El secretario de Salud dijo que el incremento también se produjo en los centros de salud barriales. Destacó el trabajo conjunto con la Provincia para derivar internados del hospital a sus domicilios.
"A las siete de la mañana, cuando abrimos, siempre teníamos una cola de 180 personas. Ahora son 200 o más", cuenta un empleado del Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias (CEMA). El dato es una muestra del impacto que tuvo el cierre de los sanatorios Emhsa y Belgrano en el sistema municipal de salud, que se sumó a la mayor cantidad de internados con cobertura social en el Hospital Interzonal.
Si bien en el CEMA no hay internaciones, las consultas y atenciones de pacientes con obra social aumentó desde que a comienzos de febrero se precipitó la crisis de las clínicas, según puntualizó el secretario de Salud municipal, Alejandro Cristaldi. "Hubo un desplazamiento del ámbito privado al público. Y nos tuvimos que organizar rápidamente cuando ya habían cerrado el Belgrano y el Emhsa", aseguró.
El funcionario explicó que los profesionales del establecimiento trabajan en tres ramas: la asistencia, la docencia y la investigación. Durante este mes, los últimos dos ítems quedaron relegados ante el incremento de la asistencia.
"En el área de neurología tenemos muchas más consultas porque hay algunas obras sociales de pacientes de tercera edad que requieren esa área", especificó Cristaldi, que también advirtió un fuerte crecimiento en la cantidad de resonancias.
Aunque la extensión horaria para hacerse ese tipo de estudios se había determinado antes de que dejaran de atender los sanatorios Belgrano y Emhsa (la hora límite se corrió de las 20 a las 24), la medida permitió atender la demanda que se generó después. "En este sentido, la situación nos agarró armados", graficó Cristaldi.
Aclaró que el CEMA "no está desbordado", pero admitió que se llegan a dar turnos para hasta dentro de dos meses. "Es que nosotros no dejamos de atender a nadie", apuntó. Y explicó que se establecen prioridades: "Si a una persona le tenemos que hacer una resonancia de rodilla, sabemos que puede esperar más que otra que se tiene que hacer una resonancia cardíaca o neurológica. Hacemos un listado y, según la capacidad de trabajo, le podemos dar respuesta a todos".
Los 33 centros barriales de salud del municipio también tuvieron más actividad. "Me reuní con los coordinadores y me dijeron que están teniendo una sobredemanda, pero la vamos a poder medir recién de acá a un mes, cuando hagamos la revisión de qué cantidad de gente vino, de qué edad y qué patologías se consultaron", contó.
Cristaldi pidió "separar el trabajo del ámbito público de lo que está pasando con el sistema privado", y marcó que, más allá de la mayor demanda, la crisis de los sanatorios "no hizo que haya cambios en la salud pública".
"Nosotros seguimos con los lineamientos que teníamos, con las fuertes inversiones que venimos haciendo. Estamos construyendo la unidad sanitaria de El Boquerón y la de Félix U. Camet. Hace tres días conseguimos el financiamiento para el centro de salud 1, que va a ser muy importante. Y dentro de unos días empieza la obra de la unidad sanitaria de Batán", enumeró. "Todos estos proyectos, escritos en el plan estratégico para desarrollar de acá a 2030, están en camino", agregó.
Camas e internaciones
El secretario de Salud dijo que, como consecuencia de la crisis en el ámbito privado, el Hospital Interzonal incrementó dos indicadores: el de las internaciones domiciliarias y el de giro de camas.
Señaló que hay "más de 30" pacientes internados en sus viviendas. "Hicimos un trabajo conjunto. La municipalidad puso recurso humano y telefonía, mientras que Zona Sanitaria VIII puso enfermeros, móviles e insumos. Si estos pacientes no estuvieran en sus casas, estarían en el hospital", mencionó, y dejó entrever que eso sería una dificultad ante el aumento de la demanda.
"Son de esas patologías que se pueden manejar ambulatoriamente sin dejar de vigilar al paciente. Una persona que tiene una fractura de cadera puede esperar en su casa con el tratamiento indicado y con alguien que lo vaya a ver todos los días para que no aparezcan complicaciones. Hasta que aparezca la prótesis. Entonces sí se interna uno o dos días en el hospital", explicó.
Por su lado, el giro de camas o índice de rotación es el número de pacientes que en promedio pasan por una cama en un período determinado. "Se ha aumentado el giro de camas en el hospital. Esto permitió dar muchas altas y hacer un espacio para atender más gente", subrayó Cristaldi, que destacó el trabajo de la directora del establecimiento, Susana Gómez, y del director de Zona Sanitaria VIII, Gustavo Rodríguez: "Estamos trabajando mancomunadamente para ir organizando esto".
Pedido de autocrítica
"Desde el ámbito privado tienen que hacer una autocrítica. Tienen que empezar a mirar un poco a ver qué fue lo que los llevó a esta situación. Hay que hacer un análisis profundo desde ese ámbito para ver qué es lo que sucedió: (los sanatorios Belgrano y Emhsa) eran lugares que trabajaban mucho y llegaron a una situación de quiebra", dijo Cristaldi.
El secretario se mostró esperanzado ante el anuncio de que el Belgrano reanudaría su actividad del lunes, luego de un acuerdo mediante el que los médicos que tomaron el control del directorio se comprometieran a pagar los sueldos de forma desdoblada y a debatir, dentro de seis meses, el pago de los haberes adeudados.
En cuanto al Emhsa, mencionó que "hay negociaciones para reabrirlo a través de (el sindicato de) gastronómicos". "No sabemos en qué tiempos. Por suerte la clínica Belgrano tiene una solución mucho más rápida", diferenció. En ambos casos, el municipio se mostró dispuesto a refinanciar la deuda que mantienen las dos instituciones: de $ 6,5 millones en el caso del Belgrano y de $ 3,6 en el del Emhsa. "Lo más importante es que la gente mantenga sus puestos de trabajo", afirmó el funcionario.
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