospennato debe pescar en una pecera en la que compite con al menos otros cinco candidatos.

El ex presidente y jefe del PRO entendió rápidamente la seriedad de la disputa y se puso al frente de la campaña con recorridas diarias y el apuntalamiento de una lista y una candidata, como Lospennato, que tiene una trayectoria muy profesional en el Congreso pero que nunca había tenido la responsabilidad de encabezar una campaña, mucho menos una tan agresiva y decisiva como la del 18M.

Macri enfrenta un dilema. Lleva sobre sus hombros la obligación de sostener al PRO en el distrito insignia, su casa matriz, frente a un electorado que durante años elogió y apoyó la gestión macrista en todas sus versiones pero que ahora está repartido por la irrupción de un espacio, como La Libertad Avanza, que corrió a los amarillos del centro de gravedad del tablero de la centroderecha. El ex presidente es consciente de esa disyuntiva. Lo palpó en persona en la semana, en una panadería de Villa Pueyrredón, en una especie de focus group de menos de dos minutos por el que los partidos gastan millones de pesos.

“¿Y cómo viene la venta, también a vos te está pegando, porque todos acá me dan un panorama terrible?”, preguntó Macri. “Está tranquilo, muy tranquilo”, respondió una de las panaderas. “¿Está demasiado tranquilo?”, insistió el ex presidente.

- “Muy tranquilo y con muchos aumentos, no puede ser que a partir del lunes haya aumentado tanto todo”.

- “¿De vuelta, cuánto?”

- “Los huevos, de 55.000 el cajón lo estoy pagando 75.000″.

- “¿Me jodes? 50%. No se puede creer. La gente se vuelve loca, no puede aumentar por apenas 20% de aumento del dólar”.

- “La harina aumentó, una locura...”.

El intercambio fue subido por el propio Macri a sus redes sociales. Después de la breve pero contundente catarsis por la caída del consumo el impacto de la corrección cambiaria de estos días en los precios, la dueña del local lo despidió así: “Mauricio, acompáñelo a Milei, a ver si salimos de esta”. “Estoy intentando, se tiene que dejar acompañar a veces, ¿no?”, retrucó Macri.

Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde (NA)

Es la muletilla que el jefe del PRO repite desde hace tiempo, que profundizó en el último mes: “No se deja acompañar” o “Javier está mal rodeado”. Y que exhibe la dificultad del ex mandatario para posicionarse respecto del gobierno.

La relación entre el Presidente y el ex mandatario está seriamente dañada, se resquebrajó la confianza, no volvieron a comer milanesas ni entraña, y el resultado del 18M puede terminar por quebrar un vínculo que se erosionó en el último semestre del año pasado, e implosionó desde el momento en que Karina Milei confirmó su avanzada sobre la capital.

En la última semana, en el campamento del PRO recobraron un moderado optimismo. “Estamos donde queríamos estar en esta fecha, con el amarillo PRO, con todos los Macri. Hay una demanda de la marca. Somos la pista de aterrizaje del voto blando de La Libertad Avanza”, se entusiasmaron los estrategas, liderados por María Eugenia Vidal, la jefa de la campaña, y el asesor catalán que esta semana presentó un descargo, a través de sus abogados, en la oficina de Migraciones para que revisen el sorpresivo y absurdo trámite del gobierno por su residencia. Disparatado: el consultor tiene DNI argentino.

En contraposición a La Libertad Avanza, que por ahora mostró a un Adorni muy pasivo; a Rodríguez Larreta, con una campaña muy austera, y al peronismo, con una estrategia creativa y con mucho foco en las redes, el PRO sacó a relucir en estas semanas su aparato de campaña, apalancado desde el Estado, con tres recorridas semanales -algo inédito- y una capacidad, según los cerebros estratégicos, para alcanzar a 100 mil porteños. Los últimos números que llegaron al búnker de la calle Balcarce arrojaron, según confiaron, una paridad en torno a los 20 puntos entre Lospennato y el candidato de los hermanos Milei, con una ventaja considerable por parte de Leandro Santoro. “Se desinfló Adorni”, explicaron.

Karina Milei, Cristian Ritondo, Diego Santilli, Guillermo Montenegro, Sebastián Pareja y Lule Menem

En el PRO se entusiasman, en ese contexto, con un dato particular del calendario: cuatro días antes del 18M, el INDEC deberá publicar la inflación de abril que, se supone, no debería ofrecer buenas noticias para el Gobierno. Ese domingo, para los Macri la buena noticia sería terminar arriba de La Libertad Avanza, aún cuando eso implique perder con el peronismo.

Es el objetivo principal del jefe de Gobierno y del ex presidente. En este último caso, para sentarse a la mesa de negociaciones con el Gobierno de cara al acuerdo que LLA y el PRO pretenden entablar en territorio bonaerense, y que está muy atado a la elección de la capital. Un triunfo de los Macri por encima del gobierno implicaría no solo una bocanada de oxígeno ante la crisis partidaria que enfrenta el ex presidente, y que amenaza sus intereses históricos en la ciudad, sino la correlativa derrota de los Milei, en especial de la hermana presidencial, que viene de salir tercera en la agriada elección de Santa Fe.

Así como el ex presidente se involucró activamente en la campaña, Milei hará lo propio en estos días, para también desembarcar esta semana en territorio bonaerense, en el congreso partidario en La Plata. El lunes, el jefe de Estado estará en el debut de ”La Misa” del ”Gordo Dan”, el más influyente de los ciber militantes en redes. Participará junto a Adorni. Será solo el comienzo de algunas apariciones para disputarle en persona a Macri su distrito.

