Uso discrecional de fondos en la UNT, excesos, arbitrariedad, despotismo, ilegalidad, atropellos, absurdos, tiranía, delito.
TUCUMÁN (Redacción).- La Universidad Nacional de Tucumán (UNT) como socia en el Distrito Minero Farallón Negro (Catamarca) durante años recibió millones pesos. No obstante, el “proceso o mecanismo” antidemocrático que aplicaron las autoridades universitarias y el “destino final” de esos recursos han sido cuestionados internamente (se formó una comisón especial a cargo de la decana de la Facultad de Derecho, Adela Seguí). Icluso, por otro lado, la “inversión” con esos fondos externos en infraestructura se encuentra bajo el análisis de la Auditoria General de la Nación (AGN).
Los porcentajes lo dicen casi todo. Las dudas recaen sobre el accionar de tres ex rectores, Mario Marigliano, Rodolfo Campero y Juan Alberto Cerisola. ¿Dónde estaría en principio lo sospechoso? La Universidad tucumana, recibía un 40% de Utilidades mineras, pero el 2 de enero de 2008 Cerisola saca un instrumento donde, cambiando el objetivo principal -desvirtuándolo y mintiendo- rescinde la mitad del dinero, por lo que -de ahí en adelante- la UNT cobra solo el 20%. El porcentaje restante, a partir de ese momento, pasa a distribuirse en otras universidades del país.
La resolución firmada por Cerisola describía que estaba concluida la Ciudad Universitaria en la Sierra San Javier (cuando en realidad el proyecto permaneció abandonado), nunca se reinició. A cambio el ex rector hablaba de la construcción de la nueva Ciudad Universitaria del siglo XXI. Es decir que por voluntad propia y la de sus socios, el rector pide que ya no se envíe más el 40 por ciento de Utilidades sino solamente el 20 %, puesto que el objetivo establecido por ley se había cumplido supuestamente. Sin duda, Cerisola se “excedió” en sus funciones, pero no es todo.
¿Por qué alguien falsearía en los papeles un dato empírico a simple vista contrario? ¿Por qué Cerisola pediría recibir menos dinero cuando todos los funcionarios buscan justificar más recursos de los que se percibe? ¿Cómo legitimar tamaña medida arbitraria sabiendo que, en un ámbito democrático por excelencia, no participó el resto de los miembros con responsabilidad institucional de la comunidad universitaria tucumana?
Cerisola y sus socios tomaron una decisión política subjetiva en perjuicio de la UNT dejando afuera e ignorando adrede al Concejo Superior. El accionar permanece en tela de juicio y las sospechas de desvió de fondos en beneficio personal y perjuicio de la universidad tiende a olvidarse. Amenaza quedar en la nada, como todos los casos de corrupción que duermen en algún cajón de la justicia. Mientras, en la UNT prevalecen los “espectadores” del escándalo de millones de pesos “perdidos”. En tanto, un grupo minísculo lucha por mantenerlo con vida.
Comparativamente sirve para mostrar que el Ejecutivo -en todos los casos- y no únicamente en el ámbito universitario, hace lo que se le da la gana -obviando canales democráticos con la mayor impunidad- permaneciendo por años sin ejecutar lo que realmente necesita la comunidad.
Si esto pasa en la Universidad, uso discrecional de fondos, excesos, arbitrariedad, despotismo, ilegalidad, atropellos, absurdos, tiranía, delito, transgresión, desórdenes, desatino, agresión, incumplimiento, mentiras, desgobierno, torpezas, atraco o rapiña ¿qué podemos esperar del Ejecutivo municipal, provincial y nacional? ¿Qué se puede esperar de los candidatos?
Buena señal de la Universidad sería clarificar, ordenar, purgar, sanear, reparar, recién estas situaciones que la avergüenzan internamente, recién entonces podrá exigir de cara a la sociedad coherencia y justicia.
Al revés, es muy difícil, por no decir imposible.
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