El monitoreo de la Autoridad Federal de Aplicación (Afsca) detectó que la televisión construye imágenes negativas de niñas y niños, aunque algo menos de adolescentes. Además, la TV argentina no alienta su participación activa y como sujetos de derecho.
Probablemente gran parte de la audiencia de la TV argentina pueda poner nombre y apellido a esta conversación que se dio en el mes de abril en un programa de televisión, y que produjo una “constante vulneración al derecho a la integridad personal del niño (como también a su intimidad familiar e identidad)”, según definió el Monitoreo de Niñez y Adolescencia en programas de magazines televisivos que se presentó ayer. El caso no es la excepción. El 49 por ciento de los contenidos que aparecen en magazines televisivos relacionados con chicos y chicas es negativo. No se los considera como sujetos de derecho y se los sobreexpone. En cambio, la imagen de la adolescencia es positiva.
El diálogo sobre la filiación y la herencia de bienes, que pudo leerse en las primeras líneas, se produjo durante el ciclo Nosotros al mediodía el día miércoles 15 de abril en que se abordó el conflicto entre la bailarina Gisela Bernal y el productor teatral Ariel Diwan, a partir de que Diwan se presentara en diversos programas televisivos para revelar que, tras los resultados de un ADN, tomó conocimiento de que no sería el padre del bebé de Bernal. Y es uno de los ejemplos que el monitoreo, elaborado por la Dirección de Investigación y Producción de la Autoridad Federal de Aplicación (Afsca), en base a los Criterios de Calidad del Consejo Asesor Audiovisual para la Infancia (Conacai), presentó ayer, al dar a conocer observaciones y resultados del estudio.
El monitoreo analizó los programas de formato magazine difundidos a través de los cinco canales de televisión abierta entre el lunes 13 y el viernes 17 de abril de 2015: Desayuno americano, de América TV; Vivo en Argentina y Una tarde cualquiera (UTCQ), de la TV Pública; ¡Qué mañana!, de Canal 9; AM (Antes del Mediodía), de Telefe; Nosotros al mediodía, y El diario de Mariana, de Canal 13.
“El objetivo es visibilizar la temática, para que sirva como herramienta para la gente que está trabajando y para los futuros laburantes del campo de la comunicación. Y también para difundir, porque acá claramente se ven las cosas maravillosas que pueden hacer cuando se les da voz (a los adolescentes). También por la contraria, cuando se vulnera el derecho de privacidad, intimidad, de qué estamos hablando”, explicó Alicia Ramos, directora de Investigación y Producción de Afsca y responsable del monitoreo.
Niños en negativo
De las 62 horas visualizadas, “el 27,2 por ciento de la programación tematizó contenidos relacionados con niños, niñas y adolescentes”, dice el informe. “Las tematizaciones positivas abarcaron el 23,2 por ciento de la programación y las tematizaciones que combinaron elementos positivos y negativos reunieron el 23,6 por ciento de los contenidos, superando así levemente a los tratamientos positivos. La amplia mayoría de las tematizaciones fueron negativas, éstas alcanzaron el 49 por ciento de los contenidos emitidos. El 4,2 por ciento restante da cuenta de segmentos que si bien abordaron temas ligados a la niñez y la adolescencia, no presentaron elementos positivos o negativos relevantes.”
Es decir que se habla de temas que involucran a niños, niñas y adolescentes (NNyA), pero el tratamiento es negativo o destaca aspectos negativos: tratamiento espectacularizado de las temáticas, ridiculización de NNyA y/o presentarlos como objeto de entretenimiento, adultización. No hay “una participación activa y un rol como sujetos de derecho”, tal como se propone la Convención de los Derechos del Niño.
–¿La sorprendió el tratamiento negativo ligado de niños y niñas?
–Me sorprendió encontrar una tematización negativa en cuanto a la niñez pero eso se revierte en la mirada positiva de la adolescencia, que siempre es la franja etaria que se estigmatiza (ver aparte). Lo importante es el recorte que tomamos porque en los noticieros la imagen de los adolescentes es negativa, y en este tipo de programas, con otro formato, en muchos casos la mirada es positiva.
–¿Cómo explica la mirada negativa de la niñez?
–Son disputas de adultos donde los nenes quedan rehenes de esas situaciones. Así y todo, lo que está claro es que los chicos no son sujetos pleno de derecho.
La infancia como espectáculo
Los niños, niñas y adolescentes no escapan al tratamiento espectacular con los que muchos programas televisivos buscan rating: sobreexposición de la intimidad, búsqueda del escándalo, provocación de situaciones que ponen a sus protagonistas al borde de la humillación. Una explicación posible y llamativa al mismo tiempo es que el 48,3 por ciento de los contenidos que involucran a NNyA apareció en la sección Espectáculos: se trató principalmente de conflictos entre parejas y familias famosas.
El 62 por ciento de las tematizaciones no presenta a los niños, niñas y adolescentes como sujetos de derechos. El monitoreo muestra preocupación por la “extraordinariamente alta” identificación (61 por ciento de los casos) de los niños en la pantalla. “Este dato resulta preocupante porque, como se ha venido planteando a lo largo de este trabajo, la exposición de NNyA y en particular de niñas y niños, está directamente relacionada con disputas que involucran una alta carga de violencia entre personas adultas.” En este sentido, más problemático aún es que en casi todos los contenidos donde se identificó a los niños y niñas de manera directa o indirecta “tuvieron un tratamiento integral negativo (71 por ciento) o con marcada presencia de elementos negativos (26 por ciento).”
“La desprotección de la identidad promovida por estas producciones televisivas es inquietante ya que no sólo lesionan la dignidad, la integridad y la reputación de NNyA sino que pueden dañar además su desarrollo y vida social, al suscitar estigmatizaciones y discriminaciones en sus ámbitos de socialización tales como escuelas, barrios, clubes y otros espacios en los que realizan sus actividades”, dice el monitoreo.
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