Coincidieron en la asunción de Maduro, pero estuvieron distantes
CARACAS (De una enviada especial).- Él se ubicó en un extremo, ella, en el otro. Estratégicamente, la presidenta Cristina Kirchner evitó ayer todo contacto con su par iraní, Mahmoud Ahmadinejad, durante la convulsionada ceremonia de asunción del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Ni al llegar ni al salir se cruzaron miradas o se estrecharon las manos ambos mandatarios, después del acuerdo que firmaron los cancilleres para revisar la investigación del atentado a la AMIA.
El Gobierno quería evitar a toda costa una foto juntos y lo logró. La demora de Irán en aprobar en su parlamento el acuerdo firmado en enero pasado terminó por generar dudas en la Casa Rosada. Ante el rechazo unánime que había manifestado toda la oposición y la desconfianza que genera en Cristina Kirchner que el congreso iraní postergara el tratamiento, cualquier contacto podría despertar suspicacias. Ya en su anterior visita a esta ciudad la Presidenta había evitado encontrarse con Ahmadinejad, durante los funerales del ex presidente Hugo Chávez. Entonces, abandonó antes de tiempo esta ciudad para no compartir la ceremonia.
Esta vez sí estuvieron bajo el mismo techo, pero deliberadamente separados. La Presidenta se ubicó de un lado del estrado central, sobre la izquierda, y su par iraní quedó enfrente, en la derecha. "No va a haber ningún encuentro ni reunión. Nada", decía ayer un ministro a LA NACION sobre la posibilidad de, al menos, un saludo con Ahmadinejad.
Según pudo saber LA NACION, apenas se apruebe, el canciller Héctor Timerman tendrá una nueva reunión con su par iraní, Alí Akbar Salehi. Entonces se conformará la comisión que revisará la causa. El Gobierno aspira a concretar lo antes posible las indagatorias para llevarse un triunfo político. Está en duda el nivel de colaboración que manifieste Irán, que hasta ahora no hizo más que demorar el avance..
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