“Los vínculos con los que son parecidos a uno son mucho más fuertes que con un líder. Por eso, lo que empieza a pesar más como influencia en el voto es el primer metro cuadrado de la vida de alguien: cómo percibe la cuadra de su casa, la luz pública, la escuela de su hijo, si cree que va a estar mejor. Emerge entonces la estrategia que parece salvadora: el político como hombre o mujer común, explotado en primer lugar por Pro y luego por Cambiemos: los nombres de pila, los timbreos, las charlas con los vecinos en sus casas, y que hoy atraviesa, con diferencias de tono, todo el campo político. ‘El eje hoy es entre lejanía y cercanía. La competencia de los espacios políticos se da en manejar esa dialéctica. Eso, por otra parte, es central a la constitución del liderazgo populista, que se construye entre ser uno más y ser una figura carismática excepcional -apunta María Esperanza Casullo, politóloga y profesora en la Universidad Nacional de Río Negro-.

Esto se ve muy claro en la figura de Cristina Kirchner, pero también en Cambiemos. Cristina hace subir gente al escenario pero habla ella, y en la campaña de 2015 de Cambiemos también se vio una construcción aspiracional de la lejanía: soy rico, soy flaco, descanso en estancias, me voy de vacaciones al sur, vos podés llegar a ser como nosotros”, escribió hace un par de semanas la periodista Raquel San Martín en el diario La Nación, en una nota titulada “Del pueblo en la plaza al vecino en la selfie. ¿A quién le hablan los políticos?”.

Lo que San Martín expone se nota en todos los niveles de la campaña. En Luján, las prácticas de antaño cedieron ante esa necesidad del diálogo para escuchar y de inmediato mostrar la demanda de ese metro cuadrado de cada vecino, aunque no sea reflejo fiel del contexto. Y esa cercanía con un presunto “igual”, con un par.

¿Cómo se exponen estas nuevas modalidades en las campañas para las PASO en Luján? Con las más variadas estrategias que deben exprimir al máximo la originalidad, más aún en los sectores que cuentan con escasos recursos económicos para el despliegue. Hoy lo que años atrás era la excepción, se transformó en la regla: caminatas por los barrios, golpeando cada puerta y frenando a charlar con todos los vecinos que se crucen en el camino.

Una modalidad que en ciertos casos refuerzan con la instalación de una mesa y un banner en una esquina representativa del lugar, donde se entregarán folletos, boletas y en ocasiones también se puede consultar el padrón.

Pero caminar no alcanza. Más en tiempos donde amplios sectores exponen un rechazo al discurso partidario.

Hoy vemos a candidatos tomando mates donde se le permita; participando de cenas de escasos comensales y hasta situaciones impensadas como la entrega de volantes y breves discursos en los colectivos o la necesidad de jugar varias manos de truco para ser escuchados por un grupo de jubilados.

QUIERO RETRUCO

En un cuartito de la sociedad de fomento del barrio Juan XXIII todas las noches un grupo de jubilados se junta a jugar al truco y al mus. Hasta allí llegaron Alejandro Robba y Agustina Torres, precandidatos por una de las listas de Cumplir. Si querían escuchar y ser escuchados, no tenían más remedio que sumarse al motivo de la juntada. Robba y Torres terminaron jugando con otros dos jubilados varias manos de truco, mientras el resto miraba y acotaba en la charla.

“El que jugó conmigo no creía en ningún político y renegaba de todo. En un momento se habló de la obra de la calle San Martín y el hombre dijo que por lo menos la plata se veía en algún lado, porque otras veces llegaba plata y no se sabe dónde quedó”, precisó Torres a EL CIVISMO. “Nosotros les contamos que íbamos con Randazzo. Eso no cayó mal. Pero igual despotricaron contra ‘La Yegua’ y los que se robaron todo. De a poco logramos contarle al menos nuestro caso, que militamos hace años sin cobro extra de nadie. Creo que me terminó creyendo”, agregó la precandidata a concejal.

Fue en ese marco en el que aprovecharon para hablar de los recursos públicos “y de la necesidad de que cada barrio sepa con qué fondos se cuentan y dónde se utilizan, algo que también resultó de agrado”.

“Quedamos en que vamos a ir a jugar la revancha del truco, sea cual sea el resultado en las PASO”, dijo la joven precandidata.

Dentro de la misma interna, la estrategia de campaña de Jonatan Fattorini es diferente. Consultado el miércoles sobre qué actividad realizaría en el contexto electoral, admitió que no la tenía definida. En realidad, no se trató de una acción para esquivar a los medios, sino del modo en que Fattorini transita la campaña.

