Los secretarios generales de los principales sindicatos de la pesca alertaron sobre el aumento del desempleo y afirmaron que durante este año dejaron de entrar 200.000 cajones por mes por la paralización de los barcos en el sector fresquero
Los principales gremios que representan a los trabajadores de la pesca alertaron que la crisis en el puerto se sigue profundizando y advirtieron que la desocupación no para de crecer.
Los sindicalistas consultados por LA CAPITAL aseguraron que en lo que va de este año dejaron de ingresar 200.000 cajones de pescado por mes al puerto por la parálisis de los barcos fresqueros y alertaron que esta situación agravó el desempleo en los sectores de fileteros, estibadores y envasadores, entre otros.
Pese a la grave situación, los gremialistas descartaron que por ahora se realicen medidas de fuerza. Todos los consultados coincidieron: los trabajadores no quieren perder el poco trabajo que tienen y aseguran que un paro sólo favorecería a los empresarios.
El Sindicato de Obreros de la Industria del Pescado (SOIP) es el que más fuerte siente la crisis de empleo que atraviesa el puerto. "La situación es cada vez peor. Hay menos pescado que llega a tierra y por lo tanto menos producción que entra a las plantas. Por eso, los salarios de los trabajadores se van reduciendo cada año", explicó Cristina Ledesma, secretaria general del SOIP. Y, enseguida, agregó: "Nosotros tenemos mucha desocupación. Es una cosa que va aumentando año tras año. Por eso, las jornadas se van reduciendo porque al haber falta de materia prima obviamente se acortan. Ese es el grave problema que tenemos y muchos compañeros están subsistiendo con el salario mínimo, vital y móvil".
Desde el sindicato que representa a más de 8.500 trabajadores en tierra aseguraron que la crisis es producto de múltiples factores. "Hay falta de materia prima por el parate de la flota pesquera y los empresarios dicen que el negocio no les sirve porque el costo se va incrementando al estar el dólar estancando", enumeró Ledesma. Y agregó: "Obviamente estos factores traen aparejado que los barcos en su mayoría no salen a pescar, pero los que salen traen el cupo justo que tienen que traer y los empresarios cuando ven que pueden parar los barcos, los paran. Entonces hay distintos motivos pero siempre en los primeros que repercute y los que más los sufrimos somos los trabajadores. Nosotros pagamos las consecuencias".
Desde el SOIP dijeron que la desocupación creció con fuerza en el último año. Pero no sólo eso: la crisis también provocó que el salario de los empleados decayera. "Lo normal sería que los trabajadores tengan jornadas de ocho horas, pero ante la falta de pescado que llega a tierra las jornadas se reducen. Por ahí trabajan un día completo y después pasan semanas en las que no. Entonces hay poco trabajo y poco ingreso. Y esto cada año es peor", sostuvo Ledesma. Y, preocupada, afirmó: "Cada vez la situación se complica más".
Los trabajadores del SOIP recibieron el año pasado subsidios del Ministerio de Trabajo de la Nación de mil pesos durante cinco meses. "Ahora no tenemos nada de nada. Por eso todo es mucho peor", sostuvo Ledesma.
Desde el SOIP, descartan, por ahora, implementar medidas de fuerza. "Hoy la gente está viendo cómo puede llevar ese mínimo ingreso a su casa. No quiere hacer algún paro. El pensamiento del trabajador hoy es: 'prefiero resguardar lo poquitito que gano para poder llevar el plato de comida a mi familia'. Entonces tienen temor a que una medida de fuerza provoque que la planta cierre y se pierda lo poco que se tiene", sostuvo Ledesma.
Preocupación en el Simape
Desde el Sindicato Marítimo de Pescadores (Simape) advirtieron que la situación en el puerto está "mucho peor" que el año pasado, aseguraron que hay "mucha preocupación" y afirmaron que desde el 2013 se viene alertando que "la crisis se agudiza". "Este año tuvimos dos acontecimientos importantes. Uno fue el índice del Indec que colocó a Mar del Plata en el primer lugar de la desocupación del país. Y el otro que hace un par de días las cámaras empresarias mandaron un comunicado hablando de lo difícil que está la situación de la pesca y la crisis. Inclusive hicieron lugar a que ya se perdieron más de 1500 puestos de trabajo y que cabe la posibilidad de que haya cesación de pago", alertó el secretario general del gremio, Pablo Trueba. Y describió: "La desocupación siguió creciendo en comparación con el año pasado. Nosotros entendemos que en el primer lugar donde se pierden puestos de trabajo es en tierra".
Desde el Simape afirmaron que la paralización de los barcos fresqueros provocó que en los primeros cinco meses del año 1 millón de cajones no entren a Mar del Plata. "Uno de los factores importantísimos de la crisis es que los fresqueros siguen sin salir a pescar. Los mercados internacionales que tenían hoy están siendo copados por los congeladores y los fresqueros únicamente se están abocando al mercado interno, pero en la Argentina es cierto que nadie come pescado", describió Trueba. Y, preocupado, agregó: "Entonces vemos que de a poco este sector va a ir desapareciendo. Y es lógico: muchos empresarios se vuelcan al sector congelador porque es el que menos mano de obra ocupa. Si no hay políticas proteccionistas para este tipo de actividad vamos a perder todos".
