El fiscal Alejandro Pellegrinelli analiza pedir el archivo de la causa después de más de cuatro años sin pistas ni sospechosos por el crimen del abogado, sucedido en el interior de un estudio jurídico céntrico.
El fiscal Alejandro Pellegrinelli podría pedir en los próximos días el archivo de la causa que investiga el crimen del abogado Tristán Ventimiglia (58), después de más de cuatro años sin pistas firmes ni sospechosos.
El investigador analiza la medida debido a que no han surgido novedades de importancia en el expediente en los últimos tiempos. Vale recordar que el asesinato de Ventimiglia, primo de César Ventimiglia, el ex director de Protección Ciudadana de la Municipalidad durante la gestión de Gustavo Pulti, se produjo el 5 de abril de 2013 en su estudio jurídico céntrico.
En un principio, el fiscal Mariano Moyano investigó el caso bajo distintas hipótesis pero luego descartó que el homicidio se hubiera podido producir en el marco de un asalto. Es que el cadáver del abogado estaba atado, presentaba signos de violencia inusitada y, además, en el interior de la oficina había dinero y objetos de valor, lo cual permitía pensar que el asesino no tenía interés en robar.
Tristán Ventimiglia.
Ventimiglia tenía la cara ensangrantada y estaba ahorcado con su propia corbata. Desde el principio, la investigación fue compleja: no había indicios del móvil concreto ni rastro de un sospechoso.
El fiscal Moyano y los policías de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) empezaron por seguir cada una de las especulaciones que se hicieron sobre el homicidio: problemas con algún cliente, una relación sentimental compleja o una venganza. Ventimiglia se desempeñaba como abogado especializado en derecho civil y laboral, pero no llevaba ninguna causa compleja.
A la hora de la mañana que fue asesinado, Ventimiglia tenía agendada una reunión en su estudio jurídico. El abogado con el que se debía encontrar llegó a la hora pactada, tocó timbre y al no ser atendido fue hasta la esquina para hacer tiempo. En ese momento fue cuando vio que la puerta del estudio se abrió y un hombre salió corriendo. Al entrar, se encontró con el cadáver de su colega. “No caben dudas que esa persona que salió es el autor material del crimen”, dijo un investigador.
El abogado declaró ante el fiscal Moyano: describió al sospechoso como un hombre de un metro ochenta, tez morocha y vestido con jeans y buzo. Pero no estuvo en condiciones de dar condiciones fisonómicas como para hacer un identik.
La cámara de seguridad de ese sector no apuntaba hacia el estudio de Ventimiglia, los comerciantes de la zona no pudieron aportar datos precisos y a pesar de la insistencia en la búsqueda de algún testigo, nadie se presentó en la fiscalía, a pesar de que la cuadra del estudio -Catamarca al 2100- a la hora en la que sucedió el crimen es muy concurrida. “Por ahora ese hombre es un fantasma”, se sinceró en ese entonces una fuente consultada por LA CAPITAL. Ese por ahora se convirtió en cuatro años y algo más de cuatro meses y es el principal motivo por el que el sucesor del fiscal Moyano, Alejandro Pellegrinelli, analiza archivar la causa.
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