Cristina Kirchner en Rosario: dardos a Milei, chicana por prepagas y el pulso del peronismo

Cristina Kirchner en Rosario: dardos a Milei, chicana por prepagas y el pulso del peronismo

En la Facultad de Piscología de la UNR, la expresidenta criticó el aumento de las tarifas de medicina privada, rechazó el desfinanciamiento del sector público y llamó a reconstruir un Estado "eficiente". El color en las tribunas y una interna que sigue latente.

Por Sebastián Cazón.

Cristina Kirchner se mueve como candidata. Ordena hacia adentro y hacia afuera. Marca el pulso del peronismo con recorridas por el territorio nacional, baja línea de agenda programática y polariza, sin eufemismos, con Javier Milei. "Ya que sos tan guapo, animate y desregulá los medicamentos”, lo desafío en el 11º Encuentro Nacional de Salud. Fue en Rosario, en la segunda escala de su gira federal. Con el traje de presidenta del Partido Justicialista (PJ) puesto, habló ante miles de trabajadores y trabajadoras de la salud, uno de los sectores más afectados por el ajuste libertario. Propuso avanzar en un Sistema Sanitario Integral y, a modo de autocrítica, llamó a repensar el Estado y a no tenerle miedo a la palabra "eficiencia".

Las puertas del acto en la Facultad de Psicología abrieron a las 11 de la mañana. Alrededor de 15 mil militantes, según datos de los organizadores, colmaron el predio universitario en tan solo una hora. Con gorros, sombreros y paraguas intentaron --en vano-- escapar del sol, mientras bailaban, cantaban y esperaban la llegada de la expresidenta. Entre los más jóvenes abundaban las remeras de La Cámpora y en el fondo se veían banderas de La Corriente, el PJ y organizaciones gremiales nucleadas en la CGT.

A las 12.30, cuando la sensación térmica ya había alcanzado los 30 grados, CFK ingresó al escenario, al ritmo de "Fanático" de Lali Espósito, agitando los brazos y haciendo la V de la victoria. La escoltaban referentes de la salud como el ministro bonaerense Nicolás Kreplak y el diputado Daniel Gollán. El primero en tomar la palabra fue Kreplak, quien fustigó el desfinanciamiento del Milei al sector público, los recortes en medicamentos --por ejemplo--, y lo contrapuso con la gestión en la provincia de Buenos Aires. "El Gobierno cree que no debe haber un sistema de salud. Cree que no debe haber derecho a la salud. Por eso le saca recursos", sostuvo y reivindicó el diseño de un sistema integrado. Antes de cerrar, destacó la conducción de Cristina Kirchner y le dijo: "Estamos para vos, somos tu cuerpo de militancia sanitaria".

Desregulación selectiva y autocrítica

La intervención de la expresidenta en el Complejo La Siberia de la Facultad de Psicología tuvo tres momentos. Una primera parte en donde destacó las políticas implementadas durante 2003 y 2015 y la gestión de la pandemia en el gobierno de Alberto Fernández. Sobre esto último, remarcó que la crisis del coronavirus demostró la "inconsistencia" del sistema privado y la "consistencia" del público. "No me puedo olvidar entrevistas en la tele de circunspectos propietarios de prepagas reconociendo que no daban abasto en las privadas y sanatorios, y que los enfermos de Covid eran atendidos en todo el sector público. Lo dijo uno de los dueños de las prepagas más importantes del país", indicó en clara alusión al accionista de Swiss Medical, Claudio Belocopitt.

A partir de ahí, comenzó la segunda parte --la más picante--, en donde Cristina Kirchner apuntó directamente contra Milei, lo acusó de haber "despedazado" el sistema sanitario y puso el eje en las tarifas de la medicina privada. "Les recordamos a los muchachos de las prepagas que mientras estuvimos nosotros pagaron cuotas justas, no como ahora que te arrancan la cabeza", lanzó. Así, aprovechó para señalar que el Gobierno “desregula a favor de poquitos muy poderosos".

