El Consorcio Portuario no podrá mostrar la nave de lujo como estandarte de una operatividad plena que no es tal. La 259 C Mendoza ahora ocupa un área recuperada para la actividad pesquera. Se sobrecarga la estructura de personal mientras no pueden sostener un alambrado.
“A bordo del Delphin, el Primer Crucero Argentino, los mejores espectáculos y la diversión están asegurados con Beto César, nuestro nuevo Director Artístico. Bienvenido a bordo!”. Así promocionaba Alteza Cruises en redes sociales sobre el filo del año nuevo la temporada estival de la que formarían parte uniendo Buenos Aires, Mar del Plata y Punta del Este, entre otros destinos.
El crucero que estaba previsto que ingrese a nuestro puerto la semana próxima en el marco de la celebración de los Carnavales, no vendrá. Como tampoco lo hicieron el “Aida Cara” hace un lustro y posiblemente no lo haga el “Preziosa”, el buque más lujoso de MSC, que ahora ya piensa en el 2019 como fecha tentativa para aproximarse a las galanas costas lugareñas.
Indudablemente el problema de Alteza para tachar a los cruceros de la postal turística del mejor verano de la historia no fue pagar los honorarios de Beto Cesar sino chartear al Delfín, que hasta no hace mucho navegaba por las aguas del Mar Tirreno frente a las costas de Croacia.
Como el Med Queen, quizás el armador no estaba enterado de los planes de los empresarios argentinos. Lo cierto es que Mar del Plata, otra vez, queda en el medio de un proyecto frustrado, aunque esta vez podría haber ingresado por la boca del puerto.
La Terminal de Cruceros seguirá invicta de naves de lujo como desde hace más de 50 meses aunque ahora la gestión Merlini ultima la papelería que la habilita para ese fin, ya que nunca antes habían iniciado los trámites pertinentes. #amardelimprovisa
El muelle de la Terminal de Cruceros, cuyos 270 metros fueron recuperados a la actividad productiva por esta gestión y donde se han descargado buques poteros que activan la temporada de calamar, ahora luce ocupado por un símbolo de la inactividad. Una okupa que ya nada tiene que hacer en el puerto; suponiendo que alguna hizo una cosa distinta que malgastar recursos públicos.
Los 116 metros de la Draga 259 C Mendoza, o lo que queda de ella a flote, encontró espacio en el muelle frente a la Terminal desde que en la Base Naval le pidieron al Consorcio que la quite de su sector.
No fue casualidad que la orden llegara después que el Ministerio de Transporte de la Nación dispusiera transferir los 540 metros del muelle interno de la Escollera Norte que ocupaba la Armada para el uso operativo del Consorcio. “Nos dejan sin muelle, que se lleven la chatarra”, mascullaron en la Base, cuando todavía sabían dónde estaba el ARA San Juan.
Es que la “Mendoza” ya cumplió largamente su vida útil y en Mar del Plata solo regaló los últimos estertores de una muerte anunciada. No tiene propulsión propia y está incluida dentro del plan que tiene el Consorcio de convertir en chatarra todos los barcos inactivos que ocupan la sección Cuarta y Quinta en el muelle 2 de modo de poder recuperar otros 100 metros operativos para descongestionar el hacinamiento en el espejo interior.
Pero Merlini ocupa casi la mitad de un área recuperada con esta draga que nadie sabe cuándo se convertirá en chatarra. Por ahora tuvo que ser remolcada hasta su nuevo destino porque ni propulsión propia tiene.
El operativo costó más de 20 mil pesos y el prestador del servicio no sabe si mandarle la factura al Consorcio o a la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables. Las finanzas del Consorcio no son un lujo ni mucho menos como para resignar ingresos.
¿La Nación paga por el uso de muelle? O ni siquiera la bicoca que cuesta el amarre en el puerto local. Con el 10% de aumento desde este mes, son $141 pesos al mes por metro de eslora para los barcos que tienen a Mar del Plata como puerto de operaciones. La Mendoza esta desde el 2009…
A algunos armadores les sale más cara la cochera en el centro que lo que pagan por el barco. El puerto es una inmobiliaria, dijo alguien alguna vez con razón…Se mantiene el mismo esquema donde pagan más los que ocupan espacios en tierra que los que están a flote.
Para colmo desde este jueves un viejo conocido regresa a la administración portuaria marplatense. Ricardo Alonso dejó su cargo en el gremio APDFA. El exconcejal fue Vicepresidente del Consorcio hasta que sus diferencias con Pezzati fueron insostenibles. Justamente fue uno de los principales críticos de la llegada de la Draga Mendoza a estas playas. El tiempo le dio la razón.
El Consorcio ya no tiene Vicepresidente. El cargo más parecido sería el de Gerente General. Con él serían tres en la administración Merlini: Walter Sivina, quien viene de la gestión Pezzati y ha tenido idas y vueltas con la intervención de Machinandiarena, la presidencia en soledad de Hidalgo y corrido de escena por Merlini.
El Presidente nombró como gerente General a Ricardo Manocchio un empleado de carrera del Consorcio con tiempo para ser Revisor de Cuentas Suplente del Club Aldosivi pero ya no para ser el aguatero de la institución portuense. Todos con salarios que rondan los 150 mil pesos mensuales.
Con tan importante erogación en recursos humanos no es mucho lo que queda para la “autosustentabilidad”. La obra más importante es completar el dragado y el pago a los españoles amigos de Merlini. Serán cerca de 4 millones de dólares lo de este año y lo que quedó pendiente del 2017.
Ojalá sobren unos pesos para que puedan reparar el alambrado de la Reserva de Lobos en la Escollera Sur. Fauna Argentina denunció en este portal el estado ruinoso del perímetro que permite el acceso de perros vagabundos -de lo poco que sobra en el puerto-, los cuales asustan a los mamíferos y alteran la colonia.
Entre los planes del Consorcio, publicados en Pescare, no figura la remoción de los buques hundidos y eso que no le costarían nada a las arcas del Estado porque ese costo lo afrontarían los propios dueños de los barcos. Podrían arrancar con la Mendoza, así libera el espacio que ocupa en la Norte. Ahh, pero el dueño de la draga es el Estado… banquemos un poco.
Lo demás es una colección de deseos. La construcción en el período 2018/2020 de un nuevo espigón para la flota pesquera en la Escollera Sur. Sería el N 9, ya dibujado en proyectos de financiamiento hace más de una década pero que jamás se concretó.
Quién va a invertir en un puerto que no es operativo al 100% como dice Merlini, ni se puede operar de noche y tiene serias limitaciones de calado para las grandes embarcaciones. Un nuevo relato se ha puesto en marcha.
Tirar los silos en el muelle 3 forma parte del mismo esquema. En octubre del 2017 Merlini dijo que llamó a licitación para disponer de ese lugar como una plataforma logística. Hasta ahora se desconocen esos pliegos. Como las Actas del Directorio, brillan por su ausencia.
En agosto pasado TC2 anunció públicamente su plan de desarrollo en el predio con una inversión de 300 millones de pesos. En octubre hizo la presentación formal de la propuesta por mesa de entradas. Hasta ahora Merlini desconoce el proyecto de inversión para construir TC3 como iniciativa privada.
La gestión y el trabajo en equipo que pregona el Presidente del Consorcio Portuario, tan sólo brota con amigos.
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