Será el tema central de la reunión de la semana próxima y buscarán reimpulsarlo. La traba es la financiación.
Todo esto con un solo objetivo: que el principal paso internacional entre Argentina y Chile no quede bloqueado durante semanas cada invierno por las nevadas que afectan al paso Cristo Redentor.
En el caso de que la megaobra vea la luz algún día, se transportarán por allí unas 80 toneladas de mercaderías al año, unas 20 veces lo que se transporta hoy. El 90% de las mercaderías que llegan a Chile desde Argentina, lo hacen por el paso de Mendoza. Al mismo tiempo, la gran mayoría de lo que se transporta es producción brasileña o de los otros países del Mercosur que comercializan sus productos por los puertos chilenos.
Por todo esto, el gobernador mendocino Paco Pérez quiere que de una vez por todas comiencen las obras y así monopolizar el control del corredor internacional, frente a las aspiraciones del gobernador de San Juan, José Luis Gioja, de que el paso por su provincia, Agua Negra, sea alternativa real al Cristo Redentor. De todos modos, fuentes empresarias explicaron a este medio que ambos proyectos se complementan y que tienen naturaleza diferente.
Reimpulso al proyecto
Según supo LPO, el tema del trasandino será el punto central de la reunión que mantendrán Cristina Kirchner y Michelle Bachelet el próximo 15 de abril en Buenos Aires, en la que será la primera actividad de la chilena en el extranjero desde que asumió su segundo mandato, el pasado 11 de marzo.
Los otros temas serán el mencionado paso de Agua Negra –donde se proyecta un túnel vehicular– y la situación del proyecto minero Pascua Lama, binacional y suspendido por la Justicia chilena por un planteo de ambientalistas.
Paco Pérez estará en la reunión intentando conseguir el compromiso de Cristina y Michelle de darle aval total y sin fisuras al proyecto. Una vez con esa declaración, Pérez quiere, personalmente, salir a buscar a los inversores privados que se harán cargo de la construcción.
La idea de ambos gobiernos desde la época de Néstor Kirchner y Ricardo Lagos es que los Estados nacionales no pongan un peso, sino que se comprometan con la concesión por medio siglo del tren trasandino para que privados lo lleven adelante.
Claro que la situación nacional no es la mejor para tentar inversores. Y esto lo saben Paco Pérez, Cristina, y las más altas autoridades de Corporación América, de la familia Eurnekián, responsable del proyecto integral.
Pero hasta ahora la traba principal del proyecto era política. El gobierno argentino y el de Sebastián Piñera no lograron ponerse de acuerdo y el proyecto quedó congelado. La vuelta de Bachelet es entendida como una oportunidad para darle reimpulso a la obra, ya que durante su anterior gestión se avanzó fuerte.
Pero luego para Chile dejó de ser prioridad. En los últimos años, el gobierno de Piñera invertió unos 300 millones de dólares en dejar lo mejor posible la actual traza de la ruta internacional, con obras de envergadura como la ampliación de los Caracoles, o la realización de algunos túneles menores para evitar los cortes prolongados por nevadas en el invierno.
Asimismo, la necesidad de los países del Mercosur que quieren mandar por los puertos chilenos sus productos por ejemplo al oeste de EEUU o a los países asiáticos, es mucho mayor que la de los chilenos, que sólo pondrían sus puertos a disposición, pero sin una rentabilidad muy abultada.
Pero Paco Pérez es optimista. El año pasado, se entrevistó en Nueva York con el titular de la ONU, Kofi Annan, y le presentó el proyecto con la intención de que se interesara en lo que el mendocino definió como la mayor obra de integración regional de América del Sur en su historia.
También en sus tres viajes a China y en su visita a Medio Oriente, Paco llevó bajo el brazo el proyecto de la Corporación América, además de las condiciones de concesión para las empresas que encaren la inversión.
Pero no sólo es un desafío conseguir interesado por el monto de la obras (de unos 3.500 millones de dólares), sino que además está proyectada en tres etapas, y el plazo estimado total para finalizar la última etapa es nada menos que 10 años.
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