Por Carlos Pagni
Como la diputada Carolina Scotto dejó su banca y promete regresar a la universidad, el kirchnerismo queda desprovisto de la poca base electoral que tenía en Córdoba. Un problema que se suma al de Santa Fe y Capital Federal, donde también es débil.
Scotto no es la única dirigente que abandona el Frente para la Victoria. En la provincia de Buenos Aires, Martín Insaurralde está cavando el largo túnel de su fuga. Eso sí: antes piensa el máximo rédito del dependiente Daniel Scioli. También Francisco de Narváez analiza un cambio de domicilio. Hasta podría regresar, por enésima vez, a las inmediaciones del macrismo. Hay otras traslaciones insospechadas. Miguel Pichetto teme que Scioli se allane a todas las condiciones que le impondría la Casa Rosada para ser candidato. Dicen sus amigos rionegrinos que en ese caso, todavía muy brumoso, buscaría otro destino. ¿Con Sergio Massa? No. Con Mauricio Macri. Cristina Kirchner no tiene tregua en su lucha con los buitres. Pero en estos días está ante un nuevo desafío: el de las aves migratorias.
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