Tocó fondo. La pálida imagen futbolística que dejó el equipo frente a Aldosivi de Mar del Plata terminó por sumergir al Tomba en una crisis profunda. ¿Podrá salir rápido?

El presente del elenco es malo por donde se lo mire, y Daniel Oldrá no encuentra las respuestas para cambiar el pobre panorama que se vive hoy.

Está claro que el modelo 2015 es un conjunto joven y en pleno proceso de formación, pero el bajo rendimiento mostrado hasta el momento merece un análisis claro para entender las razones del bajón.

Lo bueno es que el propio conductor reconoce que no es lo que se esperaba y redobla el trabajo y el esfuerzo para corregir errores.

El mercado de pases del Expreso no fue bueno a la hora de las incorporaciones. Y no se trata de cantidad y números.

El club vendió mucho en calidad y no se reforzó de la misma manera, por el simple hecho que los jugadores que emigraron eran de extrema jerarquía para este equipo y referentes en el vestuario y en la cancha.

¿Nombres? Diego Rodríguez, José Luis Fernández y Tito Ramírez. Tres apellidos de renombre que para el DT eran clave en el esquema general.

Las incorporaciones vivían- antes de sumarse a la Bodega- realidades diferentes y hoy, en pleno torneo, no pueden despegar ni convertirse en eslabones fundamentales a la hora del desarrollo colectivo.

A los que les tocó jugar, fueron de mayor a menor y han entrado en el mismo tobogán que el resto de sus compañeros. Otros no han tenido casi chances de mostrase.

El futbolista de mayor relevancia que integra el plantel es Jaime Ayoví, por todo lo que mostró en el campeonato anterior y por su presencia en la Selección de Ecuador.

Pero La Yoya no pasa por su mejor etapa y ha bajado considerablemente el nivel. No es el mismo que “explotó” en el fútbol argentino con sus goles ni con su capacidad para acoplarse al Expreso. ¿Se sentirá cómodo con sus socios de ataque, teniendo en cuenta las características de cada uno?

Con respecto a los futbolistas de la cantera, necesitan tiempo para crecer y las derrotas no ayudan en este sentido.

Todo esto forma un cóctel que termina perjudicando visiblemente el funcionamiento completo del equipo, que sigue padeciendo equivocaciones alarmantes.

Dura tarea tiene Oldrá por delante. Sacar a flote el barco.

Sabe que tiene espalda y respaldo para soportar el temporal, pero al mismo tiempo entiende que no se puede seguir así.