Cristina Kirchner vuelve a la carga contra Guzmán: por qué decidió dinamitar la tregua

Cristina Kirchner vuelve a la carga contra Guzmán: por qué decidió dinamitar la tregua

La vicepresidenta está ofuscada con el Presidente y crece el descontento en el ala kirchnerista. Qué cambios urgentes reclaman para la economía

 

Cristina Kirchner cree que tiene, esta vez sí, las razones definitivas que deberían determinar la pronta salida de Martín Guzmán del gabinete nacional y el cambio rotundo de la política económica oficial.

La última embestida de Andrés "Cuervo" Larroque le pone punto final a lo que parecía una débil tregua entre Alberto Fernández y Cristina, luego de que la Casa Rosada se mostrara a favor de un par de medidas impulsadas por referentes del kirchnerismo, como el anuncio de un bono de $18.000 para los sectores más golpeados por el shock inflacionario. O el proyecto de ley para que la deuda del FMI sea pagada con dólares de los "fugadores" de divisas.

Sin embargo, en las últimas horas, desde el entorno de la vicepresidenta se decidió una nueva ofensiva. "No es contra Guzmán. Es contra la política económica que él encabeza", admite en diálogo con iProfesional un referente del denominado kirchnerismo "duro". La vicepresidenta está convencida de que, así como está, la situación social y económica se agravará en el corto plazo. Así lo transmiten referentes del kirchnerismo. De ahí las renovadas críticas de Larroque, que es referente de La Cámpora y funcionario clave de la gobernación de Axel Kicillof. 

"A Martín Guzmán no lo votó nadie", lanzó Larroque. Después dio argumentos de su disconformidad. "Me parece que ahí tenemos que ir a fondo con más claridad, no tener miedo y no tener preocupación de enfrentar intereses y poder resolver los problemas de los argentinos. No lo tengo que decir yo, es evidente", planteó en declaraciones radiales.

Los argumentos que dan desde el entorno de Cristina Kirchner son muy claros.

Las convicciones de la vicepresidenta

El eje central sigue siendo el acuerdo con el FMI. Aseguran que es el propio Fondo Monetario el que alimenta la idea de que el pacto ya voló por los aires, y que la Argentina tendrá que hacer un ajuste adicional sobre sus cuentas públicas, aun en un escenario de guerra en Europa que cambió todas las cuentas.

Hacen referencia a que, ayer mismo, el organismo adelantó que la Argentina no podrá cumplir con las metas de inflación pactadas -un máximo del 48% para este año- "retroalimentando las expectativas inflacionarias", se enoja la fuente.

Para el kirchnerismo, el bono de $18.000 todavía no se cobró y las empresas ya adelantaron subas de precios para apropiarse de ese adicional que el Gobierno vuelca a la calle con la intención de compensar la inflación de los primeros meses del año.

El director del FMI para el Departamento del Hemisferio Occidental, Ilan Goldfajn, dijo en las últimas horas desde Washington que la Argentina tendrá que cumplir con las metas fiscales, monetarias y de acumulación de reservas. De esa manera, echó por tierra la pretensión del kirchnerismo de que Guzmán pueda conseguir una flexibilización de esas metas en un contexto internacional que cambió tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia.

La interpretación que realizan desde el Instituto Patria es que el FMI quiere poner límites a la ayuda social adicional. Que Guzmán no utilice el exceso de recaudación por la mayor inflación para atender la necesidad de la franja social más postergada.

El kirchnerismo y la pulseada por las retenciones 

En La Cámpora también tomaron como un ataque de la Casa Rosada hacia ese sector de la coalición la posibilidad de que Alberto Fernández saque de la secretaría de Comercio a Roberto Feletti. Una chance que circuló la semana pasada por algunos despachos oficiales, pero que no se concretó.

El kirchnerismo tomó como una provocación los dichos de Guzmán de hace un par de semanas. Cuando dijo que "seguiremos con aquellos que estén alineados con el plan económico". 

También hay un reclamo por el rechazo de Guzmán -y se entiende que también del Presidente- de modificar las retenciones a los granos, en medio de la escalada de la inflación y de los precios récord de la soja y de las demás materias primas. "Dijeron por todos lados que no tocarían las retenciones y, lo mismo, Alberto se comió una marcha de los productores a Plaza de Mayo. Tiene que ir adelante con esa idea", razonan desde el kirchnerismo.

Así se entiende que Larroque, y otros referentes K, utilizan la palabra "miedo" al referirse al jefe de Estado y las acciones que se dejan de lado para no provocar a un sector de la población con "renta extraordinaria" bajo el actual escenario global.

Para el kirchnerismo, Fernández bien podría enviar al Congreso un proyecto para elevar las retenciones en un tiempo determinado. No para siempre. Algo que, está a la vista, el Presidente no tiene en cuenta por ahora, dado el rechazo que generaría una medida de ese alcance.

Disgusto por inflación y tarifas 

Los últimos datos de la inflación mensual también generan fastidio en las filas que responden a la vicepresidenta.

Tal como publicó iProfesional, la consultora LCG, que monitorea la evolución de la inflación semanal de los alimentos, midió una suba del 7,1% en el precio de la carne en las últimas cuatro semanas. Sin contar lo sucedido en estas últimas horas, cuando -lo dicho más arriba-, el precio del kilo de la media res trepó al récord de $730.

Según la medición de LCG, el segundo lugar de mayores subas de las últimas cuatro semanas fue para los lácteos, incluidos los huevos, con un 7%. Apenas por detrás se ubicaron los panificados, con un 6,3% en ese mismo lapso.

Otra cuestión sensible se relaciona con las tarifas. ¿Cómo se las arreglará Alberto Fernández para aplicar una recomposición del servicio de luz y gas en medio del tironeo político con el principal socio de la coalición gobernante?

Los tiempos apremian: en dos semanas deberían ponerse en marcha las audiencias públicas, ya convocadas, y ajustar las tarifas a partir del mes de junio.

Tal como publicó iProfesional, la consultora LCG, que monitorea la evolución de la inflación semanal de los alimentos, midió una suba del 7,1% en el precio de la carne en las últimas cuatro semanas. Sin contar lo sucedido en estas últimas horas, cuando -lo dicho más arriba-, el precio del kilo de la media res trepó al récord de $730.

Según la medición de LCG, el segundo lugar de mayores subas de las últimas cuatro semanas fue para los lácteos, incluidos los huevos, con un 7%. Apenas por detrás se ubicaron los panificados, con un 6,3% en ese mismo lapso.

Otra cuestión sensible se relaciona con las tarifas. ¿Cómo se las arreglará Alberto Fernández para aplicar una recomposición del servicio de luz y gas en medio del tironeo político con el principal socio de la coalición gobernante?

Los tiempos apremian: en dos semanas deberían ponerse en marcha las audiencias públicas, ya convocadas, y ajustar las tarifas a partir del mes de junio.

Incertidumbre por el rumbo de la economía 

Lo que está claro es que esta estrategia de diferenciación del kirchnerismo ha menguado el poder de Fernández. Hoy en día, nadie tiene en claro cuál es el rumbo de la economía, más allá de lo firmado con el FMI.

Esa incertidumbre se refleja con toda su potencia en el mercado cambiario: en un contexto que ya viene complicado por las turbulencias globales, el dólar blue picó $18 en una semana. Lo mismo sucedió en con las cotizaciones alternativas (CCL y MEP).

Será muy difícil apreciar una desaceleración inflacionaria bajo este escenario. Más bien todo lo contrario. La experiencia reciente así lo convalida.

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