Los registros de compraventa están alejados del boom de 2017, cuando los préstamos UVA facilitaron el acceso a la vivienda.
Por Francisco Rinaldi
La casi inexistencia de préstamos para vivienda impide el impulso definitivo que necesita el mercado inmobiliario bahiense, que con poco más de 3.500 operaciones formalizadas en las escribanías de la ciudad, no puede volver a las cifras récord de 2017, año en que las cifras de registro rozaban las 5.000 al año.
Es que por aquellos años se atravesaba el boom de los créditos UVA, que, con bajas cuotas iniciales, facilitaban enormemente al acceso a la vivienda propia por parte de la clase media local. Prueba de ello era el porcentaje de actos de registro realizados a través de hipotecas: mientras en la actualidad apenas representan el 10% del total, allá por 2017 y 2018 llegaron a explicar poco más del 25%.
De hecho, de acuerdo con el último Informe de Actividad Económica (IAE) del Centro Regional de Estudios Económicos de Bahía Blanca-Argentina (CREEBBA), los agentes inmobiliarios habitualmente consultados identifican a la falta de préstamos para comprar inmuebles como una de las principales debilidades actuales.
La conclusión está respaldada por las propias cifras oficiales: datos del BCRA indican que sobre un stock total de préstamos al sector privado a marzo de 2023 de 7,499 billones de pesos, apenas 386.419 millones (el 5,14%) son créditos hipotecarios. El remanente se concentra en líneas crediticias a plazos mucho más cortos (créditos personales, tarjetas de crédito, documentos, etcétera) con respecto a los hipotecarios, una clara muestra de como la falta de una moneda para prestar en el largo plazo atenta contra un mercado inmobiliario sano, donde exista financiamiento genuino y permanente.
“Las cifras de 2017 son elevadas porque vivíamos una burbuja, ya que la compra de propiedades tenía financiamiento bancario y, además, la cotización del dólar era muy estable. Pero cuando la burbuja se pinchó, el mercado volvió a su nivel histórico de transacciones”, explicó el presidente de la Cámara Inmobiliaria de Bahía Blanca, Javier Piñero.
Pese a ello, el número de escrituras del año pasado fue un 18,9% más alto que en 2021, superando incluso a los 2.759 registros de 2019, el año anterior a la pandemia, aunque, según el CREEBBA, para los operadores inmobiliarios de nuestra ciudad dicha evolución positiva pasó desapercibida, habida cuenta que para el 60% de los consultados la situación no había variado demasiado entre 2022 y 2021, a lo que se suma un 33% que creía que, incluso, había sido peor.
Con relación a los precios, de acuerdo con el Centro de Estudios bahiense, dos de cada diez agentes esperan que la débil demanda de viviendas impulse una caída de los precios en dólares.
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