Javier Milei, Manuel Adorni y el Gordo Dan

El desdoblamiento electoral introducido por Axel Kicillof, y la suspensión de las PASO provinciales, que terminará por convalidarse a mediados de semana en la Legislatura, le dieron un respiro a las negociaciones entre el gobierno y el PRO en ese distrito. “Ahora miramos la elección de la ciudad con pochoclos, un poco más tranquilos”, ironizó un dirigente bonaerense amarillo. El corrimiento del calendario provincial estiró los tiempos. Pateó para más adelante una discusión que se había acelerado en las últimas tres semanas, con múltiples reuniones cruzadas entre Karina Milei, Sebastián Pareja y los Menem, de un lado, y Cristian Ritondo, Diego Santilli y Guillermo Montenegro, del otro.

En medio de ese freno en las negociaciones, Ritondo se mostró a mediados de semana en una particular foto, rodeado de dirigentes de su riñón, de la capital y de la Provincia. Una reunión que realiza el jefe del bloque del PRO en Diputados y jefe del PRO bonaerense de manera habitual, aunque esta vez decidió exhibirla a través de una imagen. “¿Cuál es la lectura? Que Cristian es el único dirigente que habla con Milei y con Mauricio”, explicó alguien de su entorno.

Cristian Ritondo y legisladores del PRO

En efecto, el diputado es el interlocutor principal de los Milei para un potencial acuerdo bonaerense, y cada movimiento que realiza en esa dirección tiene el aval de Macri, que necesita un buen resultado el 18 de mayo para no perder influencia en esa mesa de negociaciones. Más allá de que el Gobierno ya advirtió que no quiere un acuerdo entre cúpulas, como se había previsto hacia fines del año pasado, antes de que la relación entre el Presidente y su antecesor implosionara.

En la Casa Rosada dicen que no necesitan de Macri. Y que no hay espacio para dos líderes desde el centro hacia la derecha. Fantasean con la disputa Kirchner-Duhalde del 2005, cuando el patagónico terminó con el bonaerense en las elecciones legislativas de la Provincia y el duhaldismo empezó su ocaso definitivo. Los Milei imaginan un escenario similar, pero desde la capital. Para el Gobierno incluso es igual o más relevante la narrativa cotidiana que una gestión eficiente. Esa premisa se certifica en un interesante informe de modelo predictivo electoral elaborado por Methodo, del consultor Patricio Hernández: “Tanto la aprobación presidencial como su intención de voto se sustentan más en símbolos y percepciones que en resultados concretos”. El estudio detectó las “cinco causas por las cuales los argentinos pueden votar a Milei”: identidad antiperonista, declaración de guerra a todos aquellos que gobernaron antes que ellos, lucha contra la inflación, política de seguridad y afinidad ideológica. “El oficialismo deberá calibrar con precisión dos ejes estratégicos: por un lado, cómo sostener el ‘relato disruptivo’ desde el poder (sin convertirse en parte de la misma casta que combate) y, por otro, cómo construir resultados visibles en áreas clave como precios, seguridad y empleo”, se analiza en el informe.

En la cúpula del PRO saben de las intenciones de los Milei. “La decisión en Provincia es si vamos juntos o si va La Libertad Avanza con dirigentes del PRO. Hasta ahora, la decisión es que el PRO se mantenga fuerte. La prioridad hoy es la ciudad, y tenemos que darnos una discusión sobre el rol que pretendemos para el PRO en la Provincia”, razonaron desde la cúpula partidaria. ¿Y Ritondo, que oscila entre un bando y el otro? “Cristian va a cumplir con la responsabilidad siendo presidente del partido”, abundaron.

En la cúpula amarilla aseguran, además, que “Milei no ofrece una coalición: solo rendición y sumisión”.

El desdoblamiento dispuesto por el gobernador, absorbido por su propia interna con Cristina Kirchner, replicó en territorio provincial el modelo porteño. La elección de septiembre, el 7S, también acapara ahora la atención del círculo rojo político y empresario.

Ahora el territorio es mucho más crucial y los intendentes tienen mayor injerencia. No habrá boleta única, sino la boleta partidaria de siempre. En ese sentido, el PRO tiene ventaja porque cuenta con una liga de intendentes que, por ejemplo, no tiene LLA. Y candidatos, a priori, mucho más taquilleros para sentarse en ventaja en la mesa de negociaciones. Se menciona, por caso, a la hermana de los mellizos Barros Schelotto en la octava sección, o al propio Santilli, que no quiere saber nada con postularse en una boleta provincial.

En el peronismo, el “efecto porteño” también puede tener su propio correlato a nivel provincial. En particular porque la ex presidenta ya manifestó puertas adentro que analiza postularse en la tercera sección provincial, la más populosa, una decisión que parecía delirante hasta hace un tiempo. “No hay octubre sin septiembre”, manifestó días atrás CFK en charlas privadas.

A diferencia de la capital, la competencia por la Legislatura provincial ofrece un atractivo extra: la posibilidad de ser electo, pedir después licencia, ser reemplazado y aún así mantener los fueros. Hay algunos casos vigentes. “Acá en La Plata somos 92 diputados y hay casi 100 fueros”, dijo, risueño, un experimentado legislador.

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