Las autoridades de los cuerpos deliberativos de Concepción, Bella Vista, Yerba Buena y la Capital son afines a la Casa de Gobierno. Los nuevos presidentes afirman que no quieren poner “palos en la rueda”, pero que controlarán las gestiones municipales
Los cuatro intendentes de Cambiemos en Tucumán llegaron a la primera mitad de sus mandatos con un paisaje político poco alentador, para algunos más recientes que para otros.
La renovación anual de autoridades sentó a opositores a sus gestiones a la cabeza de las mesas de autoridades de los concejos deliberantes locales.
El proceso que comenzó en Yerba Buena, donde el intendente Mariano Campero y el cuerpo legislativo mantienen una relación tensa, se extendió luego a San Miguel de Tucumán y, por último, a Bella Vista. Los jefes municipales Germán Alfaro y Sebastián Salazar deberán “lidiar” ahora con dirigentes cercanos a la Casa de Gobierno justicialista.
La única excepción es Roberto Sánchez, de Concepción, que desde el inicio de su gestión tiene a dirigentes opositores en el cuerpo legisferante de la ciudad del sur provincial. El reciente recambio de autoridades no modificó la situación.
“Relación directa”
Los intendentes afines al gobierno nacional advirtieron en varias oportunidades que ven a la Casa de Gobierno local como promotora de las nuevas mesas de conducción, con la intención de frenar o de entorpecer sus gestiones de gobierno.
Ayer, el vicegobernador Osvaldo Jaldo -está a cargo del Poder Ejecutivo por el viaje oficial de Juan Manzur a Estados Unidos- recibió al nuevo presidente del Concejo de Bella Vista, Juan Carlos Lizárraga; y al titular del bloque peronista, Julio Barreto.
Jaldo explicó que pidió a los concejales que “tengan una relación directa con el Gobierno de la Provincia”. “Como Poder Ejecutivo estamos a disposición de Bella Vista, porque no hay dudas de que la ciudad necesita muchas cosas”, dijo. Barreto consignó que la mesa actual es netamente peronista. “Trabajaremos para la gente, garantizando la gobernabilidad del intendente que fue elegido por los ciudadanos”, prometió el concejal.
En diálogo con LA GACETA, Lizárraga afirmó que están trabajando “en sintonía” con el Gobierno provincial. “Esperamos hacer lo mismo con el municipio. Todavía no se dio el contacto con el intendente, no pudimos sentarnos a dialogar, por cuestiones de agenda”, comentó. La mesa que integra se completa con los también justicialistas Lorenzo Medina y Ramiro Ruiz.
Lizárraga aseguró que no es crítico de la gestión de Salazar, pero que controlarán lo que consideren que no se está efectuando de manera correcta. “Es una gestión positiva, porque está haciendo cosas. Aunque se tomó algunas atribuciones, como la compra de un inmueble, que tenemos que revisar. No consultó al Concejo”, añadió. Explicó que no pretende entorpecer la gestión del radical, sino trabajar en conjunto. “No estamos para poner palos en la rueda”, finalizó.
El nuevo presidente del Concejo concepcionense, Sergio Castillo, admitió que las autoridades del cuerpo son aliadas a la Casa de Gobierno. El edil, que llegó a su banca mediante un partido municipal, adelantó que el viernes serán recibidos por Jaldo en la Casa de Gobierno.
Castillo asumió hace dos semanas, junto a las peronistas Nilda Díaz y Laura Cabrera. “Hasta ahora estamos trabajando bien, en conjunto como debe ser. No tengo ninguna intención de entorpecer ninguna gestión, porque sería entorpecer el adelanto de nuestra ciudad. Como ente de contralor, sí tenemos que supervisar los gastos de los vecinos”, aseguró. Puso la lupa sobre los nombramientos en la administración municipal y sobre los proyectos impulsados por los ediles: “ningunas de nuestras iniciativas se llevan adelante, ni pavimentación ni nomencladores de calles, por ejemplo, que no son gastos grandes. También pedimos muchos informes, uno de ellos, sobre la planta de empleados que creció un 200% o 300%”.
Dificultades
Sánchez recordó que de los 12 concejales, cinco fueron electos por su espacio político y los siete restantes por el justicialismo.
“Desde el primer día de gestión, en el Concejo no hubo lugar en la mesa directiva para la minoría del oficialismo. Sucedió en 2015 y en 2016. Este año lo mismo. En la última elección (de octubre, para diputados nacionales), ganamos por 3.500 votos en la ciudad y tampoco se tuvo en cuenta esta situación”, renegó. Reflexionó sobre el asunto y consignó que representa dificultades y que tuvo que usar en ocasiones la herramienta del veto. “A veces se genera mucha fricción, por cosas caprichosas. Se dio así y hay que sobrellevarlo. Nosotros de arranque tuvimos el Concejo en contra y a medida que pasaron los años, alguna mano fue cambiando la situación en los otros municipios de Cambiemos”, lamentó el jefe municipal.
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