"A ver, Milei, ya que sos tan guapo: desregulá los medicamentos para que podamos tener medicamentos genéricos importados, para reducir el costo de los presupuestos sanitarios. A ver si te animás”, le espetó y le sugirió que se lo comente al ministro Federico Sturzenegger, el "desregulador del megacanje". La chicana se llevó todos los aplausos.

En otro tramo, la exjefa de Estado mostró preocupación por el problema de la salud mental en Argentina, señaló que "penetró transversalmente en el país" y dijo que se lo puede ver "desde las más altas esferas hasta muy abajo". "Hay algunos casos que parece ser que no tienen cura tampoco”, remató y despertó las risas de los presentes.

Por último, de cara al futuro y en tono de autocrítica, CFK enfatizó en que es necesario armar un "Sistema Integrado de Salud" y subrayó que para ejecutarlo se requiere de un Estado que gestione bien los recursos. "No teníamos el Estado ideal. No todo estaba bien, pero desde esa realidad, tenemos que plantear la necesidad de volver a reconstruir un Estado necesario y eficiente. No le tengamos miedo a la palabra eficiencia", expresó en el evento se realizó bajo la consigna "¡La salud es un derecho y debe garantizarse a lo largo y ancho del país!".

De esa forma, sin hacerlo explícito, la expresidenta esbozó un cuestionamiento al Estado elefantiásico y brindó una respuesta a los latiguillos libertarios "casta" y "motosierra". Pidió que haya una administración pública que "no sea estática adentro de los ministerios", que sea "cercana" a la sociedad y que "la gente vea que cada empleado y agente del Estado está comprometido con su realidad, y que no lo vea como un ser privilegiado". "Eso argumentan después estos malos gobiernos, que llegan y convencen a la gente de que tienen que destruir el Estado, y no se dan cuenta de que les están destruyendo la vida", concluyó. Para esa hora, ya había avisado que el acto estaba finalizando: "Hace mucho calor, no se olviden que yo soy pingüina".

La interna sigue ahí

El acto de ayer fue la segunda visita de Cristina Kirchner al interior del país, desde que fue proclamada titular del PJ. La semana anterior había visitado Santiago del Estero para conmemorar el Día de la Militancia Peronista. El objetivo que se autoimpuso la expresidenta es saltar la tranquera bonaerense para reordenar al partido. "Está cumpliendo con su promesa de federalizar al PJ", afirma Rossi en diálogo con Página/12 y señala que no hay otro dirigente que genere este tipo masividad en la convocatoria. "Encima con esta temperatura", dice y se ríe.

Más allá de la contundencia de la actividad, la tensión interna está latente. Ayer, por ejemplo, fueron notorias las ausencias de referentes del peronismo provincial. El exgobernador Omar Perotti no estuvo presente. Su entorno alegó que no fue invitado. El senador Marcelo Lewandowski tampoco estuvo. Se excusó en que hoy estará en Uruguay esperando los resultados del balotaje presidencial con dirigentes del Frente Amplio. "La convocatoria fue enorme. Nosotros no hacemos escaneo de quién está y quién no está", esgrimió Germán Martínez.

Por el momento, tampoco se cerraron las heridas con Ricardo Quintela. CFK lo llamó en tres oportunidades para negociar y el gobernador de La Rioja las desestimó. No hubo encuentro ni gestos de unidad. Es más, "el Gitano" está preparando un acto para lanzar en los pŕoximos días un espacio disidente denominado "Federales", que intentará disputarle el poder partidario a la exmandataria. En tanto, el vínculo con Axel Kicillof quedó resentido después de que el gobernador bonaerense no se pronunciara a su favor en la pulseada con Quintela y el conflicto no fue abordado. En suma, son muchas las cuentas pendientes que el peronismo tiene aún por resolver.

"Se va a reordenar", sostiene Kreplak, a la salida del Encuentro y le baja dramatismo a las peleas. "Luego de una derrota hay debates necesarios que tienen que darse: rediscusiones de roles", afirma y resalta que el daño que está generando el programa económico-social del Gobierno, no permite otra alternativa más que saldar las diferencias: "Nos vamos a seguir ordenando porque lo que está sucediendo a nivel nacional nos tiene que poner a todos en el mismo lugar".

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