Además de su actividad dentro del Concejo Deliberante, el edil y precandidato por Cumplir mantiene su agenda de eventos sociales, culturales y deportivos apuntados a distintas edades y que suelen tener epicentro en el merendero de la calle Constitución casi esquina Doctor Real. Tardes de cine, clases de zumba, torneos de metegol o fiestas con animación para los más chicos son algunas de las actividades habituales organizadas por Fattorini.

En Unidad Ciudadana también se disputa una interna y los dos precandidatos que encabezan las listas intensificaron sus actividades durante las últimas semanas, siempre con el perfil descripto más arriba: actividades para grupos pequeños o directamente en la charla mano a mano con el vecino.

Caminatas por los barrios y localidades; mesas de información en puntos estratégicos; publicidad rodante en especial a la tarde y en el resto de las acciones es donde se notan algunos matices. Prince y su equipo de campaña se centraron en la elaboración de breves spot en los que intentan trasmitir aspectos de la personalidad de Prince y donde el mensaje, más allá del slogan “Somos de acá”, es irrelevante. El mensaje es la imagen. Por eso se ve al ex intendente y precandidato a edil tentado por una tira de asado o haciendo jueguitos con la pelota.

Esta semana dio a conocer otra actividad con el mismo sentido: la cercanía con la gente de la que hablaba San Martín. Prince decidió subirse a los colectivos que recorren las calles locales y luego de pedir permiso a los choferes se despacha con las siguientes palabras, cual vendedor ambulante: “Buen día. Disculpen la molestia. Les vengo a hacer entrega de un folleto en vista de las elecciones del próximo 13 de agosto, para que lo consideren. Nada más, muchas gracias”. Y casi siempre termina dialogando con alguno de los pasajeros.

Por el lado de Boto, además de las acciones ya descritas, se notó el esfuerzo por traer a la ciudad de Luján referentes del kirchnerismo como Roberto Salvarezza, precandidato a diputado nacional por la Unidad Ciudadana y ex presidente del Conicet. O el ex ministro de Economía de la Nación, Axel Kicillof, quien el jueves realizaba una serie de actividades en la ciudad.

Federico Guibaud, primer precandidato a concejal por 1País se centra en aquello que lo empujó a un triunfo hace cuatro años. Por el lado subjetivo, el arrastre que le puede generar acompañar a Sergio Massa –hoy junto a Margarita Stolbizer-. En concreto, las caminatas por los barrios.

El miércoles este medio lo acompañó en un tramo de la actividad que se inició en Las Orquídeas y Las Amapolas, en el corazón del barrio La Loma. Allí fue junto a un militante y los dirigentes Julio Lucesoli, Miguel Juárez y el también precandidato “Cacho” Duarte.

“Disculpame que te moleste. Solo te queríamos entregar este folleto para que lo leas y está la boleta para las elecciones del próximo 13 de agosto. Nosotros estamos con Sergio (Massa) y mi nombre es Federico Guibaud”, repetía el precandidato en cada sitio en el que uno y algunos vecinos se mostraban dispuestos a escucharlo.

Por el lado de Cambiemos, la campaña parece tener más de un camino de tránsito. Por un lado, la inevitable ligazón entre campaña y entre cada actividad de gobierno de la gestión de Oscar Luciani y su gabinete. Por otro, eventos tradicionales que los radicales realizan ante cada instancia electoral, que se trata básicamente de la concreción de reuniones en los barrios y localidades organizadas por dirigentes o referentes históricos de esa fuerza. Y se suman los timbreos de Cambiemos en los que no se ha visto presencia de precandidatos vecinalistas o radicales y que en su totalidad han sido encabezados por el concejal Nicolás Quarenta. “No necesitamos salir todos juntos a hacer todo. Por el contrario, diversificar creo que nos ayuda a llegar más y mejor con nuestro mensaje”, le confesó a este medio de los dirigentes locales del PRO.

Similar es la modalidad que desarrolla cada día la lista de Vamos. Caminatas con un puerta a puerta en barrios, localidades y en el centro, entrega de folletería y si el receptor lo permite, explicación breve de la propuesta partidaria.

El mayor misterio respecto de la estrategia de campaña se posa sobre opciones que se sabe fueron aceptadas por la Junta Electoral pero desde entonces no acercaron a los medios una sola actividad para difundir. Parecen contentarse con recibir los fondos para la impresión de las boletas, estar en los cuartos oscuros y que algún vecino que llegó a conocer de su existencia los elija.