Por primera vez en más de cincuenta años el país centroamericano no llevaría a la presidencia a un líder de la revolución
A HABANA.- A poco menos de un año de la muerte del líder cubano Fidel Castro , el pueblo de Cuba dio inicio a un proceso electoral este lunes, que podría concluir con la salida del hermano del referente de la revolución, Raúl Castro. Se tratará de la primera vez en más de cincuenta años que la presidencia del país no sea para un histórico de la revolución, pues el hombre de 86 años ya anunció que no aceptará una reelección.
Del 4 al 30 de septiembre, los cubanos nominarán en asambleas populares en cada barrio a los candidatos a concejales, el primer paso de un intrincado sistema comicial que no permite la presentación de organizaciones partidarias ni la realización de campañas.
Las autoridades informaron que se alistaron 12.515 circunscripciones en todo el país en las que se elegirán a los representantes municipales el 22 de octubre.
En un segundo paso, en una fecha posterior aún sin determinar, se votará por los diputados provinciales y nacionales.
Estos diputados, constituidos en la Asamblea Nacional del Poder Popular, serán los encargados de designar al presidente y al Consejo de Estado de entre sus miembros.
Castro, de 86 años y quien asumió la presidencia en 2008 tras sustituir a su hermano Fidel Castro, anunció en varias ocasiones que no aceptaría una reelección, lo que implica que el puesto recaerá en una persona que no pertenezca a la llamada generación histórica, es decir, que haya participado en la lucha revolucionaria de fines de los años 50.
En el municipio capitalino de Plaza se realizó una de las primeras asambleas.
"Hay que estar aquí para defender nuestra revolución y las conquistas sociales que hemos ganado", dijo a la agencia AP Ivis García, de 54 años. Además de ella, unos 400 vecinos se dieron cita para nominar a dos personas: un médico que es el actual delegado y un joven.
El frente de una casa adornado con fotos del fallecido Fidel Castro y con banderas cubanas sirvió de escenario para los ciudadanos, quienes cantaron el himno y en una media hora presentaron la candidatura de Orlando Gutiérrez, el médico y babalao (líder religioso), y Ramón Triana, el joven, y en ambos casos se destacó de ellos que eran personas "revolucionarias" y "honestas".
Tras la votación salió elegido por mayoría Gutiérrez, de 67 años. "Es importante para mí representar a mis vecinos. No es que no haya problemas, lo que queremos es que nos dejen solucionarlos a nuestra forma", dijo Gutiérrez, quien consideró que este era un "mejor modelo" que el de partidos políticos.
Para los críticos, el sistema electoral cubano está controlado casi totalmente por el Partido Comunista de Cuba (PCC) o sus organizaciones afines, y no deja expresar un verdadero disenso o el surgimiento de proyectos alternativos. El gobierno sostiene, en cambio, que este modelo garantiza la inexistencia de una maquinaria electoral clientelar y corrupta.
El propio Raúl Castro sugirió que la primera magistratura quedaría en manos de su actual primer vicepresidente, Miguel Díaz-Canel. En tanto, él retendría el cargo de primer secretario del PCC.
Díaz-Canel, un ingeniero de 57 años, pasó por todos los niveles de dirección del PCC desde su militancia juvenil hasta convertirse en primer secretario en varias provincias del centro y oriente de la isla, donde se lo recuerda por sus iniciativas y carisma.
Durante la presidencia de Raúl Castro se volvió discreto y hermético, lo que asombró a muchos que lo conocían desde antes y alimentó la especulación de que estaría evitando el destino de algunos predecesores que cayeron en desgracia luego de obtener mucha atención mediática.
En un video filtrado semanas atrás, el propio Díaz-Canel dejó en claro que el gobierno no dará paso a la disidencia en este proceso electoral.
"[Hay] seis proyectos que están orientados a las elecciones del 2018 que buscan postular gente contrarrevolucionaria como candidatos a delegados... Pueden llegar a la Asamblea Provincial y la Asamblea Nacional, y sería una manera de legitimar dentro de nuestra sociedad civil a la contrarrevolución", dijo Díaz-Canel. "Ahora estamos dando todos los pasos para desacreditar eso", añadió.
La reunión privada entre Díaz-Canel y dirigentes del PCC reflejada en el video -que habría tenido lugar en febrero- mostró el lado más ortodoxo del vicepresidente.
Para las autoridades, la disidencia no es en realidad una oposición legítima, sino organizaciones y personajes financiados y orientados desde Estados Unidos y Europa que buscan destruir desde adentro el modelo cubano y son el brazo político de las sanciones impuestas por Washington hace cinco décadas para presionar un cambio de modelo.
Así y todo, un grupo de opositores informó que más de 170 candidatos disidentes se presentarán en las asambleas de nominación de delegados para comenzar a tener visibilidad en la población y poner a prueba la ley electoral que brinda la posibilidad a todos los cubanos mayores de 16 años de elegir y ser elegidos.
"Esta elección tiene importancia porque podría significar la construcción de una democracia desde abajo... la capacidad de los ciudadanos de elegir realmente entre rostros distintos, propuestas alternativas", dijo a AP Manuel Cuesta Morúa, coordinador de la plataforma #Otro 18 que nuclea a estos disidentes.
Pero otros opositores criticaron la posición de Morúa y sus correligionarios porque, afirmaron, legitiman el proceso electoral.
Con información de la agencia AP y Télam
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