La vicepresidenta recibió a Massa, a Kicillof y a Máximo Kirchner para evaluar los resultados. Las claves que planearon para una remontada.
Por Mauricio Cantando
Después de votar en Río Gallegos, Cristina Fernández de Kirchner retornó a su domicilio de Recoleta con el plan de involucrarse en la campaña para las elecciones generales del 22 de octubre cuando, cuentan sus interlocutores, confía en una remontada de Sergio Massa que le permita llegar al ballotage y soñar con la presidencia.
"Se dio su escenario: una elección de tercios, en el que el objetivo que sigue es clasificar a noviembre", describen en su entorno, donde aseguran que se la vio muy tranquila, pero decidida a formar parte del diseño de la estrategia.
Las primeras reuniones de la vicepresidenta fueron con Massa y el gobernador bonaerense y candidato a la reelección Axel Kicillof. Este jueves pasó por su despacho Máximo Kirchner. Si bien no se filtraron detalles de las conversaciones, los primeros bosquejos del nuevo discurso de campaña se transparentaron en la entrevista el tigrense en el programa A Dos Voces.
Los principales son definir como "lo mismo" a sus rivales Patricia Bullrich(Juntos por el Cambio) y a Javier Milei (La Libertad Avanza); e identificar a Mauricio Macri como el jefe de ambos, porque, en definitiva, sólo él pudo participar de ambos festejos.
Desde el escenario, el domingo pasado la exministra definió a Macri ante la militancia del PRO como "el presidente de siempre". Mientras que el libertario contó en sus primeras entrevistas que el expresidente lo llamó antes de bajar al escenario y no pudo atenderlo, pero admite que hablan a diario y que es al único dirigente de JxC que respeta. El candidato de Unión por la Patria tratará de usarlo en su contra, porque más de la mitad del país aún tiene mala imagen del fundador del partido amarillo.
En su primera incursión televisiva, minutos después de hablar con la vicepresidenta en el Senado, Massa igualó a Bullrich y a Milei en propuestas como arancelar la educación, los sistemas de salud y el sistema previsional. "Para mí, son lo mismo", los comparó varias veces. Con esta estrategia, quiere además evitar que la candidata de la alianza opositora logre moderar su figura para quedarse con los votantes de Horacio Rodríguez Larreta.
La educación pública será mencionada en varios tramos de la campaña, para obligar a Milei a dar más detalles de su sistema de vouchers, que consiste en financiar a cada estudiante y no a las universidades.
Para Massa, es un "ticket canasta" que derivará en un arancel, con un costo de 3 millones de pesos anuales para cada alumno. "No me imagino a los radicales avalando el arancelamiento universitario", dijo el candidato presidencial en TN. En las próximas semanas se anunciará un proyecto de ley para subir el piso del financiamiento obligatorio a la educación, que es del 6% del PBI. Tal vez haya movilizaciones callejeras.
El desafío más difícil, cuentan en el kirchnerismo, será acaparar la mayor parte de los 10 millones de ciudadanos que no fueron a votar, porque están enojados con el sistema. Son el principal botín de Milei para intentar ganar en primera vuelta, junto a una mejora de la fiscalización.
Otro tema de conversación en las cumbres en el despacho de la vicepresidenta fue el corte de boleta que hubo en los distritos del conurbano a favor de Kicillof, que no puede repetirse en octubre si Massa quiere llegar al ballotage.
Milei, en la mira
Otro foco de la campaña de Massa será confrontar con Milei con algunos detalles de su currículum, como su pasado como empleado en la Corporación América, la empresa de Eduardo Eurnekian, que tiene la concesión para administrar los aeropuertos del país.
"Va a tener que explicar cuál fue su competencia en esos años", bromean en el kirchnerismo, donde repasan la historia laboral del libertario y no encuentran grandes relatos para hacer. Sólo reflotan que durante la pandemia se supo que cobró honorarios de una empresa a través de los subsidios que otorgaba el Estado.
Cerca de la vicepresidenta admiten que el gran problema son los menores de 25 años, que vienen de ocho años sin tener ninguna respuesta positiva de la política. "No podíamos comunicar a un sector que no le dimos nada. Hay que militar sobre el escenario electoral", explican.
Massa se cuidará de no mostrarse enojado con el surgimiento de los libertarios y menos aún en este mes, cuando estará en su apogeo. Como anticipó Letra P, el Congreso será otro campo de batalla de su campaña, a través de proyectos de ley presentados por sus diputados afines.
Este miércoles, Ramiro Gutiérrez presentó una iniciativa para ampliar y aumentar penas por el tráfico de órganos, que Milei propone vender libremente. Al día siguiente, Marcela Passo, otra diputada cercana a Massa, presentó un proyecto para garantizar la estabilidad y el financiamiento del Conicet, que el libertario propuso cerrar. Ambas iniciativas podrían tratarse en las próximas semanas.
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