En medio de gestos políticos, dos pesos pesados ofician de interlocutores con el gobierno para “recomponer” la relación con Maximiliano Abad luego de que tomaran distancia por la interna partidaria. La vicepresidencia de OSSE o Producción, el anhelo de la ex concejal.
La obsesión de Cristina Coria por desembarcar en el Ejecutivo tuvo un nuevo capítulo esta semana, en medio de gestos políticos y negociaciones.
La ex concejal boina blanca tiene entre ceja y ceja contar con un cargo en el gobierno. La vicepresidencia de Obras Sanitarias o un puesto en la Secretaría de Desarrollo Productivo son sus principales anhelos. En ésta última área, Alberto Becchi, su marido, fue subsecretario en la época de Carlos Arroyo. El ex funcionario también busca una respuesta de la Justicia para asumir como diputado italiano, en medio de un reclamo por fraude en las elecciones celebradas en el país europeo en 2018.
Justamente Becchi fue el mayor contribuyente de la ex concejal que se presentó el martes en la asamblea que definió el martes pasado el aumento de tasas. Hasta último momento se barajó la posibilidad de que votara en forma negativa como una maniobra para presionar por el arribo de Coria al Ejecutivo; aunque, al final, lo hizo por la positiva.
El haber facilitado el voto respondería a que las conversaciones con las altas esferas del gobierno estarían avanzadas para concretar una designación. Según supo La Tecla, un interlocutor y otra interlocutora de peso serían quienes buscarían tejer puentes para recomponer la relación entre Maximiliano Abad y Coria a partir del apoyo de ésta última a Gustavo Posse en la interna partidaria del año pasado.
La ex legisladora cree que “El Fresco”, como se le dice entre los pares radicales, es “fácil” para terminar de cerrar su desembarco. Que si bien tensará la cuerda hasta último momento, finalmente accedería. Por ahora, la historia continuará.
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