POR GERMÁN MOLKUC

Coca-Cola, aquella bebida burbujeante que se erige como reina en la mesa de todas las comidas alrededor del mundo, celebra hoy su invención en 1886 de la mano de un farmacéutico veterano de la Guerra Civil. Pero más allá de su delicioso sabor, su historia esconde toda clase de curiosidades y giros inesperados.

Un inventor con lo militar en las venas

John Stith Pemberton nació en Knoxville, Georgia, el 8 de julio de 1831 pero creció en la ciudad de Rome donde obtuvo su licencia en farmacia a los 19 años, que le permitió fabricar remedios basados en hierbas medicinales. Algunos años más tarde, estableció su propia farmacia donde ejerció su profesión en Columbus, donde se mudó con su esposa en el año 1855.

Pero todo cambió con el estallido de la guerra civil en 1861, que obligó a Pemberton a tomar las armas en nombre del lado confederado (ya que Georgia, el estado en el que vivió toda su vida, pertenecía a la Confederación). Enlistado en el ejército como primer teniente, quedó a cargo de una unidad de caballería que operaba como defensa de los alrededores de Columbus antes invasiones enemigas. Fue en uno de estos combates en los que casi fue asesinado en abril de 1865.

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John S. Pemberton luchó en la Guerra Civil antes de inventar la gaseosa que lo volvería tan famoso. Su tío, que también combatió en el mismo bando, pasaría a la historia por una de las peores derrotas de la Confederación.

En otra parte, a más de 700 kilómetros de donde casi se pierde el inventor de Coca-Cola, el teniente general John C. Pemberton (su tío) libraba una cruenta batalla contra el general Ulysses S. Grant a orillas del río Mississippi, intentando impedir que la Unión capturase la ciudad de Vicksburg. Pemberton resistió durante 40 días hasta su rendición en 1863, en una derrota que supuso un duro golpe para la Confederación y la infamia para Pemberton en la historia. El fracaso, una marcadísima diferencia que separaría a John C. de su sobrino John S.

El nacimiento de la Coca-Cola: buscando la gaseosa perfecta

Tras la Guerra Civil, John S. Pemberton volvió a ejercer su antigua profesión como farmacéutico y a seguir manufacturando medicamentos en sus laboratorios, los cuales en esa época eran considerados de vanguardia. De hecho, el laboratorio que desarrolló para la prueba de químicos de suelos y cultivos todavía funciona como parte del Departamento de Agricultura del Estado de Georgia.

Pero la mayor obsesión de Pemberton era inventar un tónico que pudiera usarse en el hogar, ya que tales mezclas tenían una gran demanda en ese momento. Primero desarrolló el "French Wine Coca", que en realidad imitaba el "Vin Mariani", una bebida alcohólica muy querida incluso por el Papa León XIII (que, según confesó una vez, "la tomaba cuando la oración no era suficiente"). Pero, a diferencia del "Vin Mariani", la fórmula de Pemberton también incluía un extracto de nueces de kola, las cuales, como ya veremos, serían fundamentales a la hora de elegir el nombre de su invento.

La primera fórmula que creó, sin incluir los extractos de nueces de kola, era muy similar al Vin Mariani, cuya popularidad había llegado hasta Su Santidad en el Vaticano.

Algunos años después, en 1869, Pemberton decidió trasladar su empresa desde Columbus a Atlanta, ciudad que introduciría la prohibición de la venta de alcohol en 1886. Como resultado, su "French Wine Coca" se volvió ilegal, por lo que se dedicó a desarrollar una nueva mezcla que no fuera etílica. Es así como, después de muchos intentos que eran demasiado amargos o demasiado dulces, llegó a una formulación que lo satisfago.

Con esta nueva creación en mano, envió un lote a una farmacia cercana el 8 de mayo de 1886, donde el encargado del dispensador de gaseosas le añadió agua carbonatada al jarabe (algunos dicen que de forma accidental) y se lo sirvió a algunos clientes. ¿El resultado? Un éxito total. Y el contador de Pemberton, Frank Robinson, tuvo la brillante idea de sugerir el nombre "Coca-Cola" para reflejar los dos ingredientes principales de la mezcla: hojas de coca y nueces de kola. Además, Robinson, que era conocido por tener una letra cursiva muy fluida y elegante, fue responsable también de diseñar el logotipo de la marca, escrito con una eminencia que incluso hoy es imposible no reconocer.

Un éxito rotundo con sabor agridulce

Eventualmente, la Coca-Cola se vendió en dispensadores de gaseosa por todo Estados Unidos, hasta que se comercializó embotellada por primera vez en Vicksburg, Mississippi (irónicamente, la misma ciudad que el tío de Pemberton no pudo defender durante la Guerra Civil).

El éxito de Coca-Cola ocupó todo Estados Unidos y, con el tiempo, el mundo. Si bien se le reconoce la autoría de la gaseosa, John S. Pemberton no pudo disfrutar en vida los beneficios de su invención.

Al año siguiente de su invención, John S. Pemberton se vio obligado a vender dos tercios de las acciones de su empresa y su fórmula al farmacéutico Asa Candler por $2,300, aunque la legitimidad de las condiciones por las que obtuvo la mayor parte de la empresa sigue estando en duda. Mientras que Candler testimonió la explosiva popularidad de la bebida (la empresa estaba valorada en $25 millones cuando la vendió en 1919), Pemberton moriría el 16 de agosto de 1888 sin poder beneficiarse de las inmensas ganancias que acumularon las ventas de su invento.