Cristina Fernández de Kirchner baja al barro: por qué pelea con el peronismo que coquetea con Victoria Villarruel

Cristina Fernández de Kirchner baja al barro: por qué pelea con el peronismo que coquetea con Victoria Villarruel

La expresidenta toma distancia de quienes, a su entender, sugieren una salida anticipada de Javier Milei. Alerta Moreno y Berni. “Todo bien con José”. La Corte, telón de fondo.

 

Por Gabriela Pepe

Un hilo invisible une los coqueteos de dirigentes peronistas con Victoria Villarruel y los cálculos sobre un eventual juicio político contra Javier Milei. Al menos eso percibe Cristina Fernández de Kirchner, por lo cual, según cuenta su entorno, salió a marcar la cancha y a ponerle fin a cualquier acercamiento de los propios con la vicepresidenta.

“Pericia psiquiátrica le vamos a pedir a los que dicen que Villarruel es peronista”, escribió la expresidenta en su cuenta de Twitter. La frase de Cristina se leyó como una respuesta a los dichos del jefe del interbloque de Unión por la Patria (UP) en el Senado, José Mayans, que había dicho que Villarruel estaba “un poquito” más cerca del peronismo que de Milei.

Los cruces entre Cristina y el jefe de la bancada de UP agregaron ruidos internos a las tensiones ya existentes entre el cristinismo y el sector que responde a los gobernadores, justo cuando el peronismo pretende sentarse a la mesa de las negociaciones con el Gobierno para definir los nombres de los nuevos jueces de la Corte Suprema. Las conversaciones entre la Casa Rosada y el Instituto Patria ya están abiertas.

 

 

Pero el hartazgo de Cristina va más allá de los dichos del formoseño: cree que la cuestión que subyace en la discusión sobre la presunta cercanía de la vice con el peronismo es una especulación sobre la salida anticipada de Milei. “Por debajo de esto hay una cosa rara, esa idea de que volteamos al Presidente y queda Villarruel en su lugar, con apoyo del peronismo. El PJ no va a voltear a nadie”, le dijo a Letra P una figura importante en el ecosistema cristinista.

En el Instituto Patria llamó la atención la circulación de versiones periodísticas sobre un eventual juicio político contra el Presidente, que se activó a partir de la acumulación de derrotas en el Congreso de la semana pasada. “No hay ningún dato objetivo que indique que Milei no va a terminar su mandato. Es indecorosa esa conversación”, desactivaron la versión cerca de CFK. Y aclararon que la expresidenta habló sobre la necesidad de hacer acuerdos parlamentarios “para votar a favor de la gente, no para votar voltear gobiernos”.

La idea de la eventual salida anticipada del Presidente ya había generado cortocircuitos previos en el peronismo, aunque se habían mantenido en privado. A fines de julio, el exsecretario de Comercio Guillermo Moreno encabezó el segundo encuentro de economistas de todas las tribus de Unión por la Patria (UP) en el Palacio Barolo. Aunque estaba anunciado que se emitiría un documento conjunto, el texto no apareció.

Según pudo saber Letra P, hubo una diferencia medular en torno al comunicado. Cristina y Sergio Massa enviaron como representantes a Santiago Fraschina y a Eduardo Setti, respectivamente. El diputado Itai Hagman fue como delegado de Juan Grabois. Los tres enviados plantearon una cuestión central: acordaban avanzar con la letra económica del texto, pero rechazaban de plano cualquier consideración política. ¿El motivo? “En su análisis, Moreno parte de la base de que Milei se cae. Nosotros no estamos de acuerdo con eso”, le explicó a este portal un hombre cercano a la exmandataria.

La versión del acuerdo CFK- Victoria Villarruel

La semana pasada, Cristina Kirchner escuchó declaraciones mediáticas que aseguraban que ella misma había avanzado en “un acuerdo” con Villarruel y que incluso ambas habían mantenido una reunión para discutir cuestiones relacionadas con las vacantes de la Corte Suprema. La versión surgió el miércoles por la mañana en El Destape y fue replicada por la noche por Moreno en C5N.

A Cristina no le gustó que su nombre quedara asociado al de Villarruel, afirmaron en su entorno, y mucho menos en el marco del escándalo que se generó a partir de la visita de diputados libertarios a genocidas alojados en el penal de Ezeiza, que genera una enorme preocupación en los organismos de derechos humanos y el rechazo masivo del electorado kirchnerista. En términos de debate interno, la cuestión quedó saldada este miércoles, con el comunicado que el bloque de UP publicó en repudio a los dichos de la vicepresidenta sobre los crímenes cometidos por organizaciones guerrilleras sobre la dictadura.

La idea del supuesto acercamiento a Villarruel tiene capítulos previos. A mediados de marzo, el exsecretario de Seguridad bonaerense Sergio Berni, de diálogo directo con Cristina, le había enviado guiños a la vicepresidenta. “A Villarruel la quiero en mi equipo porque veo a una peronista, veo una persona con una impronta nacionalista, que es de lo que este gobierno tiene una carencia absoluta", dijo Berni en la previa del 24 de marzo.

Los dichos de Berni se sumaron a las frecuentes consideraciones de Moreno sobre el supuesto “nacionalismo” de Villarruel, que se cuelan en la discusión pública mientras la vicepresidenta intenta acercamientos a gobernadores, recorre el país con una agenda vinculada a fiestas populares y tradicionales y tensa su relación con Milei.

El cruce

Hasta el momento, Cristina había “dejado correr” las especulaciones, pero este martes decidió ponerles fin. A un dirigente que la llamó el martes para conocer el motivo de su enojo le dijo que no le había molestado el coqueteo de Mayans con Villarruel durante la última sesión del Senado, pero aclaró que el formoseño tiene “responsabilidad institucional” en el peronismo, por ser titular del interbloque y que había que “ordenar” la situación. “Hay que ponerle claridad a estos temas”, dijo una voz cercana a la expresidenta, y aclaró que "no hay ningún problema con José".

Mayans no aquietó las aguas. Consultado sobre la frase de Cristina, el formoseño se preguntó si también había que mandar “al psiquiátrico” a los que pusieron a Alberto Fernández al frente del Partido Justicialista (PJ). El senador sabe que no fue Cristina quien propuso que Fernández fuera titular del partido. Sin embargo, su reproche pareció apuntar más hacia la designación de Fernández como candidato a presidente de la Nación, una factura que la expresidenta recibe cada vez más seguido, en particular después de la denuncia por violencia de género contra el exmandatario.

El debate se da en la previa de la elección de la nueva conducción del PJ, que se definirá el 17 de noviembre. Un grupo de dirigentes impulsa como presidente al gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, mientras que cerca de Cristina hablan de la posible candidatura de la expresidenta o del senador camporista Wado de Pedro. El riojano pretende representar a todos los sectores y tendría el aval de los gobernadores que buscan correr a Cristina de la centralidad de las decisiones del partido.

La puja por la negociación en el Senado

La tensión interna por la conducción del partido tiene su correlato en las negociaciones que el peronismo tiene con el Gobierno por la designación de los nuevos jueces de la Corte Suprema.

La Casa Rosada abrió conversaciones con Cristina, vía interlocutores como Wado de Pedro, mientras que Mayans dijo la semana pasada que "nadie" del Gobierno se puso en contacto con él para hablar sobre los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla, a pesar de que conduce un bloque de 33 senadores, que incluye al cristinismo y a representantes de los gobernadores.

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