Clarín accedió a la declaración de la víctima del 2 de agosto ante la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte. Ahí relató su pesadilla y un episodio en el que el acusado la golpeó con furia frente a sus tres hijos.
Mientras el abogado del Fernando Farré lo defiende diciendo que la víctima era una trepadora, que lo maltrataba y que él cometió el crimen en un estado de “emoción violenta”, Clarín accedió ayer a la denuncia que la mujer le hizo ante la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema. Allí relata una escena de terror de Farré contra ella delante de los tres hijos, asegura que los maltratos eran cotidianos y que estos habían empezado diez años atrás.
Schaefer tenía 44 años y un trabajo estable en las bodegas Salentein. Farré, de 52, supo ser un empresario exitoso al que le encantaba codearse con ricos y famosos. El último viernes se encontraron en la casa de fin de semana del country Martindale, en Pilar. Se estaban separando, tras un matrimonio de 15 años, y ella quería llevarse las cosas que había dejado allí. Ambos llegaron con sus abogados y Farré, también con su madre. En un momento se quedaron solos en la cocina, discutieron y ella fue hacia el vestidor a buscar sus pertenencias. El agarró dos cuchillos que estaban en la mesada, corrió por el pasillo, se metió en el vestidor, cerró con llave y la mató.
Veinte días antes, el 2 de agosto, Schaefer había concurrido a la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema para denunciar a Farré. Contó su martirio, sus años de sumisión y maltrato y ahí mismo la Justicia dictó exclusión de hogar y una perimetral de 300 metros. Es decir, Farré no se le podía acercar. El viernes 14 volvieron a encontrarse en el contexto de esta denuncia de violencia y se acordó que él podría ver a sus tres hijos un día a la semana y un fin de semana de por medio. Pero no se volvió a pedir la perimetral, con lo cual pudieron volver a encontrarse el viernes pasado en el country.
Clarín accedió ayer a la denuncia ante la OVD: Schaefer cuenta que Farré le echaba la culpa ante sus tres hijos: “Ahora su mamá se quiere separar y romper la familia”. La mujer le pidió que “no involucrara a los chicos, menos con temas económicos, con un tema que era de adultos”. “El siguió hablando de sus aportes a la familia, de lo poco que yo hacía. Yo insistía en que parara de hablar, agarré mi teléfono y le dije que iba a grabar la conversación para que todos escuchen su forma de expresarse conmigo y con los chicos”.
Schaefer relata entonces la escena de terror: “Cuando vio el teléfono se me tiró encima para sacármelo, me tiró del pelo y me tiró sobre un sillón. Me puso una rodilla en la cara para que me quedara quieta. No me podía mover. Gritaba pidiendo ayuda, los chicos estaban ahí. La empleada también estaba presente. Se llama María. No podía salir porque él hacía mucha fuerza. Tiré el teléfono, lo agarró mi hija ‘xxx’ (los nombres se preservan) y se lo dio porque él se lo pidió con un grito. Ahí me soltó. Cuando me levanto veo a los chicos llorando, a ‘xxx’ tironeando de él para que me suelte. A ‘xxx’ llorando y a ‘xxx’ gritando”. Cuenta Schaefer que trató de abrazar a Farré sólo para que se calmara “y dejara de gritar y ponerse loco”. Uno de los nenes se había ido corriendo y se había escondido en un placard.
La víctima agregó en su denuncia: “Mi abogado hace tiempo me sugirió venir acá ante estas situaciones. No quise venir porque pensé que las cosas iban a cambiar y él iba aceptar separarnos”. Ese día Schaefer tenía un raspón cerca del ojo derecho. No era la primera vez.
En otro tramo de su declaración, dijo que “él se estresaba y se ponía agresivo. Lo que suele hacer es hablar, denigrar, basurear, menospreciar. Esto fue escalando a lo largo del tiempo, habrá empezado hace diez años”.
El año pasado Schaefer había ido al Instituto de Violencia de Género Wanda Taddei para contar su martirio, pero en ese momento ella no se animó a avanzar. Estaba aterrada porque él la amenazaba con que iba a quitarle a los tres hijos, que tienen 14, 12 y 8 años.
Farré había sido denunciado en 2013 por hostigamiento por su anterior empleada doméstica. Y fuentes cercanas a la empresa Coty, donde trabajó durante años hasta que lo echaron, dijeron lo mismo: que Farré era violento con sus compañeros.
Comentá la nota