La Presidenta pidió a sus funcionarios que no salieran al cruce de Eduardo Duhalde.
El sindicalista fue detenido por supuestas vinculaciones con la mafia de los medicamentos provocando un gran revuelo político- Y aunque ayer el oficialismo mantuvo su estrategia de silencio, siguió con preocupación las derivaciones políticas que provocó la decisión del juez federal Norberto Oyarbide de encarcelar al titular de la UATRE, que cobija a trabajadores rurales y estibadores.
La secuencia arrancó temprano con cortes de rutas, anuncio de una marcha a Tribunales y un duhaldismo que aprovechó para sacar pecho con la denuncia de una “persecución política”.
Pero en la Casa Rosada impactó particularmente la convocatoria urgente a la reunión de cúpula de la CGT. Cuatro horas al cabo de las cuales, si bien Hugo Moyano marcó distancia con el duhaldismo, la central sindical cerró filas en respaldo de Venegas y denunció un “ataque” al sindicalismo a través de la investigación a las obras sociales.
Recién después del mediodía se supo que Oyarbide había decidido adelantar la indagatoria a Venegas, que iba a hacerse este sábado.
Según la versión que circuló en la Casa de Gobierno, en esa decisión medió un llamado al juez del secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini, aconsejando apurar los tiempos judiciales para descomprimir la tensión política.
Los plazos se aceleraron a tal punto que mientras transcurría la indagatoria de Venegas, el fiscal Luis Comparatore se había pronunciado en favor de la excarcelación , medida que adoptó Oyarbide al fin del día.
El Gobierno había ignorado tanto la detención del gremialista como las acusaciones de Duhalde.
Siguiendo órdenes estrictas de la Rosada, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, abordado por los periodistas cuando salía de visitar un centro de jubilados, dijo que no iba a opinar de un tema “que está en poder de la Justicia”. Solo reflexionó que “llama la atención” que cortaran rutas “quienes decían que había que disciplinar y reprimir”.
En la Casa Rosada, la Presidenta encabezó el acto de presentación de la canasta escolar, una medida para dar batalla a la inflación que el Gobierno no reconoce.
Por la tarde Cristina partió a Santa Cruz donde pasaría varios días ya que el martes participará en El Calafate –como cada año– del festejo por el aniversario del bautismo del Lago Argentino.
En despachos oficiales ratificaban que nadie hablaría : “Ojalá Duhalde y (Luis) Barrionuevo hicieran diez conferencias por día. No tienen credibilidad”.
También recordaban que el Gobierno tampoco se pronunció cuando Oyarbide detuvo al titular de La Bancaria, Juan José Zanola, hasta su caída en desgracia un aliado del oficialismo.
Poco tiempo antes ir preso y esposado, Zanola había aclamado a Cristina en un acto en el Banco Hipotecario donde le obsequió el escritorio que usó Evita, hoy exhibido en el salón de los Científicos a pasos del célebre balcón de los discursos peronistas.
Preocupa la corrupción
Las revelaciones sobre corrupción hechas por la embajada norteamericana no hacen más que confirmar lo que venimos denunciando hace tiempo”, señaló el presidente del Partido Autonomista Nacional, José Antonio Romero
Feris en alusión a los cables difundidos por Wikileaks. Esos cables revelaron la preocupación de EE.UU. por la “falta de transparencia” y la “corrupción en la Argentina durante los últimos años”.
El ex gobernador de Corrientes recordó que uno de los aspectos que postergan al país es precisamente la corrupción y la falta de reglas claras que aseguren las inversiones externas directas.
Además destacó: “que en los últimos diez años estas inversiones fueron disminuyendo hasta ubicar al país en el sexto lugar en recibirlas, entre sus pares de América Latina”.
Comentá la nota