Esto puede suceder cuando haya que conseguir acuerdos para aprobar las leyes de Avalúo, Impositiva y Presupuesto. Se complica la elección de cargos para los entes autárquicos
El peronismo mendocino es hoy por hoy un conjunto de afiliados, militantes y funcionarios que no pueden ordenarse ni hacia adentro de sus propios sectores. Un caso de internismo político mucho más grave que los que han sabido afectar a los radicales.
A simple vista no se nota demasiado sino hasta que se presenta el desafío de tener que mostrar una posición unificada. Cada una de estas ocasiones se asemeja al argumento de una teleserie de intrigas.
Pues en las próximas semanas, el partido opositor al Gobierno local deberá enfrentarse con situaciones como la de definir qué hacer con las leyes impositivas y el proyecto de Presupuesto 2016, que puede incluir un déficit y consecuente pedido de endeudamiento.
El otro problema es la definición de cargos para los entes autárquicos que requieran directores de las fuerzas políticas con representación parlamentaria. Así sucede en estructuras directivas como la del Casino y los entes reguladores de los servicios públicos, para dar algunos ejemplos.
En definitiva, no es el mejor momento para que los peronistas se pongan de acuerdo. Voces del sector azul y de los sureños hermanos Félix así lo confirmaron.
Internas en las internas
Sin dirigentes que ordenen hacia adentro, el PJ está pasando por su momento más crítico y desunido. Tanto es así que los azules, sector que siempre terminó acordando y marcando la cancha, tienen su propia interna, que deben resolver antes de sentarse a negociar con los otros sectores.
Entre los azules hay un conflicto ya instalado: quién será el conductor del grupo que sufre de una orfandad extrema desde que en agosto falleciera su líder político, Juan Carlos Mazzón. Esto porque el que logre imponerse por sobre los demás quizás vaya por más y pretenda ser el presidente y padre de la reconstrucción del partido y, por qué no, el que se presente en el futuro como candidato a gobernador.
Dentro del “azulismo” se destacan binomios de poder. Los hermanos Bermejo, Adolfo (ex candidato a gobernador) y Alejandro (intendente de Maipú); los hermanos Bianchinelli, Olga y Carlos, senadora y diputado provincial y oriundos del mismo departamento. Los Jorge de San Martín: Giménez, el intendente, y Tanús, ex presidente de la Cámara de Diputados y actual legislador. Los tunuyaninos Patricia Fadel –miembro del Senado provincial– y el intendente Martín Aveiro. Luego están el intendente de Lavalle, Roberto Righi, y el legislador alvearense Gustavo Majstruk.
Si bien ha habido un cierto resquemor con el intendente de Maipú porque en este conflictivo panorama se animó a mostrar intenciones de candidatearse para gobernador –de hecho en su jura no hubo otros intendentes ni legisladores del PJ que lo acompañaran– la idea de cuatro de los seis intendentes peronistas es ser flexibles en esta etapa de la gestión de Alfredo Cornejo. Y aunque verbalmente quieran mostrarse como opositores, no le pondrán verdaderos palos en la rueda al gobernador. Hasta el momento, los azules quieren llegar a un acuerdo entre los principales dirigentes, aunque no todos están dispuestos a cerrarlo.
Los sureños Félix, Emir (intendente de San Rafael) y Omar (ex legislador nacional y ex presidente de YPF por Mendoza) también mueven parte de los hilos peronistas. En el mismo sentido que los azules, ellos buscan negociar en buenos términos con el gobernador. No sólo porque esto significa facilitar las gestiones mutuamente sino porque se hacen cargo de que el descalabro que dejó Francisco Pérez debe ser solucionado mediante acuerdos partidarios.
No hay que dejar de considerar a los náufragos de la Corriente Peronista que hoy ocupan cargos legislativos y en algunos Concejos Deliberantes. Estos se alinearon detrás del diputado nacional Rubén Miranda, quien hace las veces de coordinador. Tampoco se muestran reticentes a lograr consensos.
Los que se niegan rotundamente a acordar con el mandatario son los miembros de La Cámpora, que pujan por mayor participación, y algunos legisladores que responden a sus propias convicciones, como el alvearense Majstruk.
Dudas sobre Paco
Si bien el ex gobernador Francisco Pérez convocó a elecciones para abril del 2016, para lo cual todavía faltan cuatro meses, fuentes de los sectores internos del Partido Justicialista aseguraron que lo más probable es que no se llegue a esa fecha. Más bien podría adelantarse la reunión para renovar a los referentes del partido.
Sin embargo, hay que ser cautelosos a la hora de hacer proyecciones. Primero, porque antes de llegar a una elección de autoridades partidarias hay que mantener conversaciones con los propios miembros de cada grupo y definir posturas. Y después, porque hay que esperar una elección nacional de autoridades, que debe ser previa a la local y que todavía no ha sucedido.
Esto último es indispensable para definir el camino del PJ provincial, aunque éste pida a gritos un recambio de dirigentes; lo más seguro es dejar que pase esta etapa en donde aún sangran las heridas de las sucesivas derrotas electorales.
Pérez sigue a la cabeza del PJ por más que a muchos ya les disguste.
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