Estos pasados días la ciudad fue triste testigo de un desacierto más del que se desempeña como presidente del Concejo municipal además de atender sus funciones como secretario general de SMATA en Rafaela.
Desde hace un tiempo a esta parte, la empresa “Tractores y Maquinarias” que supo ser hace tiempo “Carlos y Américo Grossi” atraviesa una profunda crisis que aparentemente no podrá salvar, a raíz de la misma, son varios los trabajadores que podrían perder sus puestos de trabajo. Ante esta preocupante situación el CCIRR puso en funcionamiento el Concejo Asesor del Trabajo integrado por la Secretaria de Trabajo de la provincia, la C.G.T. además de otras entidades gremiales y miembros del Centro Comercial, pero desgraciadamente para los trabajadores afectados su representante gremial, léase Jorge Maina, nunca asistió a las mismas, primando su profundo interés personal por menospreciar al Gobierno provincial y a los representantes de la patronal. Si bien mucho se habla del aparente olvido con que Binner trata a Rafaela quizás sería un buen momento para preguntarse qué hace el municipio para revertir esta situación o en su defecto, para potenciarla.
Su idea de solución para esos trabajadores y sus familias fue organizar una manifestación en el corazón de la ciudad, frente a la sede del CCiRR, el mismo día y a la misma hora en la que se desarrollaba la “Jornada de apoyo al desarrollo industrial, en defensa de la industria, defendiendo lo nuestro”, es decir, no solo desoyó las propuestas emanadas para encontrar una solución viable a la problemática de los obreros por el representados, sino que con sus actos boicoteó una conferencia plagada de referentes de primer nivel nacional y provincial destinada a prevenir este tipo de situaciones.
En una evidente búsqueda de culpables donde no los hay, Maina decidió liderar la protesta frente al Centro Comercial no sólo olvidando los muchos esfuerzos que dicho centro realizó y realiza para proteger la industria local y sus trabajadores sino también falló a la hora de hacer una reflexión sobre sus actos. La empresa en cuestión se dedica a la fabricación de maquinaria agrícola y no hay que ser demasiado inteligente para entender que la crisis de la empresa está relacionada con la llamada “guerra contra el campo” que desató el Gobierno nacional contra el agro allá por el 2008. La pregunta es ¿Dónde estaba Maina por aquellas fechas? Defendiendo a Rafaela y a sus trabajadores o adhiriendo a los dichos de la Presidente sobre los “piquetes de la abundancia”.
Mirando con perspectiva, se podría afirmar que Maina es mucho más culpable de la situación de la empresa y sus trabajadores que el CCIRR, si de hacer una manifestación frente a los culpables se trataba, mas le valía al hoy presidente del Concejo liderarla frente al Palacio municipal.
Jorge Maina es el presidente del Concejo Deliberante de la ciudad, órgano diseñado para debatir y buscar el consenso a través de la palabra, acercando posiciones en la búsqueda de soluciones. A pesar de los muchos esfuerzos hechos por Maina para mantener el puesto frente a Castellano, cada día es más evidente, que le queda grande. Desde su cargo electo se debe a Rafaela y sus habitantes, si de alguna manera esto entra en conflicto con su otro puesto de trabajo, el de dirigente gremial, sólo cabe esperar que renuncie a uno de los dos, para demostrar honestidad ya que en los eventos descritos hasta aquí a fallado en el desempeño de ambos.
Como presidente del Consejo debe reconocer a todas las Instituciones tanto gubernamentales como privadas, no puede desoír las preocupaciones de la Policía de Santa Fe que salvaguarda la integridad de los rafaelinos cuando esta lo consulta sobre la protesta por realizarse, mas teniendo en cuenta que muchos de los que se manifestaron en la intersección de Necochea y 9 de Julio eran de Rosario, por lo tanto desconocidos para las fuerzas de seguridad locales además de la irresponsabilidad de realizar dicha protesta frente a un tradicional colegio de la ciudad, poniendo en peligro con su accionar la integridad de muchos niños y adolescentes que a la misma concurren.
Es verdad que la proximidad de las próximas elecciones inquietan a muchos que viven de la política y no para la política, desesperados por posicionarse de cara a los próximos comicios hacen gala de su irresponsabilidad primando sus intereses personales postergando los de la ciudad. Probablemente Maina tuvo más en mente la exposición mediática que obtendría de todo este bochorno que las necesidades inmediatas de los trabajadores por el representado o los ciudadanos que lo votaron.
Este despropósito protagonizado por el gremialista/político debería invitar a la reflexión a toda la ciudad y sus estamentos, ¿es éste la clase de representantes que la ciudad necesita o quiere? ¿Es éste el camino a una democracia más plural y amplia? O en su defecto éste es un retroceso a la política mezquina que tanto daño le ha hecho al país y a la región.
Desde estas líneas se desea repensar los eventos ocurridos en estos días pasados para evitarlos en el futuro, esta no es la forma de construir un futuro cierto, sino que es la forma de perpetuar un pasado nefasto.
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