Desde el gremio apuntaron las críticas al subsecretario de Pesca de la Nación, Miguel Bustamante, y al representante en el Consejo Federal Pesquero, Oscar Fortunato. "No hace nada por el sector", dijo Trueba. Y confió: "Estamos a la buena de Dios. Esperemos que después de las elecciones el candidato que gane pateé el tablero y nos dé una mano porque si no la pesca fresquera va a llegar a la extinción. Hasta ahora por el puerto pasaron de todos los partidos y ninguno hizo nada".
Al igual que en el SOIP, desde el Simape explicaron que la grave crisis no permite realizar medidas de fuerza. "Nos hemos dado cuenta de que si se llega a paralizar más la actividad, sería como darle el tiro de gracia al puerto. Por eso somos muy cautelosos a la hora de hacer una paro", detalló el secretario general del gremio. Pero advirtió: "El día que la gente salga a la calle no la frena nadie. Y los dirigentes vamos a acompañarla y ponernos al frente de esta situación. Hoy la gente tiene un poco de trabajo y trata de cuidarlo y por eso no quiere una medida de fuerza, pero el día que se pierda ese poco trabajo, ¿qué les queda?".
SUPA y un futuro comprometido
El Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (SUPA) es otro de los gremios que siente fuerte los problemas en la flota pesquera. "En el puerto de Mar del Plata están sucediendo cosas que comprometen el futuro de los trabajadores", advirtió el secretario general del gremio, Carlos Mesamico. Y explicó: "Por un lado tenemos la decadencia de los barcos fresqueros. Hay muchos parados y estamos perdiendo entre 200.000 y 250.000 cajones por mes. Eso es un problema gravísimo. Acá los empresarios aducen temas de costos, aducen que nos les conviene salir a pescar con este tipo de barcos, pero la realidad es que nos perjudican a todos porque se pierden muchos puestos de trabajo".
Desde el gremio sostuvieron que todavía no les llegó lo peor: cuando el próximo mes se termine la zafra del calamar la desocupación en el sector podría llegar al 50%. Es que son más de 300 los puestos de trabajo que corren riesgos.
"La situación en comparación con el año pasado está más complicada. Nosotros en el trabajo estable de todo el año estamos cada vez peor. Estamos decayendo por más que digan lo contrario desde la Subsecretaría de Pesca", detalló Mesamico. Y reclamó obras de fondo para mejorar los problemas: "Nosotros en la estiba estamos tratando de salir a buscar trabajo y por eso pedimos que vuelva el dragado para que se transforme el puerto. Ya la pesca sola no alcanza, entonces lo que queremos es lo que siempre se habló: un puerto multipropósito donde se pueden sacar otros tipos de cargas que le den trabajo a la gente. Hay posibilidades para hacerlo, pero debemos tener un dragado normal y responsable que dure en el tiempo".
Desde SUPA también aseguraron que pese a la crisis, el contexto no está dado para hacer medidas de fuerza.
"No hay paros porque está cambiando la mentalidad en el puerto. Una medida de fuerza que la empezás y no sabés cuándo termina perjudica al trabajador. Acá paramos, ¿para qué? Para que nos den más trabajo. Pero a los empresarios les conviene que estemos parados porque tienen menos gastos. Ya sabemos cómo es la historia", explicó Mesamico. Y, enseguida, agregó: "Los empresarios de la pesca no se preocuparon nunca por invertir en el puerto de Mar del Plata, pero sí lo quieren para ellos solos. Por eso tenemos el problema del dragado. Lamentablemente es así: si paramos los únicos que nos perjudicamos somos nosotros porque a ellos les conviene. Ellos acopian el pescado que tienen y al estar parados el pescado empieza a subir. De hecho provocan muchas veces ellos el lock out patronal. Por eso ahora dicen que no le dan los costos y que van a parar los barcos. Nosotros siempre cometimos el error de las medidas de fuerza y nunca ganamos nada".
Alerta en Capitanes
Desde la Asociación Argentina de Capitanes Pilotos y Patrones de Pesca afirmaron que habían alertado sobre la crisis que se iba a desatar en el Puerto desde que se comenzó a debatir la aplicación o no de la cuota transferible de captura hace algunos años atrás. "Nosotros planteamos eso y cuando nos enfrentamos con el ex ministro y subsecretario de pesca, Norberto Yahuar, que nos acusaba de depredadores, manifestamos que la cuota como se la planteaba no iba a dar la previsibilidad que el sector empresario esperaba. Y esto justamente se ve reflejado porque la cuota no tuvo la protección de que no sea transferible y esto hizo que gran parte de esa cuota sea captada por pocos empresarios que, de alguna manera, monopolizaron la explotación del recurso principal que es la merluza", explicó el secretario general de gremio, Jorge Frías. Y, enseguida, agregó: "Con este hecho puntual los empresarios pudieron seleccionar con qué barcos capturar y con cuáles no. Esto significó que en los últimos años hubiera muchos barcos fresqueros que fueron quedando amarrados o salían a trabajar de manera esporádica al fin de cumplimentar normas de pesca, pero hacían que parte de la tripulación se quede sin posibilidad de trabajar de manera consecutiva cuando otros buques con mejores condiciones de pesca capturaban lo que la empresa consideraba necesario".
Frías además sostuvo que "esta situación generó que el sector que monopoliza la pesca, que está integrado por la cámara CEPA, tuvo la posibilidad de ir a capturar merluza congelada". "Al volcarse expresamente a ese sector se quitó trabajo en tierra con lo cual generó una crisis de los fileteros, procesadores, envasadores, etc", detalló. Y aseguró: "Esta crisis que se vive hoy no es sólo por el factor que los empresarios manifiestan. Desde el sector gremial obviamente que estamos altamente preocupados".
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