La pandemia del Covid-19, que no deja de sumar enfermos a nivel mundial, ha provocado que la palabra cuarentena se vea y suene por todos lados, pues ésta describe a una medida de prevención sanitaria para evitar el contagio del coronavirus, lo que vuelve interesante su origen y significado.
Por: Dr. Gustavo Blanco.
El origen de la palabra viene del latín quadraginta, que señala un periodo de cuarenta días. El uso médico de la cuarentena se implementó a partir del siglo XIV, con la Peste Negra, pero su origen ocurrió mucho tiempo antes.
Las formas de aislamiento más antiguas efectivas conocidas son las mencionadas en el Pentateuco (Biblia) hace más de 3400 años, especialmente en el caso de la lepra. A partir de los siglos XIII y XIV crecen las formas de aislamiento. Las personas infectadas eran separadas para evitar la propagación de la enfermedad entre los antiguos israelitas bajo la ley mosaica, como se establecía en el Antiguo Testamento
Ahora bien, mientras el Covid-19 se extiende por todo el mundo, los gobiernos han impuesto cuarentenas y prohibiciones de viaje a una escala sin precedentes. China por ejemplo cerró ciudades enteras e Italia impuso restricciones draconianas en todo el país. Italia y España endurecieron la cuarentena y otorgaron más poder al Ejército cobrando multas de hasta 3.000 euros
En EEUU con una cuarentena singular e independiente según el Estado también prohibió la entrada de personas que no sean ciudadanos estadounidenses que viajan desde China, Irán y la mayor parte de Europa aunque aun así, el número de casos y muertes continúa aumentando.
Las cuarentenas y las prohibiciones de viaje son a menudo la primera respuesta contra nuevas enfermedades infecciosas. Sin embargo, estas herramientas antiguas suelen ser de utilidad limitada para enfermedades altamente transmisibles, y si se imponen con una mano demasiado pesada o de una manera demasiado casual, pueden ser contraproducentes desde el punto de vista socio económico.
En la práctica de la salud pública, “cuarentena” se refiere a la separación de personas (o comunidades) que han estado expuestas a una enfermedad infecciosa. El “aislamiento” (la otra medida) por el contrario, se aplica a la separación de personas que se sabe que están infectadas ose tiene alta sospecha. Sin embargo, en la ley, “cuarentena” a menudo se refiere a ambos tipos de intervenciones, así como a los límites de viaje. El aislamiento y la cuarentena pueden ser voluntarios o impuestos por ley.
La controversia desatada en su momento sobre el anuncio del presidente Alberto Fernández sobre el delito que comete aquel que no cumpla con la cuarentena en época de coronavirus tiene su respaldo en el Código Penal. Tal como indicara el mandatario, el incumplimiento del aislamiento encaja en la figura delictiva del artículo 202 del Código Penal, por sobre el virus en cuestión.
En ese sentido, el articulo nos indica que “será reprimido con reclusión o prisión de tres a quince años, el que propagare una enfermedad peligrosa y contagiosa para las personas”. En este caso, el no cumplir con las medidas de prevención y aislamiento sería considerado la propagación de la enfermedad peligrosa o contagiosa como es el Covid-19.
En los Estados Unidos por ejemplo aunque las órdenes de aislamiento y cuarentena han sido menos comunes en las últimas décadas, muchos estados han aislado a pacientes con tuberculosis que no se adhirieron a los regímenes de medicamentos. Al menos 18 estados pusieron en cuarentena a las personas que regresaron de África occidental durante el brote de ébola de 2014. En marzo de 2019, El condado de Rockland, Nueva York, prohibió que todos los menores no vacunados contra el sarampión ingresen a cualquier lugar de reunión pública. En W.D. County of Rockland (2019), un juez del estado de Nueva York revocó esa orden y dictaminó que no había emergencia. Sin embargo, la mayoría de los estados no requieren una declaración de emergencia para emitir una cuarentena.
En Argentina durante el siglo XIX, hubo epidemias de cólera; la de 1867 se llevó la vida del entonces vicepresidente Marcos Paz -en ejercicio de la presidencia- que fue uno de los 1653 muertos que tuvo la ciudad. Esta epidemia estuvo enmarcada también dentro de una pandemia mundial. La epidemia se propagó al interior del país y, aun así, solo se establecieron cuarentenas para los barcos que arribaban.
La otra gran epidemia fue de la polio, en 1956. Dictar la cuarentena resultaba una medida inimaginable, cuando el propio gobierno en un primer momento había desconocido la existencia de una epidemia.
Más recientemente, en la epidemia del cólera de 1993 el operativo montado en la frontera del norte, permitió que la enfermedad no avanzase más de la cuenta al resto del país.
Finalmente, en tiempos de epidemias todo se exacerba, en el aspecto psicológico el hipocondriaco empeora, el ansioso se potencia, el obsesivo se vuelve intolerante. Los cambios alimentarios son notorios, aumenta la ingesta de hidratos de carbono para calmar la ansiedad generada por el encierro, se atrofian los músculos. Pero la cuarentena que estamos viviendo sin dudas marcara un antes y un después en nuestro devenir sanitario, aprenderemos normas de higiene, visibilizara los valores, nos mostrara que todos los humanos somos iguales independientemente del credo, la raza y el nivel socioeconómico.
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