Viste lo que pasó en Villa Urquiza era el comentario de los asistentes a la presentación, en Parque Norte, del nuevo sanatorio del gremio de los empleados de comercio. Resultaba casi paradójico ver las imágenes de un sanatorio de última generación en momentos que se buscaban entre los escombros a las víctimas del derrumbe del gimnasio. También, el otro comentario -en algunos casos no exento de sorna- era que mala suerte tiene Mauricio Macri.
Cuando Cristina tomó la palabra defendió al gremialismo al reconocer que no entiende "cómo es posible que se siga dudando de la conveniencia de las obras sociales y de los sindicatos". Pero, aclaró que "estas obras solamente pueden hacerse en un país que está en crecimiento, en donde cada vez hay más trabajadores registrados. Esta obra es impensable en un país con dos dígitos de desocupación o con alto endeudamiento externo" Y, esto es posible, como explicó la primera mandataria gracias a que hay regímenes apuntando al pleno empleo, a las negociaciones colectivas, a mejores salarios enviando un mensaje a los popes del sindicalismo acerca de la importancia del modelo imperante. La escuchaban además de Cavalieri, Oscar Lescano (Luz y Fuerza) y Hector Daer, del gremio de Sanidad quienes este miércoles ambos gremios efectuarán un paro de actividades en reclamo de mejoras salariales.
Finalizado el acto y como es habitual la Presidente se prestó a sacarse fotos con los asistentes, en este marco dijo que "en los 90 no habían desaparecido los sindicalistas, habían desaparecido los trabajadores" en referencia a lo dicho por Cavaliere en su discurso.
Asimismo, celebró que "hoy, millones de trabajadores argentinos cuentan con obra social". Respecto al sistema sanitario argentino, la primera mandataria aseveró que "estamos en condiciones de mejorar la prestación medicinal pública", trabajando en "articular la cantidad de equipamiento e inversiones para darle una profundidad al servicio medicinal", concluyó.
Comentá la nota