Con la mira puesta en 2017 ya comenzaron a surgir las primeras internas en Mar del Plata. La Unión Cívica Radical está en ebullición y en el massismo hay peleas de cartel.
El año recién entró en el tan promocionado segundo semestre. Las discusiones todavía giran en torno a la pesada herencia, los tarifazos y la inflación. Sin embargo, allá lejos, algunos comienzan a pensar en código electoral y empiezan a mover sus piezas para llegar bien afirmados al 2017.
Por estas horas, en Mar del Plata, la Unión Cívica Radical está en ebullición. Hasta hace algunas semanas era habitual escuchar críticas a la gestión de Carlos Arroyo desde la bancada radical, aliada al gobierno de Cambiemos. En rigor, no de la bancada: de Mario Rodríguez –principalmente- y de Luis Rech.
Desde la Agrupación Atlántica trataban de esquivar esos dardos y, a lo sumo, devolvían alguno con poca energía. Pero en los últimos días la cosa cambió y los disparos comenzaron a llegar para los propios. El presidente del partido y actual funcionario del Ministerio de Desarrollo Social en Mar del Plata Daniel Núñez cuestionó el rol del bloque radical dentro de la alianza Cambiemos. En rigor, sus palabras no fueron muy distintas a las que planteó en otras oportunidades Mario Rodríguez, sin embargo, Núñez encontró réplicas ácidas de Nicolás Maiorano y Cristina Coria.
Y por las dudas devolvió con munición pesada: acusó al primero de cobrar por dos cargos (el de concejal y otro en Capital Federal) y a la jefa de bloque de acomodar a su marido Alberto Becchi en la secretaría de Producción.
¿Por qué los cuces? Hay que remontarse un par de años atrás y entender las internas que atraviesan el histórico partido en Mar del Plata. Y, en este caso, sumarle viejas peleas personales. Núñez, Maiorano y el diputado provincial Maximiliano Abad se iniciaron juntos en la política. Recorrieron buena parte del trayecto de la mano, más allá de los cargos que ocupaba cada uno. Sin embargo, hace ya un par de años se produjo un quiebre en la relación entre Abad y Maiorano. Hoy, no solo cada cual sigue su camino, sino que quedaron cuentas por saldar.
Más allá de las disputas mediáticas, muchas de estas peleas se explican por el año electoral que se avecina. De los cinco concejales que tiene el bloque radical, cuatro terminan su mandato en 2017 (solo sigue Mario Rodríguez). A eso se le suman las aspiraciones que pueda tener Vilma Baragiola de posicionarse como candidata a intendenta en 2019, por lo cual debería asumir un rol más fuerte el año próximo. Y lo mismo ocurre con Abad, quien desde la diputación provincial comenzó a construir su figura en base a un fuerte acercamiento con los referentes provinciales de Cambiemos.
Todo, a su vez, supeditado a una decisión central que se tomará fuera de Mar del Plata: ¿la UCR conformará listas dentro de Cambiemos o lo hará de manera independiente? Es muy pronto para saberlo, aunque la movida de la gobernadora María Eugenia Vidal de correr a una segunda línea aJorge Elustondo y promover al peronista Joaquín De la Torre no cayó bien en el radicalismo.
No es el único sector en el que asoman las internas motorizadas por las elecciones del año próximo. La presencia de Sergio Massa en Mar del Plata generó revuelo en el armado del Frente Renovador.
Hoy, el bloque de concejales tiene tres ediles y dos sectores bien marcados: Cristian Azcona por un lado y Lucas Fiorini y Alejandro Carrancio por el otro. Los dos primeros deben dejar su banca el año próximo. El que tomó la iniciativa fue Azcona, quien en el verano intentó instalar su nombre con afiches y pintadas. Sin embargo, el impulso duró poco. Por el contrario, Fiorini se lanzó con más fuerza a ese terreno. Hoy, hay pintadas con su nombre en varios puntos de Mar del Plata y el concejal se encarga de mostrarse en cuanto evento de relevancia surge.
El accionar de Fiorini, no obstante, no cae del todo simpático en otros sectores del Frente Renovador. “Sergio (Massa) trata de instalar temas de gestión y éste sale a pintar como si las elecciones fueran mañana”, deslizó un asesor massista.
Algunos creen que el desembarco (aún no blanqueado) de Ariel Ciano en el espacio de Massa motorizó ansiedad a Fiorini. El exsecretario de Gobierno se alejó de Gustavo Pulti y se acercó al FR de la mano de Javier Faroni con quien mantiene una amistad desde hace tiempo. Fiorini sueña con encabezar la lista el año próximo e ir por la intendencia en 2019. Pero el desembarco de una figura como Ciano podría truncar sus planes y por eso aceleró su posicionamiento.
Más allá de tener un grupo consolidado, el actual jefe del bloque de concejales no suma adeptos en el resto del massismo. “En la Legislatura, Faroni y Pampín trabajan muy bien juntos. Y en Mar del Plata también hay buena sintonía también. El tema es Fiorini”, confiaron fuentes bonaerenses a este medio.
Por estos días hay temas más importantes que captan la atención de los marplatenses. Pero en la arena política ya hay movimientos y comienzan a surgir las primeras disputas. Y eso que todavía falta más de un año…
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