El dolor de los familiares atravesó el inicio del juicio. La madre de Cassandre rememoró a su hija como “la eterna mujer joven” y al recordar a Houria, explicó que ese nombre significa Libertad en árabe. Reclamó “Libertad” de las mujeres para viajar por el mundo sin ser violadas o abusadas. (Maximiliano Rodriguez)
El tribunal, compuesto por Ángel Longarte, Bernardo Ruiz y Carlos Pucheta, ingresó a la sala a las 9.45 hs. Casi una hora después de lo previsto. Antes que ellos, habían ingresado los acusados Santos Clemente Vera y Daniel Vite Laxi. El rostro del primero, al momento de ingresar a la sala, se veía mucho menos duro que dos años y medio atrás cuando fue detenido. Vilte, en cambio, denotaba cierto nerviosismo en una sala repleta de periodistas y fotógrafos. Ambos esposados y custodiados por agentes del servicio penitenciario provincial, fueron sentados juntos a escasos metros del único confeso, Gustavo Lasi, que calzaba un pullover gris y mantenía la mirada fija en sus custodios. Todos los acusados fueron ubicados a mano derecha del tribunal.
Apenas como un aporte al folclore provincial, minutos antes del comienzo de la primera audiencia ingresó al recinto la Ministra de Derechos Humanos, Marianela Cansino, e instantes después hizo lo propio la Defensora General de la Provincia, María Inés Diez, quien fuera al momento del crimen Ministra de Justicia de Salta, un cargo de primera línea en el gabinete provincial que muchos consideran inútil. Como suele ocurrir en estos casos, también se presentaron referentes de la oposición en la sala de grandes juicios. Detrás de la Defensora General se ubicó Claudio Del Pla, diputado provincial (PO). Tanto el diputado, como la Defensora General se retiraron en el primer cuarto intermedio. La Ministra Cansino –en cambio- se quedó durante toda la mañana.
Tras el comienzo formal del juicio, donde hizo uso de la palabra el Presidente del Tribunal, Ángel Longarte, se realizó una tediosa lectura del informe policial y del expediente original para luego dar lugar a las intervenciones orales de los testigos previstos para esta primera jornada.
En el informe inicial de la policía se detalla el hallazgo de los cuerpos cerca de las 19 horas del viernes 29 de julio de 2011. Si bien este primer informe policial no da cuenta de la primera detención del caso (Francisco Tejada) sí se dejó constancia que el entonces Juez de Instrucción Martín Pérez, ordenó el levantamiento de los cuerpos cerca de las 2.30 del sábado. Incluso reconoce el informe que el segundo de los cuerpos fue encontrado bajo el uso de linternas debido a la oscuridad reinante. Al momento de levantar los cadáveres, la policía –según el informe- encontró un ticket en el pantalón de una de las turistas. El ticket sirvió para ubicar el día de ingreso al predio de Maitines SA, explotado por Puma Expedition, empresa que contaría con autorización del Ministerio de Turismo que entonces estaba a cargo de Federico Posadas.
Igualmente, el informe reconoce que esa misma madrugada (30 julio) en el Hospital San Bernardo se impuso la data de muerte entre 24 a 72 horas antes del hallazgo, lo que posteriormente fue modificado por otros estudios. En ese primer informe se detallan ropas oscuras y rasgadas en las victimas. También consta la coartada de Vilte que con dos ticket (de un supermercado y de un banco) de horas de la mañana, apoyarían parte de su relato. Además se repitió en la sala –lectura mediante- el total de los argumentos conocidos públicamente y sobre los que se basó Martín Pérez para dictar el procesamiento por doble homicidio criminis causa con abuso sexual y robo calificado, en contra de los tres acusados.
Algunos de estos argumentos serán cuestionados en este juicio. Es el caso del estudio de ADN que comprometería a Vera y la relación entre su condición de jinete y gaucho con el deseo “irrefrenable” de violar a dos mujeres. Para Pérez, el hecho ocurrió entre las 18.28 y 19.50 del viernes 15 de julio. El hoy ascendido magistrado llegó a esta conclusión porque es el rango horario entre la última fotografía tomada por la cámara de una de las víctimas y la posterior activación del celular de una de ellas (19.50hs).
Comienzo de debate
El momento crucial de este inicio de juicio, comenzó cuando Daniel Vilte hizo uso de la palabra. Fue el único de los tres acusados que pidió hacer valer su derecho de defensa oral luego de que Lasi y Vera respondieran al presidente Ángel Longarte que no declararían durante el proceso.
Daniel Vilte recordó que la policía lo detuvo en casa de su abuela en San Lorenzo cuando tomaba sopa. Fue entonces cuando se le pidió que preste declaración en la policía quien alegó que luego del procedimiento volvería a su casa. Vilte relató que fue objeto de golpes a los pocos instantes de haber sido detenido. Afirmó haber sido torturado en la Brigada de Investigaciones de la Capital y que las vejaciones incluyeron picaneada, golpes, torturas y bolsas de plástico sobre su cabeza. Así resumió su periplo hasta llegar a la Alcaidía General el 1 de agosto de 2011.
