Con el avance de la variante Ómicron del coronavirus cambiaron los criterios de testeo. Qué hay que tener en cuenta
Desde el inicio de la pandemia, los testeos tuvieron un protagonismo porque fueron claves para diagnosticar el COVID-19 en las personas. Permitieron ir haciendo el recuento de los casos confirmados de COVID-19 en cada país. Hasta ahora se han reportado más de 332 millones de casos confirmados en el mundo. Sin las pruebas, no se hubiera podido tener datos para conocer por dónde va la propagación del coronavirus en las diferentes regiones del mundo. Pero en la etapa actual de la pandemia, con el impacto explosivo de la variante Ómicron del coronavirus, ¿quién tiene que hacer el testeo hoy?
Las pruebas permiten detectar quién está infectado por el coronavirus y entender la situación epidemiológica de cada país en el presente. Pero también posibilitan rastrear la pandemia hacia atrás. Desde el inicio de la pandemia las autoridades regulatorias de medicamentos y tecnología médica de cada país han ido autorizando diferentes tipos de pruebas. Las indicaciones de quiénes deben hacerse hoy los testeos pueden variar entre los países e incluso entre las diferentes jurisdicciones que forman un país.
En la Argentina, hoy una persona con síntomas de la infección que no sea contacto estrecho de un caso confirmado de COVID-19 tiene que ir a hacerse el testeo. Los síntomas son fiebre (37.5°C o más), tos, dolor de garganta, dificultad respiratoria, dolor de cabeza, dolor muscular, diarrea, vómitos, rinitis/congestión nasal y pérdida repentina del gusto o del olfato, en ausencia de cualquier otra causa identificada.
También una persona mayor de 60 años con factores de riesgo (como obesidad, diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares o respiratorias, entre otras situaciones) y con síntomas de COVID-19 debe hacerse el test.
“Las personas con uno ó más síntomas de COVID-19 que no hayan sido un contacto estrecho de una persona con la infección diagnosticada tienen que hacerse el testeo”, explicó a Infobae la doctora Leda Guzzi, médica infectóloga que forma parte de la comisión de Comunicación de la Sociedad Argentina de Infectología y de la Clínica Olivos, del Swiss Medical Group, y del Hospital Santa Rosa del partido de Vicente López.
En cambio, las personas que sí son contacto estrecho de otra con COVID-19 y tienen síntomas hoy no necesitan ir a hacerse el testeo. “Se considera que la persona con síntomas y que fue contacto estrecho puede ser diagnosticada con COVID-19 por nexo epidemiológico y deben reportar su situación al número telefónico habilitado por la autoridad sanitaria en su jurisdicción”, agregó. En el caso de la provincia de Buenos Aires, se debe llamar al 148. En el caso de ciudad de Buenos Aires,
“En este momento hay mucha tensión sobre los centros de salud y los hospitales, por lo cual la prioridad para hacer los testeos debe estar puesta en el diagnóstico y el seguimiento en las personas mayores de 60 años, las personas gestantes, las personas con factores de riesgo y los pacientes que están internados con sospecha de tener COVID19”, mencionó la doctora Guzzi.
Una de las pruebas que se usan es la PCR, que se considera el estándar de oro para detectar la infección por coronavirus. En algunos países, los empleadores piden esa prueba a los trabajadores antes de regresar a su puesto después de tener COVID-19. Otros se apresuran a programar para saber si pueden viajar o deben dejar de aislarse. Pero los expertos dicen que la prueba PCR no es la mejor para todas las situaciones.
Los testeos de PCR (significa “reacción en cadena de la polimerasa con transcripción inversa”) pueden detectar pequeñas cantidades de material genético del coronavirus en una muestra recolectada de una persona. Luego, la prueba funciona amplificando o haciendo copias de ese material genético si hay alguno presente en la muestra de una persona.
La propiedad amplificadora de la prueba le permite detectar cantidades muy pequeñas de coronavirus en una muestra. Según los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC), esa característica de la PCR hace que sea “altamente sensible para diagnosticar COVID-19″. Si bien esta sensibilidad puede ser ventajosa para detectar el coronavirus después de una exposición reciente, también significa que los resultados de la PCR pueden ser positivos incluso después de que ya no sea contagioso.
Una prueba PCR podría decir que una persona tiene la infección durante tres o cuatro semanas después de que se haya recuperado porque hay “pequeños fragmentos del virus que se están amplificando. Después de siete a 10 días de tener la infección, la PCR no es una prueba adecuada.
En la próxima semana, en la Argentina también se contará con los autotesteos para COVID-19 en las farmacias, según la Confederación Farmacéutica Argentina. Ese tipo de pruebas pueden realizarse en la casa o en cualquier lugar, son fáciles de usar y producen resultados rápidos. Se pueden utilizar independientemente del estado de vacunación o de si tiene o no síntomas.
El 6 de enero pasado, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) aprobó el uso individual de cuatro test de autoevaluación en base a la detección del coronavirus de los laboratorios Abbott, Roche, Vyam Group y Wiener de venta exclusiva en farmacias. Esta medida significará que además de los lugares públicos donde el testeo se hace de manera gratuita, la población podrá ir a las farmacias y comprarse el test.
Según la presidenta de la COFA, cuando una persona compre el test en la farmacia, la farmacia se ocupará de reportar el caso (tanto positivo como negativo) al sistema de vigilancia del Ministerio de Salud de la Nación. “El farmacéutico haría la dispensa, el seguimiento del paciente y el registro del resultado positivo o negativo en el sistema nacional de vigilancia en salud”, dijo. “El paciente también contará con la posibilidad de registrarlo desde su teléfono y ese resultado cargado por el paciente impactará en el sistema de la farmacia que lo dispensa y el farmacéutico lo notificará al sistema nacional de vigilancia en salud”, agregó.
Los datos se alojarán en la base informática farmacéutica y serán informados al Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud (SNVS) por las agrupaciones farmacéuticas habilitadas, en el caso de reporte de test de usuarios individuales o por instituciones públicas o privadas. Los casos positivos serán integrados a la notificación de casos de COVID-19, mientras que los negativos serán clasificados como “negativo, sin clasificar”. Los casos de test inválido deberán repetirse para definir el resultado. Si el farmacéutico no recibe el reporte del usuario una vez realizado el test, deberá informar de esa situación a la autoridad sanitaria jurisdiccional.
Las autopruebas dan “resultados orientativos, sin valor diagnóstico concluyente, a excepción de que las jurisdicciones, en acuerdo con el Ministerio de Salud de la Nación y en base a la situación epidemiológica, consideren el resultado como positivo”. A diferencia de los test de uso profesional donde la toma de muestra es a nivel nasofaríngeo, en el caso de los test de autoevaluación se realiza a nivel nasal o bien por saliva, según lo especifique el fabricante.
Es importante que la toma de la muestra se lleve a cabo en forma correcta y que de inmediato se realice la prueba para evitar resultados erróneos. Si la persona no tiene síntomas o si la carga viral es baja (lo que puede ocurrir durante los días iniciales o finales de la infección) el coronavirus puede ser no detectado por el autotest, por lo que un resultado negativo no descarta la infección.
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