Recién el 2 de agosto de ese año habló ante el poder judicial para señalar que Gustavo Lasi miente y pidió que se valoren las pruebas, porque no tiene nada que ver en el hecho. El Fiscal de la Cámara II, Félix Elías, lo interrogó y le preguntó que hizo el día 15 de julio de 2011 a lo que el acusado respondió explicando que su declaración fue confusa hace dos años atrás, porque pasó de ser un humilde peón rural -en total normalidad- a ser detenido, acusado y torturado. La imagen del fiscal quedó deslucida apenas disparó sus primeras preguntas, aunque quienes lo conocen dicen que es picante a la hora de los alegatos. Mucha solemnidad y cierto deseo de protagonismo. No mucho más.
A Vilte también lo interrogó la querella, momento en el cual volvió a decir que Gustavo Lasi miente. Lo hizo con voz firme y sin muchas dudas sobre las respuestas. También intervino en el debate su defensor, Marcelo Arancibia, quien además dejó constancia que Vilte poseía un celular (secuestrado por la policía) donde quedó registro de las llamadas telefónicas vinculadas a la venta del arma que ofrecía entonces. Ofrecimiento por el cual la policía dio con él aquel 1 de agosto tras detener y torturar a su hermano Nelson. Por este último hecho hay seis policías procesados, aunque ascendidos y condecorados por el gobernador Urtubey
Justicia y Libertad
Las primeras palabras de Hélene Olga Ontoinette Kottak, madre de Cassandre Bouvier, ante el tribunal de la sala II fueron “que se haga Justicia”. Luego, siempre en francés, expuso sus sentimientos escritos previamente. Casi ninguno de los presentes comprendía sus palabras, pero el dolor de esa madre inundó la sala y alcanzó a todos. “En su camino encontró la maldad, la estupidez. Quedará en nuestro corazón la eterna mujer joven” dijo. La mujer –hoy jubilada- recordó que Houria en árabe significa Libertad y proclamó la Libertad de las mujeres a viajar por el mundo sin ser violadas o abusadas. La mamá de Cassandre recordó que mañana tendría apenas 32 años. En calidad de testigo, explicó que su hija viajó a Bs As a un congreso de estudio y estimó –aunque no pudo ratificarlo- que la posterior visita a Salta de Cassandre solamente perseguía fines turísticos. La mujer luego de brindar su testimonio eligió quedarse en la sala para presenciar el juicio.
¿Dónde está mi hija?
Lahoucine Moumni, padre de Houria Moumni, ingresó a la sala por una pequeñísima puerta lateral. Lo hizo acompañado por un joven vestido con la camiseta oficial del seleccionado argentino, hermano de Houria. El hombre –al igual que la mamá de Cassandre- inundó la sala con la pérdida que guardó durante estos dos años y medio. Contó que su hija era una buena alumna y que cuando terminó los estudios trabajaba en una panadería. Siempre en francés, dijo que a su hija le gustaba mucho america latina y por sobretodo el idioma castellano. Afirmó que la joven habló con su madre (Zohra Moumni) el mismo 15 de julio cerca de las 14, hora de París. El llamado fue para hacerle un pedido de 200 euros porque había olvidado sus tarjetas en Bs As.
Hasta ese día Houria se comunicó todos los días con su madre. El dinero fue depositado el mismo día y nunca fue retirado. Además el padre aportó documentación que indica que su hija preparaba una investigación sobre la inmigración árabe en américa latina. El padre de Houria dijo ante los presentes que supo de la muerte de su hija cuando vio la noticia por TV. “Me preguntaba ¿dónde está mi hija? Y sigo preguntando ¿dónde está mi hija?”, sentenció ante el silencio de todos.
La persona más importante
La hermana de Cassandre, Aleinor Bouvier fue la única testigo que habló en español y pidió “que se haga verdad y justicia para mi hermana y para Houria”. En llantos la joven dijo sus primeras palabras ante el tribunal “mi hermana era la persona más importante en mi vida”. Dijo que era muy apasionada; que le gustaba hablar en castellano y que por eso había viajado a Guatemala, El Salvador y Argentina. Destacó también que Cassandre había aprendido sola a hablar el castellano, valiéndose sólo de un diccionario que ella misma le prestó. La delgada mujer leyó el último correo electrónico de su hermana y un poema donde la recordaba. La sala enmudeció ante las palabras entrecortadas de Aleinor.
Señoras y señores
Lo primero que dijo Jean Miche Bouvier ante el tribunal fue “señores del jurado, me hubiera gustado decir señores y señoras del jurado”. Con una síntesis expresó el recuerdo de su hija y resumió: “Cassandre era un diamante puro”. En francés reclamó Justicia y Verdad. Dijo que el pueblo de Salta también reclama la verdad y denunció las dudas sobre la instrucción. Entre ellos dos ADN femeninos y uno masculino que no fueron identificados hasta hoy y la no investigación de una mujer cuya fotografía aparece en el expediente, sin que nadie la identificara, ni investigara. Al intentar leer una carta de condolencias enviada a la familia por el director de investigación de Cassandre, el hombre rompió en llantos y unificó el sentimiento de congoja entre los presentes. Para todos en la sala quedó claro que en Salta hace dos años y medio se arrebató la vida de dos personas bellas y valorables. Así pasó el primer día de juicio.
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